Mostrando entradas con la etiqueta alemania. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta alemania. Mostrar todas las entradas

miércoles, 30 de abril de 2008

Científicos alemanes consiguen imitar las primeras fases de producción de la seda de las arañas

Fuente: adn.es.

Un equipo de investigadores de la Universidad Técnica de Múnich en Garching (Baviera, Alemania) han construido un dispositivo que imita las primeras fases de la producción de la seda de las arañas. Los resultados del trabajo, que se publican esta semana en la edición digital de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), podrían ayudar en el futuro desarrollo de telas fuertes y ligeras.

El hilo de seda de araña está formado por dos proteínas, ADF3 y ADF4, que se enrollan en fibras en un proceso irreversible. Aunque el proceso es difícil de estudiar en las arañas vivas, una investigación anterior ha establecido importantes factores en la producción de seda, incluyendo el pH, la concentración de ciertos iones en los órganos de hilado y las dimensiones aproximadas del conducto de expulsión.

Reconstrucción en laboratorio

Para explorar el hilado de la seda, los investigadores reconstruyeron el proceso en el laboratorio mediante la fabricación de un dispositivo plástico de micro-fluido para expulsar proteínas de la seda producidas en tubos de laboratorio.

Los investigadores descubrieron que las fibras se formaban a partir de las proteínas ADF3 con o sin ADF4, pero no de ADF4 en solitario. Sugieren que tres fases parecen esenciales para la formación de la fibra: que las proteínas se condensen en partículas esféricas; que el pH baje súbitamente; y que las partículas sean forzadas a deslizarse una tras de otra en una cámara fina.

Las fibras artificiales son gruesas en comparación con las fibras de seda de araña naturales pero los investigadores apuntan que aún no han intentado copiar las fases de secado y trazado que emplean las arañas.

lunes, 4 de febrero de 2008

Maxablaster: la linterna que puede iluminar a 6 kilómetros

Fuente: NeoTeo.

Ya hemos hablado antes de linternas particulares en NeoTeo, como la linterna con cámara. La linterna de hoy es capaz de dejar atrás a The Torch, otra de las cuales hemos hablado recientemente (que era capaz de encender fuego): esta linterna no solo enciende llamas, produce rayos ultravioletas como los del sol. El ingeniero alemán, Ralf Ottow, cansado de su Maxabeam (una linterna para misiones de rescate, capaz de iluminar a 2,4 kilómetros), decidió poner manos a la obra y hacer su propia nueva linterna. Después de dos meses de trabajo nació la Maxablaster. Se trata de una linterna de 52 millones de candelas. Necesitando 54 baterías níkel metal para funcionar, la Maxablaster es capaz de generar una luz equivalente a la que generarían 5.000 linternas comunes.

Para fabricar la Maxablaster, Ottow utilizó el cuerpo de una linterna comercial y le puso una lámpara de arco de mercurio. Para protegerse de los peligrosos rayos ultravioletas que producen estas poderosísimas lámparas, le puso un filtro especial, que también sirve como protección en caso de que la lámpara explote. Ottow le puso además una llave para encenderla, dado que podría resultar muy peligroso que la Maxablaster se prendiera por error.

Este monstruo pesa 6 kilogramos, pero "resulta bastante portátil por la forma del mango" según las palabras del propio Ottow. Llamar a Batman con esta linterna no sería problema, siempre y cuando no se nos incendie el simbolo a poner encima de la linterna.

Maxablaster: la linterna que puede iluminar a 6 kilómetros

Fuente: NeoTeo.

Ya hemos hablado antes de linternas particulares en NeoTeo, como la linterna con cámara. La linterna de hoy es capaz de dejar atrás a The Torch, otra de las cuales hemos hablado recientemente (que era capaz de encender fuego): esta linterna no solo enciende llamas, produce rayos ultravioletas como los del sol. El ingeniero alemán, Ralf Ottow, cansado de su Maxabeam (una linterna para misiones de rescate, capaz de iluminar a 2,4 kilómetros), decidió poner manos a la obra y hacer su propia nueva linterna. Después de dos meses de trabajo nació la Maxablaster. Se trata de una linterna de 52 millones de candelas. Necesitando 54 baterías níkel metal para funcionar, la Maxablaster es capaz de generar una luz equivalente a la que generarían 5.000 linternas comunes.

