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viernes, 16 de mayo de 2008

La música "realza" el sabor del vino

Fuente: BBC Mundo.

El tipo de música que una persona escucha puede realzar el sabor del vino, revela un nuevo estudio científico.

La investigación realizada por la universidad Heriot Watt, en el Reino Unido, determinó que un 60% de las personas que participaron pudieron diferenciar el cambio en el sabor del vino dependiendo de la melodía que estaban escuchando.

Los psicólogos afirman que el sabor del Cabernet Sauvignon se destaca con música "pesada y poderosa", mientras que el Chardonnay resalta con sonidos "refrescantes y alegres".

Según el profesor Adrian North, el estudio puede servir a los comerciantes para que incluyan recomendaciones musicales en las etiquetas de las botellas de vino.

La investigación involucró a 250 estudiantes de la universidad a quienes se les ofreció una copa de vino a cambio de sus opiniones.

Detonantes

Durante el experimento se tocó cuatro piezas con tipos de música muy diferentes: el "Carmina Burana" de Carl Orff ("poderosa y pesada"), el "Vals de las Flores", del "Cascanueces" de Tchailovsky ("refinada y delicada"), "Jus't Can't Get Enough" interpretada por Nouvelle Vague ("alegre y refrescante") y "Slow Breakdown" por Michael Brook ("suave y apacible").

Un 40% calificó el vino blanco como "alegre y refrescante" cuando escuchó este tipo de música, pero apenas un 26% lo calificó como "suave y apacible" al escuchar esta categoría.

El vino tinto se destacó en un 25% con la música suave, pero un 60% con las tonadas "poderosas".

Los resultados fueron asociados a una "teoría de detonantes cognitivos", en el que la música prepara al cerebro para que responda de cierta manera ante el vino.

"Los productores de vino pueden recomendar escuchar cierto tipo de música cuando se toma una copa de un determinado tipo de cepa", afirma el profesor North.

La investigación fue solicitada por Aurelio Montes, un vinicultor chileno que toca música con cantos monásticos a sus vinos durante el proceso de añejamiento.

"Era por lo tanto una extensión natural vincularme a Heriot Watt y determinar científicamente el impacto que tiene la música en la forma de saborear el vino" aseguró Montes.

Previamente North realizó una investigación en supermercados en la que se sugiere que las personas son cinco veces más proclives a comprar vino francés si se utiliza música ambiental con acordeones.

Pero si en cambio se toca música bávara (Alemania), el vino alemán supera al francés por 2 a 1

lunes, 3 de septiembre de 2007

La comprensión de la música podría ser innata, como la del lenguaje

Fuente: La Flecha.

Una investigación realizada por científicos estadounidenses y canadienses ha revelado que el cerebro es sensible a los procesos musicales, pudiendo distinguir los cambios de entonación aunque no se conozca nada de música. Este estudio, que ha definido con precisión las regiones cerebrales implicadas en el procesamiento de la información melódica, confirmaría la hipótesis de uno de los autores de la investigación, el neurocientífico Daniel Levitin: que la comprensión de la música, como la del lenguaje, es innata en el ser humano. Otros estudios llevados a cabo por Levitin durante años de investigación apuntan a que nuestra relación con la música es más profunda de lo que pensamos, y que ésta puede condicionar no sólo nuestra actividad cerebral, sino también nuestra biología y nuestro estado de ánimo. Por Yaiza Martínez de Tendencias Científicas.

No es necesario ser un especialista o un melómano para distinguir los cambios en los movimientos de una pieza musical, aseguran expertos de la universidad canadiense de la Stanford Universtity School of Medicine de Estados Unidos, y de la universidad McGill de Montreal, en Canadá.

Diversos especialistas, entre ellos Daniel Levitin, profesor de psicología y director del Laboratory of Music, Perception, Cognition and Expertise, de la universidad McGill, aseguran que nuestro cerebro es capaz de distinguir entre el comienzo y el fin de un episodio musical, segmentando la información auditiva que recibe, y desentrañándola.

En un artículo que acaba de publicar la revista Neuron, estos científicos han detallado los resultados de un experimento en el que se estudiaron cerebros humanos durante la audición de piezas musicales poco conocidas, utilizando un escáner.

Se trataba de una serie de sinfonías del músico William Boyce, compositor británico del siglo XVIII, cuyo estilo musical resulta más o menos conocido, pero cuyas piezas no son demasiado famosas. Boyce fue elegido para evitar una predisposición en el conocimiento de los participantes en el experimento.

