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lunes, 1 de diciembre de 2008

Descubren el mecanismo universal del envejecimiento

Fuente: Tendencias Cientificas.

Hace una década, científicos norteamericanos descubrieron que una proteína llamada sirtiun era la responsable del proceso de envejecimiento en organismos unicelulares. Diez años más tarde, y gracias al desarrollo de los chips de ADN, se ha podido comprobar que esta misma proteína condiciona el proceso de envejecimiento de los mamíferos. Conocida como sirtiun, los científicos señalan su importancia en la regulación de una expresión genética adecuada. Cuando los genes que deben permanecer desactivados se activan por la desregulación que indirectamente produce el deterioro del ADN, la proteína sirtiun no puede hacer bien su trabajo. El descubrimiento de un “mecanismo universal” de envejecimiento, abriría las puertas a la creación de medicamentos que hagan reversible la vejez, según los investigadores.

Científicos de diversas universidades norteamericanas han publicado recientemente en la revista especializada Cell-2 un artículo en el que afirman haber encontrado el mecanismo universal del envejecimiento.

Dicho mecanismo afectaría por igual tanto a los organismos unicelulares (como los hongos) como a los multicelulares (como los mamíferos).

Ésta es la primera vez que se observa un mecanismo conservado a lo largo de la evolución, en tan diversos organismos a la vez. Según explica la Harvard Medical School en un comunicado, dicho mecanismo se remontaría a hace mil millones de años.

Células deterioradas

El estudio realizado por los investigadores demostró que los daños en el ADN (principal componente del material genético) afectan, con el paso del tiempo, a la capacidad de las células para regular apropiadamente la activación o desactivación de la expresión genética, en situaciones particulares.

Este proceso de deterioro, que aparece tanto en los hongos como en los humanos, podría ser el responsable universal del envejecimiento en todas las especies, señalan los especialistas.

Según declaraciones de David Sinclair, un profesor de patología de la Harvard Medical School, seguramente haya otras razones para el envejecimiento, pero la importancia del descubrimiento radica en que el envejecimiento de un simple hongo pueda relacionarse con el de un mamífero.

Desde hace cierto tiempo, los científicos han sabido que un grupo de proteínas llamadas sirtuins están relacionadas con el proceso de envejecimiento. Estas proteínas, cuando son estimuladas -por ejemplo con el resveratrol (fitoalexina presente en las uvas y en productos derivados, como el vino) o con la restricción de calorías-, parecen ocasionar efectos positivos tanto en la salud como en el proceso de envejecimiento.

Proceso en mamíferos

Hace aproximadamente diez años, Sinclair y otros colegas del Departamento de Biología del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT), descubrieron que una proteína sirtuin particular (la Sir2) de la levadura condicionaba el proceso de envejecimiento de ésta en dos sentidos: por un lado ayudaba a regular la actividad genética en las células, y por otro también ayudaba a reparar roturas en el ADN.

Pero los científicos también descubrieron que, a medida que pasaba el tiempo y se iban acumulando daños en el ADN, la proteína sirtium era cada vez menos capaz de regular adecuadamente la actividad genética. Como resultado, aparecían las características propias del envejecimiento en el hongo estudiado.

Hasta ahora, se creía que este fenómeno era exclusivo de la levadura o de los hongos, pero no se había comprobado si se daba también en organismos de más de una célula, explican los científicos.

También en ratones

Para descubrirlo, los investigadores realizaron análisis del mismo proceso en mamíferos, concretamente en ratones. Utilizando una sofisticada plataforma de microarray (chips de ADN), estudiaron la proteína sirtuin presente en las células de ratones.

La plataforma de microarray consiste en una superficie sólida a la que se unen una serie de fragmentos de ADN. La disposición de estos fragmentos se usa para averiguar las expresiones genéticas de las células. Los resultados obtenidos en este caso corroboraron que el mismo proceso de envejecimiento vinculado a sirtuin aparecía en ambas especies (el hongo y los ratones), aseguraron los científicos.

En primer lugar, éstos descubrieron que la proteína sirtuin, en el sistema de los mamíferos, “supervisaba” los patrones de expresión genética. En cualquier organismo, todos los genes están presentes en todas las células, pero todos ellos están “controlados” para que su expresión o silenciación sea la apropiada. De hecho, si se activan los genes inadecuados, las células pueden resultar dañadas.

