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lunes, 24 de noviembre de 2008

Descubren proteína que permite resistir a los efectos de la quimioterapia

Fuente: LinkInformativo.

Investigadores del Instituto Weizmann de Ciencia, de la ciudad de Rehoboth, Israel, descubrieron que una proteína especial en las células del cáncer humanas les permite resistir a los efectos del fármaco de la quimioterapia camptotecina. Este estudio podría conducir al desarrollo de fármacos anticancerígenos más eficaces.

Para llegar a esa conclusión los científicos examinaron una biblioteca con unas mil proteínas fluorescentes, filmaron miles de células con cáncer humano durante su crecimiento y controlaron las reacciones ante el fármaco camptotecina.
Este método permite acceder a una observación a gran escala de la proteína en tiempo y espacio reales con una alta resolución temporal y de eficacia.
Los resultados de la investigación indicaron que las proteínas DDX5 y RFC1, podrían jugar un papel funcional en la evasión de las células de la acción del fármaco.

viernes, 29 de junio de 2007

De mostaza y quimioterapia

El gas mostaza fue uno de los agentes químicos contra los que tuvieron que luchar los soldados de ambos bandos durante la I Guerra Mundial, la Gran Guerra. El gas mostaza es, en realidad, un líquido. Se le llamaba gas porque se usaba utilizando explosivos que lo vaporizaban y dispersaban sobre un amplio terreno. Sus efectos fueron tan desastrosos que durante la II Guerra Mundial no se utilizó nunca intencionadamente por los combatientes. El temor era tan grande que, a pesar de la crudeza de los combates y de las duras derrotas, nadie intentó utilizarlo, aunque todos lo tuvieron cerca del frente por si el enemigo lo utilizaba primero. Sin embargo, fue una exposición casual de las tropas al gas mostaza quien marcó un punto decisivo en la lucha contra el cáncer.

Todo sucedió cuando un barco aliado que llevaba un cargamento de este gas fue bombardeado cuando se encontraba amarrado en un puerto italiano. el venenoso líquido se esparció por el agua a la vez que muchos marineros, temiendo por su vida, se lanzaron a ella. Al ser rescatados tuvieron que ser tratados debido a los efectos del gas mostaza. Muchos de ellos sufrían una peligrosa reducción del número de glóbulos blancos en la sangre. Entonces algunos médicos pensaron que el gas mostaza podría ser un posible tratamiento para algunas leucemias que se caracterizan por una sobreproducción de glóbulos blancos. Debido a la alta toxicidad del gas mostaza, que contiene azufre, probaron en pacientes leucémicos mostazas nitrogenadas, donde la posición del azufre es ocupada por el nitrógeno.

El primer paciente tratado con estas mostazas nitrogenadas presentó espectaculares avances en 48 horas y al décimo día había desaparecido totalmente la masa del linfoma. Muchas variantes de las mostazas nitrogenadas y de azufre que se habían desarrollado como armas químicas se probaron como sustancias anticancerígenas, y aunque ninguna curó ningún tipo de cáncer humano, sus efectos retardando el tumor ofrecieron una nueva arma en la lucha contra el cáncer: la quimioterapia.

Fuente: La ciencia de tu vida.