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miércoles, 11 de marzo de 2009

Muéstrame tu ADN y te diré el color de tus ojos

Fuente: rtve.es.

Un grupo de científicos holandeses ha logrado un avance crucial en el entendimiento de la genética que afecta al color de los ojos de los seres humanos, según la revista Current Biology.

Afirman que sólo unas pocas "letras", seis, de las seis mil millones que forman el código genético son responsables de que nuestros ojos tengan un color u otro.

Los investigadores, con Manfred Kayser a la cabeza, muestran, tras analizar a 6.000 holandeses, cómo se puede predecir con una exactitud de más del 90% si una persona tiene ojos marrones o azules estudiando el ADN de sólo 6 posiciones diferentes del genoma humano.

El estudio ha demostrado que no existe un "gen" para el color de ojos. Todos tenemos dos copias de un SNP (polimorfismos de un sólo nucleótido) y son sus distintas combinaciones las que crean un color u otro.

Pero estos cambios, o mutaciones, en nuestro ADN pueden tener importantes consecuencias en la forma en que los genes son expresados físicamente. Por ejemplo, dice Kayser, en la capacidad de desarrollar ciertas enfermedades.

En este estudio los investigadores dicen poder predecir riesgos de salud antes de que la enfermedad se desarrolle.

El estudio tiene además otras aplicaciones. En Alemania existe en la actualidad un caso policial abierto donde se está utilizando el test del color de los ojos del ADN en una mujer ante su posible implicación en varios crímenes.

jueves, 9 de agosto de 2007

Un electroimán puede controlar el color de un líquido

Nanotecnólogos de la Universidad de California en Riverside han tenido éxito controlando el color de partículas muy pequeñas de óxido de hierro suspendidas en agua, aplicando simplemente un campo magnético externo a la solución. El descubrimiento ofrece la posibilidad de mejorar de manera notable la calidad y el tamaño de las pantallas electrónicas y facilitar la fabricación de productos como un papel electrónico que pueda borrarse y reescribirse, y una tinta que pueda cambiar de color al aplicarle un campo electromagnético.
Descripción Una solución de óxido de hierro en agua cambia de color bajo el influjo de un campo magnético
Foto: Yin laboratory, UCR

(NC&T) En sus experimentos, los investigadores comprobaron que cambiando la intensidad del campo magnético aplicado, lograban cambiar el color de la solución de óxido de hierro de modo similar al ajuste del color de una imagen en una pantalla de televisor.

Cuando la intensidad del campo magnético cambia, altera la disposición de las partículas esféricas de óxido de hierro en la solución, modificando cómo la luz que cae sobre esta última pasa a través de las partículas o es desviada por ésta.

"La clave es diseñar la estructura de las nanopartículas de óxido de hierro a través de la síntesis química, para que estas nanopartículas se autoensamblen en cristales coloidales ordenados tridimensionalmente dentro de un campo magnético", explica Yadong Yin, profesor de química que dirigió la investigación.

Un coloide es una sustancia compuesta por pequeñas partículas distribuidas uniformemente dentro de otra sustancia. La leche, la pintura y la sangre son ejemplos de coloides.

Al reflejar la luz, estos cristales, también denominados cristales fotónicos, muestran brillantes colores. Ésta es la primera vez que se da a conocer en un estudio científico un cristal fotónico que es totalmente ajustable en la franja visible del espectro electromagnético, desde la luz violeta hasta la roja.

Un cristal fotónico controla el flujo de luz (los fotones) y funciona como un semiconductor para la luz. El espaciamiento entre las nanopartículas determina la longitud de onda de la luz que refleja un cristal fotónico.

Los materiales fotónicos como los usados por Yin y su equipo podrían ser útiles en la fabricación de nuevos sistemas microelectromecánicos ópticos y pantallas de color reflectantes. También tienen aplicaciones en las telecomunicaciones (en fibras ópticas), sensores y láseres.