Guardianes sobreexplotados

Como medida protectora, las proteínas suirtins señalan, por tanto, qué genes han de permanecer desactivados. Al hacerlo, ayudan a preservar la cromatina (sustancia que se encuentra en la célula y a partir de la que se producen los cromosomas en la división celular), que es la encargada de envolver los genes que han de permanecer desactivados para que éstos no se “despierten”.

En segundo lugar, estas proteínas tienen otra importante función: cuando el ADN resulta dañado por la luz ultravioleta o los radicales libres, las sirtuins abandonan sus funciones de guardianes y ayudan al ADN a reparar el lugar del daño. Durante este intervalo de tiempo, el envoltorio de la cromatina puede comenzar a desenredarse, y los genes hasta ahora silenciados comienzan a “despertar”.

En la mayoría de los casos, las sirtuins vuelven a su función inicial antes de que se produzcan daños permanentes. Sin embargo, a medida que el ratón envejece, los niveles de daños en el ADN aumentan, y las sirtuins se deben alejar con más frecuencia de sus “puestos de vigilancia”. Resultado: la desregulación de la expresión genética se hace crónica.

Muchas de las activaciones genéticas que se ponen en marcha a raíz de este proceso, están directamente relacionadas con los fenotipos del envejecimiento.

Rejuvenecimiento de los ratones

Los científicos se preguntaron entonces qué pasaría si se volviera a poner la sirtuin en “su sitio”, en el caso de ratones viejos. La hipótesis era que con más sirtuins, la reparación del ADN se volvería más eficiente, y el ratón mantendría la expresión genética del patrón de la juventud, incluso en la vejez.

Eso fue precisamente lo que ocurrió. Utilizando el resveratrol, un activador de la sirtuin, se extendió la esperanza de vida de los ratones en entre un 24 y un 46%. Los científicos señalan que este descubrimiento abre una vía para la creación de medicamentos que puedan estabilizar la redistribución de sirtuins a medida que pasa el tiempo.

En definitiva, el deterioro del ADN no sería en sí mismo la causa del envejecimiento, explican los investigadores, sino que pondría en marcha un proceso que provoca la ausencia de regulación de la expresión genética. Según los científicos, sería por tanto posible invertir el proceso del envejecimiento, una vez que se ha detectado su mecanismo universal.

viernes, 31 de octubre de 2008

Científicos descubren la fórmula para no envejecer

Fuente: PPN.

Un grupo de científicos de la Universidad de Pekín aseguró haber descubierto la fuente de la eterna juventud, pues han descubierto que el gen P16 es el principal responsable del envejecimiento de las células humanas y aseguran haber hallado un método para retrasar la degeneración celular a través de la inhibición de dicho gen, paso clave hacia la prolongación de la vida del ser humano.

En declaraciones a la prensa local, los doctores Tong Tangjun y Zhang Zongyu, jefes del equipo científico responsable del hallazgo, explicaron que el gen P16 controla la vida de las células al ejercer una función de 'reloj biológico célula'.

Además, los expertos han demostrado que es posible prolongar la vida de una célula inhibiendo las funciones del gen, con lo que se retrasa la degeneración celular y, en consecuencia, también la del ser humano.

El profesor Tong subrayó además que los estudios sobre el envejecimiento celular son clave para prevenir y curar las enfermedades geriátricas y ha añadido que su 'investigación ha probado, como mínimo, que la duración de la vida de algunas células humanas se puede regular mediante la recombinación del ADN'.

Han Qide, miembro de la Academia de Ciencias de China, ha declarado que este descubrimiento supone un gran avance en la investigación de los mecanismos del envejecimiento y 'ha abierto un nuevo camino para la comunidad científica a la hora de descifrar el secreto de la degeneración de las células humanas'.

lunes, 15 de octubre de 2007

Identifican un grupo de genes anticancerígenos que frenan el envejecimiento

Fuente: HispaMp3.

Una investigación sobre gusanos sirve para identificar 29 genes que no sólo limitan la proliferación de tumores, sino que además frenan el proceso de envejecimiento

(Reuters) Un grupo de investigadores ha identificado una serie de genes que no sólo limitan el cáncer en los gusanos, sino que además frenan el proceso de envejecimiento, y ahora están estudiando si los genes tienen las mismas propiedades en los seres humanos.

