El año pasado recibió el Premio Nacional de Investigación y ha coordinado el proyecto europeo Límites a la Sostenibilidad Ambiental. La suya es una voz autorizada para hablar de cambio climático, de los recursos que le quedan a la Tierra, y del agua y sus aplicaciones.
¿Se le ha hecho más caso a Al Gore que a los científicos sobre el cambio climático?
Al Gore ya escribió libros antes de Una verdad incómoda y tiene un largo recorrido de compromiso. Ha logrado hacer un uso inteligente de la tecnología y la información. Los científicos no tenemos acceso a esa tecnología.
Hace poco que estuvo en el Ártico. Si se deshiela...
No pasará nada grave porque el hielo que hay ahora sobre al agua ya pesa y ejerce presión en el océano. Otra cosa es la fusión del hielo de Groenlandia, que también está desapareciendo. Allí está sobre tierra y en 300 años se derretirá.
¿El Ártico es la zona más contaminada del planeta?
Tanto es así que las mujeres del pueblo inuit (esquimales) no deberían amamantar a sus hijos por el alto grado de contaminación en sangre. Son los últimos de la cadena trófica y reciben toda la contaminación.
Allí están el 25% de los recursos de gas y petróleo.
De hecho hay tres países del G7 disputándoselos derechos de explotación con comportamientos agresivos. Deberíamos considerar el Ártico como aguas internacionales y patrimonio de todos.
¿Por qué los científicos casan mal con la clase política?
Hay carencia social de cultura científica y los políticos reflejan eso. Se rodean de científicos de cámara con un discurso no crítico porque no quieren crítica.
Pero el debate sobre el agua ha pasado a la política...
El futuro es desalar. No hay ningún problema que ahora generen las desalinizadoras que no sea soluble. La energía eólica marina de ahora y la futura que genere el oleaje producirán energía suficiente para mitigar la emisión de CO2.
¿Entonces no deberíamos hacer trasvases?
El debate no es qué hacer hoy, sino qué panorama tendremos en el futuro. En poco tiempo no habrá excedentes en ninguna cuenca. La España verde ya no existe. Por ejemplo, del Nilo llega al mar el 5% del agua que llegaría en ausencia de captación. Se ha agotado la pesquería y aun kilómetro de la desembocadura ya no detectas agua dulce. En el Amazonas se ha detectado la presencia del río a 400 kilómetros de su final. El ciclo del agua requiere que la dulce llegue al mar para regular corrientes marinas, retornar por evaporación, fertilizar el mar y mantener las costas.
¿Y en Barcelona?
Barcelona tiene un problema puntual que estará resuelto en un par de años como mucho. No se puede polarizar el debate, hay que aportar una solución combinada para crisis como esta.
¿Y para el futuro?
El futuro de la humanidad es el océano, que es el 75% de la superficie terrestre. Allí está la despensa, con más especies marinas domesticadas, y el agua. Cuando nos demos cuenta de la escasez de agua tendremos que aplicarlos recursos. Llegarán las técnicas semisecas, los cultivos tendrán que adecuarse y deberemos modificar algunos hábitos. No es un drama, pero hay que mentalizarse.