La nueva tecnología puede usarse para hacer un display a color de bajo costo, formado por millones de pequeños píxeles, usando los cristales fotónicos. El factor clave es que empleando un campo magnético, puede asignarse un color diferente para cada píxel. Una gran ventaja es que simplemente se necesita un solo material, como por ejemplo el óxido de hierro, para los cristales fotónicos de todos los píxeles. Es más, no se necesita generar luz en cada píxel. Se usaría la luz reflejada para crear las imágenes.

Fuente: Noticias21.com.

miércoles, 8 de agosto de 2007

Cuándo el europeo moderno perdió el color oscuro de la piel?

Nuevas investigaciones señalan que fue muy recientemente y que aún ahora continua cambiándola.
¿Cuando fue que el africano negro que migró a Europa cambió la pigmentación oscura de la piel? Ahora un nuevo estudio señala que fue más reciente de lo que se pensaba, tal vez entre 6.000 a 12.000 años. Esto contradice la hipótesis anterior que sugería que el hombre moderno europeo, se había blanqueado ya hace 40.000 años, tan pronto como había migrado a las latitudes del norte.

La piel oscura, produce más pigmento llamado "melanina" y por ello ésta absorbe menos la luz solar (Por qué los negros son negros y los blancos, blancos). La piel blanca tiene el riesgo de absorber más luz solar, pero permite que los rayos ultravioleta produzcan más vitamina D, la que se necesita para la formación de los huesos y la absorción de calcio. Científicos de la Universidad de Arizona (Heather Norton) sostienen que el blanqueo de la piel ocurrió mucho tiempo después que el hombre moderno migró a Europa.

El origen genético del espectro de color en la piel humana, había sido un verdadero puzzle para la biología. Pero en el 2005 se hizo un gran descubrimiento al describir el gene denominado SLC24A5, como el causante del color pálido de la piel de muchos europeos, pero no así de los de Asia (“Investigadores del pez cebra pesquisan el gene que condiciona el color de la piel”). Un equipo dirigido por Keith Change de la Universidad del Estado de Pennsylvania en Hershey, encontró dos variantes del gene que se diferenciaba sólo en un aminoácido. Casi todos los africanos y Asiáticos del Este, tenían un alelo, mientras que el 98% de 120 europeos estudiados, tenía el otro (Science, Octubre 28, 2005, pág. 601).

Norton, que siendo estudiante había trabajado en el estudio de Cheng, decidió investigar cuando la mutación se había extendido en la población de los europeos modernos llegados de Africa. Trabajando con el genetista Michael Hammer de la Universidad de Arizona, secuenciaron 9320 pares de bases del DNA perteneciente al gene SLC24A5, en muestras tomadas a 41 europeos, africanos, asiáticos e indo americanos. Con esta información calcularon el ritmo de las mutaciones. Fue así que determinaron que el esparcimiento del gene en los europeos habría ocurrido entre 5.000 y 6.000 años atrás.

Según el genetista Lucha Caballa-Zofras ¿????, los emigrantes primitivos, que eran cazadores, recolectores y pescadores, tenían en sus dietas suficientes fuentes de vitamina D. Cuando posteriormente se transformaron en agricultores, disminuyó el contenido dietario de la vitamina D, por lo que tuvieron necesidad de absorber mayor cantidad de luz solar para producir en la piel su propia vitamina D. (“De cazador y recolector a cazador").También nuevos factores culturales, como el uso de ropas más gruesas que dejaban una menor superficie de piel expuesta, debe haber favorecido que se incrementara la absorción de luz solar para mejor aprovechar la menor superficie expuesta.

Es muy probable que el esparcimiento del gene mutado en la población haya tomado muchos años hasta alcanzar la total extensión, de modo que la piel se debe haber ido blanqueando paulatinamente a lo largo del tiempo, y es muy posible que aún ahora continúe el proceso.

Estos difieren de lo que se creía hasta ahora, en el sentido que el cambio de coloración de la piel en el hombre moderno habría ocurrido 45.000 años atrás y que desde entonces no habría cambiado. Con estos nuevos resultados se postula que el cambio habría sido mucho más reciente y paulatino

Fuente: Creces.