La mayoría de las mujeres se sienten más atraídas, casi todo el tiempo, por los hombres con pareja, ya que demuestran tener más cualidades para la convivencia. Sin embargo, el instinto las conduce durante sus días fértiles hacia los solteros y sin compromiso, debido a un rasgo atávico que aún conserva nuestra especie y que favorece las posibilidades de reproducción.
Esta es una de las conclusiones a las que ha llegado un estudio realizado en la Universidad de Padua, Italia, por las psicólogas Paola Bressan y Debora Stranieri, cuyos resultados se acaban de publicar en la revista 'Psychological Science'.
"Debido a que los hombres de mayores cualidades genéticas tienden a ser peores compañeros y padres que los de peores cualidades genéticas, las preferencias de las mujeres pueden orientarse hacia una inversión segura con los segundos, mientras que obtendrían los mejores genes mediante relaciones extramaritales con los primeros", indican las investigadoras.
Por supuesto, sólo tiene lugar esta selección natural de genes si se produce un embarazo, por lo que las fuerzas evolutivas habrían propiciado que la mayoría de las mujeres se sientan inclinadas por los solteros únicamente en sus momentos más fértiles.
Con el fin de comprobar dicha tesis, cuyas autoras no dudan en calificar de "provocativa", se puso en marcha un estudio con 208 mujeres, que calificaron el atractivo sexual de distintos hombres divididos en dos grupos: emparejados y 'libres'.
Las investigadoras predijeron que, si estaban en lo cierto, las mujeres emparejadas debían preferir a los hombres también emparejados, ya que lo normal es que tuvieran más cualidades como posibles sustitutos de su relación.
Sin embargo, dicha preferencia debería dar un vuelco durante los días más fértiles, ya que los solteros y sin compromiso suelen ser más asequibles (o menos peligrosos) para mantener una relación esporádica, de acuerdo con la previsión de las autoras del estudio.
"Tal y como predijimos, las mujeres emparejadas favorecieron a los hombres comprometidos en las fases de baja fertilidad de su ciclo menstrual, pero prefirieron a los solteros (si eran masculinos, es decir, si mostraban buenas cualidades genéticas) cuando el riesgo de concepción era alto", concluyen las científicas.
Rasgos genéticos
Al mismo tiempo, el estudio confirmó que los rasgos genéticos asociados la fertilidad masculina, como un rostro varonil, también llaman más la atención de las mujeres durante sus fases más fértiles.
Este instinto femenino, según interpretan las autoras de la investigación, debió surgir en el Pleistoceno, cuando se vivía en sociedades de entre 175 y 475 individuos y menos de la mitad de ellos se hallaban en edad reproductiva.
Eso quiere decir que nuestras abuelas prehistóricas sólo tenían entre 20 y 45 hombres entre los cuales elegir un padre para sus hijos, por lo que la evolución favoreció a aquellas que desarrollaron las estrategias más efectivas en busca de buenos compañeros y, al mismo tiempo, buenos genes. El problema es que, según la psicología evolutiva, ambas cualidades no solían darse en la misma persona.
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