Para fabricar la Maxablaster, Ottow utilizó el cuerpo de una linterna comercial y le puso una lámpara de arco de mercurio. Para protegerse de los peligrosos rayos ultravioletas que producen estas poderosísimas lámparas, le puso un filtro especial, que también sirve como protección en caso de que la lámpara explote. Ottow le puso además una llave para encenderla, dado que podría resultar muy peligroso que la Maxablaster se prendiera por error.

Este monstruo pesa 6 kilogramos, pero "resulta bastante portátil por la forma del mango" según las palabras del propio Ottow. Llamar a Batman con esta linterna no sería problema, siempre y cuando no se nos incendie el simbolo a poner encima de la linterna.

sábado, 8 de diciembre de 2007

A punto de botarse carguero alemán equipado con una cometa del tamaño de un campo de futbol

Fuente: Maikelnai's Blog.

Una cometa del tamaño de un campo de fútbol proveerá la mayor parte de la energía necesaria para impulsar a un buque pesado alemán cuya botadura se espera para este mes de diciembre. Desde la compañía naviera Beluga, comentan que esperan que la cometa ayude a reducir el consumo de combustible en un 50% en condiciones óptimas, mientras que la reducción en la emisión de gases invernadero en el mar sería de entre un 10 y un 20%. Es interesante comentar que el buque transportará aerogeneradores fabricados en Esbjerg (Dinamarca) con destino a Houston, Texas.

La compañía que ha fabricado la cometa para el buque alemán, SkySails, ha confeccionado grandes velas para yates pero ahora se ha fijado como objetivo equipar con velas más grandes a buques comerciales. Su ambiciosa meta es dotar con sus velas a 1.500 barcos para el año 2015.

martes, 25 de septiembre de 2007

Theodor Hänsch

Fuente: Deutschland Magazine.

En realidad, Theodor Hänsch hubiera merecido varios premios Nobel. Pero sólo lo recibió por atrapar la luz láser. Retrato del científico de Múnich.

En uno de los corredores de la Universidad de Múnich se puede ver un colorido letrero que anuncia: «Heartbeat of Light» («El latido de la luz»). A Theodor Hänsch le encanta elegir títulos así para sus ponencias. Pero también podría ser el resumen de su vida científica. Ya de niño a Hänsch le fascinaba la luz. Junto con su padre echaba sal sobre la llama de un quemador de Bunsen y se sorprendía de la lluvia de colores que producía. Hoy, más de medio siglo después, Theodor Hänsch es el «mago de la luz». En ningún sitio del mundo se miden las ondas de la luz con tanta exactitud como en el laboratorio de Hänsch en Múnich. El hecho de que haya sido galardonado con el Nobel 2005 de Física es, entonces, justo y lógico.

Este científico alemán puede sentirse uno de los herederos de Albert Einstein. Fue el genial físico alemán quien, en 1905, con su hipótesis de la luz cuántica dio el pistoletazo de salida para el desarrollo del área de trabajo de Hänsch. Y que el Comité de Estocolmo haya otorgado este año un premio a la óptica cuántica se antoja un homenaje al «Año de Einstein».