Ya se sabe que muchos de los genes de los gusanos tienen equivalentes en los humanos, y el equipo de la sede de San Francisco de la Universidad de California, en Estados Unidos, dice que con este estudio y otros similares espera que se puedan comprender mejor algunos de los procesos que causan tanto el envejecimiento como el cáncer.

La idea es que aquellos medicamentos que consigan imitar los efectos de esos genes podrían ayudar a frenar el cáncer y también a que la gente viva más tiempo, según afirman los investigadores en la revista Nature Genetics.

La bióloga Cynthia Kenyon, directora del estudio, ha descubierto que un cambio sólo en un gen, llamado daf-2, podría duplicar la duración de la vida de unas pequeñas lombrices llamadas Caenorhabditis elegans. Ella y la estudiante de posgrado Julie Pinkston-Gosse analizaron tantos genes que hubieran sido afectados por el daf-2 como pudieron.

Una treintena de genes anti-cáncer

En total registraron 734, y hallaron que 29 de ellos o bien estimulaban el crecimiento de los tumores, o bien lo suprimían. Así, algunos causaban la proliferación descontraolada de células, lo que lleva a que un tumor crezca y se propague, mientras que otros iniciaban un proceso suicida programado llamado apoptosis, usado por el cuerpo para destruir células defectuosas, incluídas las tumorales.

"Alrededor de la mitad de esos genes también afectaban al envejecimiento normal, vinculando así ambos procesos", afirman las dos investigadoras. "Existe una opinión generalizada de que cualquier mecanismo que desacelere el envejecimiento probablemente estimulará el crecimiento de tumores", afirma Kenyon.

Sin embargo, explica que su investigación sirvió para encontrar "muchos genes que incrementan la duración de la vida, y desaceleran el crecimiento de los tumores. Los humanos tienen versiones de muchos de estos genes, por lo que esta labor podría conducir a tratamientos que nos mantengan jóvenes y libres de cáncer mucho más tiempo de lo normal", concluyó.

miércoles, 5 de septiembre de 2007

"El ser humano envejece cuando deja de enamorarse"

Fuente: La Vanguardia.

Madrid. (EFE).- El ser humano envejece cuando deja de enamorarse, ya que a medida que tiene mayor edad existen mayores necesidades de regeneración celular y de compartir la vida con otros, según el ensayista Eduardo Punset, que hoy presentó en Madrid su libro 'El viaje al amor. Las nuevas claves científicas'.

El autor indicó que la biología explica que una persona continúe enamorándose a los 90 años de edad, ya que el instinto de fusión con otro ser crece con la edad. Para el escritor catalán, es una "falacia" pensar que el amor es un acto de generosidad, ya que es la "primera manifestación del instinto de supervivencia" y fusión de los seres vivos.

Además, sostuvo que la primera bacteria existente en el Planeta, hace 3.200 millones de años, fue capaz de amar al sentir la soledad y la necesidad de fundirse con el entorno. A pesar de la evolución desde ese primer organismo, el amor en el ser humano continúa siendo un instinto, una "emoción básica que se manifiesta de manera inconsciente" y que existe en todos los seres vivos.

En las especies superiores, aseguró, la contrapartida del amor es la muerte, porque al crear seres únicos e irrepetibles genéticamente se deja de ser eterno. El autor de 'El viaje al amor', en el que trata de establecer las claves científicas del amor -físicas, químicas y biológicas-, desechó la dimensión racional de ese sentimiento aunque reconoció que el amor no sólo está en los genes, sino que puede potenciarse con el entorno, especialmente en los primeros meses de vida cuando la relación maternal fomenta la autoestima y la curiosidad.

Según Punset, los circuitos cerebrales que se ponen en marcha durante el enamoramiento son los mismos que desarrolla el bebé cuando es atendido por la madre. El problema es que el ser humano no tiene otras armas con las que responder al desamparo del amor que las que posee el niño para sobreponerse al abandono que sufre cuando su madre se aleja de la cuna.

El autor dio las claves para que el miedo al abandono no gane la batalla: tener seguridad en uno mismo y contar con un grado de curiosidad suficiente para poder profundizar en el conocimiento del resto del mundo. Por último, Punset informó de que trabajará durante los próximos diez años en la explicación de por qué el ser humano tiene una capacidad infinita para ser infeliz.