Trabajo conjunto

Cada vez que éstos percibían una transición entre dos movimientos dentro de las composiciones, debían apretar un botón. Ya se conocía que un área cerebral que se corresponde con la región 47 del cerebro, de las definidas por el neurólogo alemán del siglo XIX, Korbinian Brodmann, situada en el lóbulo frontal, es sensible a la estructura tanto del lenguaje como de la música.

Brodmann definió un total de 52 áreas en la corteza cerebral, que posteriormente han sido a su vez subdivididas a medida que las investigaciones en este campo han ido avanzando. El estudio realizado con escáner por Levitin y sus colegas de la universidad de Standford confirmó que esta área 47 sufría cambios cuando el proceso musical cambiaba, y especialmente en los momentos de silencio, como si el cerebro aprovechara las pausas musicales para codificar las transiciones de las piezas.

Pero, según los científicos, los análisis técnicos han proporcionado además evidencias de actividad cerebral en dos redes funcionales del cerebro distintas: en una red fronto-temporal ventral asociada con la detección de acontecimientos emergentes y, posteriormente en el tiempo, en una red fronto-parietal frontal asociada con el mantenimiento de la atención y con la actualización de recuerdos. Esto supondría que existe un trabajo conjunto de diversas partes del cerebro en el procesamiento de la información musical.

Conocimiento musical innato

Tal y como explica la revista de la universidad de Stanford en un artículo, esta última investigación de Daniel Levitin y sus colaboradores, se enmarca en un largo proceso de estudio llevado a cabo por Levitin, cuyos primeros experimentos demostraron ya que los cerebros de los profanos de la música cuentan con conceptos musicales innatos, como el ritmo, el timbre o el tono, aunque seamos incapaces incluso de definir dichos conceptos. Por esta razón, y según defiende Levitin, la música, como el lenguaje, sería un elemento innato del conocimiento de nuestra especie.

Durante años, este investigador ha explorado la relación del cerebro humano con la música a través del campo de la neurociencia, disciplina que estudia cuestiones como la operación de los neurotransmisores en la sinapsis, los mecanismos biológicos responsables del aprendizaje o el funcionamiento de las redes neuronales.

Diversos experimentos realizados por el científico con imágenes de resonancia magnética, por ejemplo, han revelado que los sonidos que escuchamos están directamente relacionados con la amígdala cerebral, situada en el lóbulo frontal del cerebro, y que sería el núcleo del procesamiento emocional.

Los resultados de años de estudio han aparecido en un reciente libro de Levitin, titulado This Is Your Brain on Music: The Science of a Human Obsession, en el que el autor ha tratado de sintetizar la co-evolución de la música y del cerebro humano, así como la relación entre ambos, intentando explicar cómo la música afecta a nuestras vidas, así como comprender mejor el cerebro desde la música y la música desde el cerebro.

Estados emocionales condicionados

En esta línea de interrelaciones entre música y biología, recientemente fueron publicados los resultados de otro estudio realizado por Levitin, en este caso en colaboración con la compañía Philips, que vinculan directamente nuestro estado de ánimo con la música gracias al efecto de ésta en la química natural del cerebro.

Se trata del estudio titulado "Life Soundtrack", que señala que la música condiciona y modifica nuestros niveles de excitación, nuestra animosidad e, incluso, nuestra capacidad de concentración. Crear una "banda sonora" para nuestra vida cotidiana nos permitiría reforzar aquellos estados de ánimo que nos interese reforzar, de la misma forma que la banda sonora de cualquier película refuerza el efecto de sus imágenes en nosotros.

Según este estudio, la música puede ayudarnos a cambiar las pulsaciones del corazón, nuestro ritmo de respiración, la presión sanguínea, el pulso, las ondas cerebrales, las respuestas de la piel y los niveles de sustancias neuroquímicas como al dopamina, la adrenalina, la noradrenalina y la serotonina, todas ellas relacionadas con nuestra forma de enfrentarnos al mundo con un determinado estado de ánimo.

martes, 17 de julio de 2007

`Sexo, drogas y Rock and Roll´ en el cerebro

Un nuevo estudio llevado a cabo por Philips y el renombrado profesor y neurocientífico Dr. Daniel J. Levitin, indica que la música activa el cerebro de la misma forma que un estimulante químico, originando elevados sentimientos de placer, emoción o satisfacción. Al inducir los mismos sentimientos que el sexo o las drogas, la música produce una respuesta química por la cual los circuitos neurales implicados en el sistema de recompensa ayudan a modular en el cerebro los niveles de dopamina, la llamada “hormona del bienestar”.