Con todo, el ejemplo de Hänsch confirma lo poco que tienen que ver los físicos modernos con los clichés sobre Einstein. Mientras que Einstein era considerado el prototipo del genio que intenta entender el mundo desde la soledad de su laboratorio, Hänsch, como director del Instituto Max Planck de Óptica Cuántica en Garching, cerca de Múnich, cuenta con decenas de investigadores y equipos científicos de valor millonario. Cultiva un estilo de investigación moderno, con jerarquías planas y diálogo creativo. Además, le gusta juguetear con artefactos. «Ted», como lo llaman sus colaboradores, se presentó durante un congreso con una cámara digital cuando aún eran pocos los que sabían cómo funcionan esos aparatos. También se destaca como aficionado al vídeo: filmó un corto en el que ponía a bailar ballet a esporas de licopidio al compás de la música de «Giselle» para demostrar el principio de la «Trampa de Paul» (en la que se atrapan partículas cargadas sobre un campo eléctrico). Un equipo de televisión quedó tan impresionado que intentó, en vano, recrear la escena.

El periódico Financial Times de Alemania bautizó con el apodo de «el profesor ingenioso» a este científico, a quien incluso sus más estrechos colaboradores atribuyen un «carácter juguetón». Su «cuarto de juegos» es un pequeño laboratorio privado en la Universidad de Múnich, repleto de aparatos de láser, microscopios, monitores y alimentadores, que el profesor compró en parte en subastas a través de eBay. Siempre que tiene una idea, corre al laboratorio para ponerla a prueba. Así, por un capricho, surgió el «láser de gelatina». Hänsch, quien después de su doctorado en Heidelberg acudió al llamado de la Universidad de Stanford, California, descubrió a principios de los años setenta que los líquidos coloreados se transforman en fuentes de luz si se someten intensamente al efecto del láser. Entonces decidió, sin más, comprar en un supermercado todos los tipos de postres gelatinosos de «Jell-O» y los expuso a rayos láser con la esperanza de crear fuentes de luz. El experimento no tuvo el éxito esperado, pero Hänsch no se deja desanimar por los fracasos. Siguiendo su lema de «hay que cometer errores lo antes posible», Hänsch experimentó con otros materiales y en 1973 obtuvo la distinción de «California Scientist of the Year» por su ingenioso estilo de experimentación.

La idea de que los aparentes fracasos conducen frecuentemente a soluciones creativas es uno de los elementos constitutivos de la óptica cuántica. Ya Albert Einstein se enfrentó hace cien años a una paradoja aparentemente indescifrable. Por entonces la luz era descrita, por un lado, como ecuaciones de ondas magnéticas. Por otro lado, sin embargo, se sabía que la luz era absorbida en porciones individuales de energía al entrar en contacto con una placa de cristal. ¿Cómo podía ser divisible una onda? Einstein resolvió el enigma atribuyendo a la luz una estructura «granulosa». Para él, si bien la luz se difunde en forma de ondas, cuando entra en contacto con un medio, distribuye su energía siempre en pequeñas porciones (cuantos de luz o fotones).

Esta idea se enfrentaba de forma categórica al (hasta entonces) principio indiscutido de que la naturaleza no «da saltos». Pero con el tiempo se demostró que los novedosos «saltos cuánticos» definían realmente la esencia de la luz. Es más, también se notaron conductas similares en átomos, electrones y moléculas. Así, la «física cuántica» revolucionó toda nuestra comprensión del mundo de los átomos, posibilitó el desarrollo del láser y de la computadora, así como de la moderna electrónica de consumo, como el reproductor de CD y el teléfono celular.

Por eso, era lógico que cien años después del «año milagroso» de Einstein se concediera el premio Nobel de física a un investigador que participó de forma decisiva en su desarrollo. En los años sesenta, Roy Glauber formuló en la Universidad de Harvard las bases teóricas de la óptica cuántica, mientras que Theodor Hänsch, junto con John Hall, docente de la Universidad de Colorado, en Boulder, demostraron cómo detener la luz láser. El hecho de que Hänsch haya sido premiado no sorprende a nadie en la «comunidad de físicos». Los colegas más bien se extrañaban del hecho que el investigador alemán aún no lo hubiera recibido. Ya había realizado trabajos pioneros en diversas áreas. En los años setenta demostró cómo es posible frenar (y de ese modo enfriar) átomos mediante rayos láser, estableciendo así las bases para la producción de los denominados «condensados Bose Einstein» de átomos a niveles de energía extremamente bajos, por los que su compatriota Wolfgang Ketterle fue galardonado con el premio Nobel de física en 2001. También en la llamada espectroscopia de láser Hänsch es considerado una autoridad a escala mundial. El científico alemán midió las líneas espectrales de la luz emitida por un átomo de hidrógeno con la exactitud de 15 dígitos después de la coma, suministrando así la prueba más precisa que existe hasta hoy de determinadas constantes naturales.

