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miércoles, 25 de julio de 2007

Un calamar gigante de las profundidades envía haces de luz al atacar a sus presas

Un calamar gigante que vive en las profundidades de los mares tropicales o subtropicales emite haces de luz al atacar a sus presas, según han descubierto científicos japoneses.

En un trabajo para el boletín de la Royal Society británica, los científicos explican que esas criaturas utilizan probablemente la luz para desorientar a sus víctimas potenciales.

Los expertos han captado en un vídeo el espectacular ataque de un calamar de la especie 'taningia danae' llevado a cabo en las aguas profundas frente a las costas de la isla de Chichijima en el Pacífico Norte, informó la BBC.

El vídeo, que data de 2005, muestra por primera vez a esos calamares como predadores agresivos en lugar de animales inactivos y perezosos, como se pensaba antes.

Haces 'biolumínicos'
El calamar en cuestión, que puede medir más de dos metros, nada con velocidad hacia delante y hacia atrás moviendo sus aletas, que son grandes y musculosas.

El vídeo, filmado a profundidades de entre 240 y 940 metros, muestra como esos cefalópodos pueden llegar a alcanzar una velocidad de 2,5 metros por segundo al lanzarse sobre la presa, que capturan con sus ocho tentáculos.

Lo que más sorprendió, sin embargo, a los investigadores, según declaró a la BBC Tsunemi Kubodera, del Museo Nacional de Ciencia, fueron los haces 'biolumínicos' que esos calamares producen gracias a unos órganos que llevan en sus tentáculos.

Según Kubodera, la luz puede desorientar a la presa potencial e inactivar sus defensas aunque también puede servir para iluminar el entorno y medir la distancia a la que se encuentra aquélla.

Los científicos opinan, por otro lado, que las luces pueden servirle asimismo al calamar para cortejar a otros individuos de su misma especie.

Todavía se conoce poco de la ecología y la biología de los calamares de las profundidades, de los que subsisten varias especies.


Fuente: Terra España.

lunes, 2 de julio de 2007

Hallan un fósil de calamar de cuatro millones de años

LEPE. El equipo de investigación "Tectonia y Paleontología" de la Universidad de Huelva ha dado a conocer un nuevo hallazgo de un fósil de un calamar de cuatro millones de años, que viene a poner de relieve la importancia de la provincia de Huelva en este campo y que pronto se espera que pueda formar parte del Museo de Paleontología que espera poner en marcha el Ayuntamiento de Lepe y la Consejería de Cultura, que se ubicará en el antiguo almacén de Renfe.

El hallazgo no se produjo directamente en el campo, sino que revisando el material recolectado en una intervención realizada hace unos años, concretamente unas pistas o madrigueras fósiles que fueron hechas por crustáceos decápodos (cangrejos), descubrimos que en una de ellas quedó en su pared el molde de una "pluma de calamar". Las "plumas" de los calamares son la única estructura "ósea" interna que poseen, el equivalente en las Sepias es el jibión, sólo que en los calamares es sumamente delgada y delicada, tiene forma pennada, de naturaleza córnea y tranparente. Estas circunstancias hacen que la fosilización de esta pluma de calamar sea algo excepcional.

El hallazgo es importante por varias razones: supone la primera evidencia de estos organismos en el registro fósil onubense, lo que amplia el espectro del conocimiento de las especies marinas que vivieron por nuestras costas pero hace cuatro millones de años durante el periodo Plioceno, y en particular los cefalópodos, pues hasta la fecha únicamente se han encontrado dos ejemplares de Sepia (en Lepe y Beas) pero más antiguos del periodo geológico Mioceno, hace unos seis y siete millones de años.

La importancia también radica en la información paleoecológica directa o indirecta que infiere su hallazgo. Es curioso el hecho de haber encontrado esta pluma de calamar asociada a la madriguera de un cangrejo, pues se pueden conjeturar inicialmente dos hipótesis:

Primera, que el cangrejo introdujo el calamar en su madriguera para su consumo lo que reflejaría un comportamiento necrófago, es decir, alimentarse de la carroña (los animales necrófagos son los que capturan cadáveres, ya sea enteros o en partes como muchos crustáceos del tipo de los cangrejos).

Segunda, que la pluma quedó previamente enterrada en el fondo marino y durante la excavación de la madriguera por parte del cangrejo, pasara esta justo por encima de la pluma para posteriormente fosilizar ambos.

Precisamente, el ejemplar de Sepia que se encontró en Lepe (Sepia melendezi) está igualmente asociado a una madriguera de cangrejo, coincidencia que puede avalar estas hipótesis ya formuladas por los paleontólogos descubridores de la Sepia, doctores Eduardo Mayoral y Fernando Muñiz.

Respecto a la clasificación taxonómica a nivel de especie de este fósil de calamar es difícil. El equipo de Huelva se pondrá en contacto con paleontólogos especialistas en este grupo de fósiles, todo apunta a que pueda tratarse de la pluma del género Loligo o "calamar común" muy típico de nuestras costas, pero llegar al nivel sistemático de especie va a resultar complicado por la propia conservación del fósil.

El hallazgo de este fósil, al igual que todos los restos paleontológicos, incrementa el excepcional Patrimonio Paleontológico de Huelva y que debemos considerarlo como un bien cultural patrimonio de todos los andaluces y onubenses en particular. Este material forma parte de los fondos del futuro "Centro Provincial de Interpretación Paleontológica" de Lepe.

Fuente: huelvainformacion.es.