Explicado más ampliamente en el nuevo estudio ‘Life Soundtracks’, el Dr. Levitin analiza el efecto físico que tiene la música en el cerebro, incluyendo el estado de los sentimientos sobre el Sexo, las Drogas y el Rock and Roll y cómo la música ayuda a la gente a crear conexiones musicales personales o Life Soundtracks. Se ha conocido durante décadas que el estado de ánimo constituye un sistema de recompensa que se activa cuando los jugadores ganan una apuesta o los adictos utilizan su droga favorita. Igualmente, en respuesta a la estimulación sexual, el cerebro se vuelve muy activo, liberando la dopamina u ‘hormona del bienestar’.

Al reproducir las mismas clases de sentimientos, la música origina actividad en los circuitos del cerebro asociados con el sistema nervioso autonómico y produce fielmente reacciones físicas como transpiración, excitación sexual y “temblores en la columna vertebral” 1-2. En muchos casos, el resultado es un sentimiento de euforia que confirma la idea del centro de Sexo, Drogas y Rock and Roll en el cerebro.

Reconocido mundialmente por su avanzado trabajo en el campo de la música, el Dr. Levitin es profesor de la McGill University, Montreal, el mayor centro para el estudio de la percepción y el conocimiento de la música en el mundo. El Dr. Levitin colaboró con Philips para crear Life Soundtracks, demostrando el poder de la música en las conexiones musicales de la vida de las personas.

“El escenario de Sexo, Drogas y Rock and Roll confirma que la música está en el centro de la creación de las reacciones y estados de ánimo. La investigación muestra que la música tiene efectos específicos en la fisiología del cuerpo, incluyendo el ritmo cardiaco, la respiración, transpiración y actividad mental”, dijo el Dr. Levitin. “La música es eficaz para moderar los niveles de excitación y concentración, y ayuda a regular los estados de ánimo mediante su acción en la química natural del cerebro.”

Life Soundtracks para todas las personalidades

El estudio Life Soundtracks no solo ofrece información de cómo la música afecta nuestro cerebro, sino que también informa sobre la conexión de la música y las actividades cotidianas o las personalidades. Mientras que los Life Soundtracks musicales específicos son personales, los efectos de la música sobre determinadas actividades son universales.

- Música para el amor
La música se usa con frecuencia para realzar las situaciones y estados de ánimo románticos. El género y la edad son variables importantes al considerar lo que constituye un encuentro romántico y la música idónea para el mismo. Por lo general, las parejas que comparten gustos musicales hallan con facilidad la mejor música para ese momento romántico que van a compartir.

- Música para relajarse
La música puede tener un efecto calmante, ayudando a las personas a relajarse o dormir. Las personas tienden a considerar que la música lenta es más contemplativa, relajante, hipnótica o que induce al sueño. En general, la música que induce al sueño o a la relajación evita cambios rápidos en el timbre, la entonación, el volumen o el ritmo.

- Música para estimular las tareas cotidianas
Una forma de estimular las aburridas tareas cotidianas o las actividades rutinarias es mediante la inclusión de sonidos musicales. La música que nos atrae mentalmente o nos excita físicamente puede eliminar el aburrimiento de estas tareas o hacerlas menos pesadas.

- Música para motivar la actuación personal
Las personas utilizan la música cuando realizan ejercicios físicos para motivar la actuación individual. La investigación del Dr. Levitin indica que la música up-tempo es útil, especialmente la música con ritmo, para sincronizar los movimientos del cuerpo y mejorar la actuación.


Para estudiar o trabajar:
Mozart, Divertimenti for Winds
Doc Watson, Foundation
John Coltrane, Ballads
Gary Burton and Chick Corea, Crystal Silence
Mike Oldfield, Tubular Bells

Para cocinar, limpiar o realizar tareas domésticas:Sarah McLachlin, Wintersong
Buena Vista Social Club
Tommy Flanagan, Trio and Sextet
Vivaldi Four Seasons
AC/DC, Back in Black
McFly, Baby's Coming Back

Para hacer ejercicio:
Avril Lavigne
The Village People
Arrested Development
Creedence Clearwater Revival
The Temptations
The Talking Heads
Madonna, Hung Up
Irene Cara, What A Feeling

Para relajarse o dormir:
Bach: Oboe Concertos, Triple Concerto, Flute Concerto
Bill Evans, The Village Vanguard Sessions
Chopin Nocturnes
Brahms Lullaby
Peter, Paul & Mary, Greatest Hits

Para enamorados:
Amerie
Akon, Konvicted
The Postal Service
Ella Fitzgerald, The Cole Porter Songbook
Barry White, All Time Greatest Hits
Debussy, Piano Works

Fuente: Periodista Digital.