Un buen ejemplo de la capacidad inventiva de Hänsch es el «peine de frecuencias» desarrollado en 1997, por el que ahora se le ha otorgado el premio Nobel. Anteriormente sólo era posible medir las frecuencias de cada rayo láser (que percibimos en forma de colores) indirectamente a través de la longitud de sus ondas. Este método, sin embargo, era demasiado impreciso para las exigencias modernas. Era necesario determinar las frecuencias con la exactitud de billones de vibraciones por segundo.

Para ello, Hänsch ideó una especie de «caja de cambios» de la luz. El aparato consistía básicamente en un láser de referencia, en el que batidos de luz son atrapados como en una jaula y sacudidos en todas las direcciones miles de millones de veces por segundo. Uno de los espejos es levemente transparente. Un ingenioso mecanismo hace que un batido de luz se escape después de cada millón de vibraciones de la frecuencia de láser. Ese batido está vinculado a la frecuencia real del láser como en una caja de cambios. Cómodamente se puede calcular así lo que sucede dentro del aparato.

Con otros trucos, Hänsch logró demostrar que el láser no sólo emite luz de una frecuencia, sino cientos de miles de colores a la vez, como si fuera una escala tonal de la luz. Si se quisiera ordenar esas variantes cromáticas como las teclas de un piano, los colores estarían tan juntos unos a otros como los dientes de un «peine quitapiojos». Por eso se llamó al aparato «peine de frecuencia». Con ese invento, Hänsch ha contribuido de forma decisiva a la construcción de relojes atómicos más precisos, a la mejora de los sistemas de localización por satélite (GPS) y a la elevación de la velocidad de transmisión de datos en redes de fibra óptica.

Aunque Hänsch comercializa los desarrollos a través de su propia empresa Menlo-Systems, para él el dinero es algo secundario. Si fuese por ello, probablemente se hubiera quedado en Estados Unidos. Pero no, decidió volver en 1986 a Alemania, porque «quien quiere ser innovador necesita patrocinadores pacientes», dice Hänsch. «Y en Alemania existen.»

Ulrich Schnabel

viernes, 17 de agosto de 2007

Regulador de luz para alumbrados públicos ahorra energía y dinero

Fuente: dw-world.de.

Los costos del alumbrado público crecen mientras el dinero escasea. Apagar cada segunda lámpara es riesgoso para el tráfico vehicular. Una empresa alemana inventó una lámpara que alumbra con menor intensidad.

Los reductores domésticos de intensidad de luz no sólo ayudan a ahorrar energía en el hogar. También en lámparas no domésticas logran reducir el gasto energético hasta en una tercera parte. Lo que se logra en casa también puede ser posible en la calle, se dijo entonces el alcalde de la localidad de Zerbst, en la Sajonia Anhaltina. Con esa inquietud se dirigió a una empresa local que fabrica lámparas para el alumbrado público que duran más de 30 años.

Así es como la firma de KD-Elektroniksysteme desarrolló una lámpara para el alumbrado público que cambia su intensidad de luz cada 15 minutos. No es que esté dañada, sólo que la bombilla acopla la luz a las necesidades.

Sodio y mercurio a altas presiones

Pero las cosas no son tan fáciles. La reducción de la intensidad de luz resulta una cosa difícil en lámparas de sodio y mercurio a alta presión, le confiesa el ingeniero Bernhard Dombrowski, de la mencionada empresa de Zerbst, a la emisora de radio alemana Deutschlandfunk.

Por debajo de los 190 voltios, las lámparas del alumbrado público se apagan. Teniendo en cuenta que la tensión es de 230 voltios nominales, la reducción del gasto de energía es realmente poca.
Pero los expertos buscaron otro camino. “El rendimiento eléctrico resulta de la tensión y la energía como producto de ambos.

En nuestro caso, la tensión se mantiene constante mientras la energía se reduce. Así se baja el rendimiento eléctrico en la misma proporción”, agrega Dombrowski.

¿Pero cómo es posible reducir la fuerza de la energía? Para ello, los ingenieros echaron mano de una ley de la electrotecnia que reza: crece la resistencia con tensión constante, baja el poder de la energía. La resistencia la han aumentado los ingenieros de Zerbst dejando fluir energía a través de una bobina en la que se forma un campo magnético.

Entre más cambios, más resistencia

”Justo este campo magnético induce, a su vez, en la misma bobina una tensión que va en contra de la causa que la produce”, especifica el experto. La tensión inducida ejerce resistencia contra el principal corriente de energía. Esa resistencia se agranda proporcionalmente a los cambios del cambio magnético. Y todo cambio producido por el campo magnético genera más tensión en la bobina.

“Nosotros elevamos la frecuencia de 50 a 100 hertz y así elevamos la resistencia, por lo que la energía baja maniendo constante la tensión en el medio de iluminación a un nivel de 230 voltios”, explica.

Pero tales cambios de frecuencias tienen un riesgo: se crean campos de interferencias que pueden impedir el rendimiento de otros conductos.

Como los cables para el alumbrado público no tienen una protección especial y son tendidos por canales subterráneos junto a instalaciones telefónicas y de transmisión de datos, los expertos tienen que asegurarse de no generar un caos a la hora de hablar por teléfono por querer ahorrar energía.

Nada de eso, los especialistas de Zersbt inventaron por ello, un filtro doble que protege y aísla las conexiones hacia la calle y hacia el suministrador de energía.

¡Ahorrar energía paga!

Hasta un 67% se logra reducir la luz en lámparas del alumbrado público y en el mismo grado se reduce el gasto de energía. A través de un computador se diseña un perfil de iluminación acoplado a las necesidades. A partir de las 8 de la noche, por ejemplo, la luz puede ser reducida en una cuarta parte y entre las 10 de la noche a las 5 de la mañana a la mitad.

Según los cálculos de los fabricantes, en dos años se amortizan los costos de la instalación de lámparas con reguladores de luz. Pero hay otra ventaja importante: cada hora ahorrada en kilowatios, es un kilogramo menos de CO2 que no contamina la atmósfera. Ahorrar energía paga.

martes, 7 de agosto de 2007

Extraen un lápiz de la cabeza de una alemana después de 55 años

  • Durante toda su vida ha tenido jaquecas y hemorragias nasales.
  • Se cayó a los 4 años, cuando llevaba el lápiz en la mano.
  • No pudieron retirárselo entero y aún conserva 2 cm de lápiz.

Un grupo de médicos ha extraído de la cabeza de una mujer alemana de 59 años parte de un lápiz que le ha causado durante casi toda su vida jaquecas y hemorragias nasales, según ha informado este lunes el periódico Bild.

Margret Wegner se cayó a los 4 años, cuando llevaba el lápiz en la mano.

"El lápiz se introdujo a través de mi piel y desapareció dentro de mi cabeza", ha reconocido Wegner al diario.

Afortunadamente para Wegner, el objeto no tocó partes vitales de su cerebro, aunque estuvo cerca.

En ese momento, nadie se atrevió a operar a la paciente, pero ahora, según los médicos, la tecnología ha mejorado lo suficiente como para poder extirparlo.

La mayor parte del lápiz, de unos 8 centímetros de largo, fue extraída en una operación en una clínica privada de Berlín.

No obstante, aún tiene un trozo de 2 centímetros que está tan aferrado que ha sido imposible eliminarlo.

Fuente: 20minutos.es.