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viernes, 21 de noviembre de 2008

El mamut, primer fósil en el club del genoma

Fuente: Publico.es.

La secuencia casi completa de los cromosomas del mamut lanudo, que hoy publica Nature, es un hito científico de primera magnitud, aunque para valorar este logro no es preciso fantasear con una posible resurrección de este antiguo gigante de los hielos.

Los avances conciernen, por una parte, a que se trata del primer genoma de un animal extinguido. Los investigadores de EEUU y Rusia extrajeron ADN del pelo de ejemplares conservados durante miles de años en el suelo helado o permafrost. Esta fuente, dicen, permite obtener material más entero y limpio que el hueso, ya que el pelo actúa como una envoltura protectora de “plástico biológico”.

El segundo éxito corresponde a las nuevas técnicas de secuenciación, que han permitido abaratar la secuenciación de genes y aumentar su eficacia. Frente a los cientos de investigadores y de enormes máquinas que participaron en el primer genoma humano, los genes del mamut se publican bajo la firma de una veintena de científicos, que han empleado sólo una máquina del tamaño de una fotocopiadora situada en un laboratorio de la Universidad Estatal de Pensilvania.

Se trata de una versión mejorada del secuenciador fabricado por la compañía 454 Life Sciences, que sirvió también para leer el genoma del científico James Watson.

Primos lejanos, pero poco

El trabajo pionero tiene también su letra pequeña. La secuencia no es completa, sino que comprende, estiman los autores, un 80% del genoma nuclear del mamut. La tasa de errores puede ser alta, hasta de 3 bases erróneas por cada 2.000, o unos seis millones en total.

Además, aunque la contaminación se ha reducido al mínimo, los científicos estiman que ésta aún podría llegar al 20% de la secuencia obtenida; de los 4.170 millones de bases leídas, sólo 3.300 millones pertenecen con seguridad al mamut, un dato obtenido al compararlo con el ADN de su pariente actual, el elefante.

De esta comparación es de donde se extraen las principales conclusiones del estudio. Según Webb Miller, codirector del proyecto, “mamuts y elefantes se separaron hace unos seis millones de años, más o menos al mismo tiempo que humanos y chimpancés”. “Sin embargo”, agrega, “al contrario que chimpancés y humanos, que evolucionaron rápidamente en dos especies distintas, mamuts y elefantes evolucionaron de un modo más pausado”.

Los científicos concluyen afirmando que una vez que se complete el genoma del elefante, aún en proceso, se conocerá más sobre la evolución y la extinción del mamut.


La resurrección, más ‘fi’ que ‘sci’

El genoma del hombre de neandertal puede convertirse en el segundo secuenciado de una especie extinguida. El director de este proyecto, Svante Pääbo, dijo la semana pasada que a final de año espera completar los 3.000 millones de bases.

Pese a las fantasías de clonación, los científicos insisten en que secuenciar y clonar son conceptos distintos: para clonar se precisan células relativamente intactas. Construir cromosomas artificiales a partir de una secuencia y emplearlos para este fin aún es ciencia ficción.

La reciente clonación de ratones congelados sugirió la posibilidad de hacer lo mismo con los mamuts hallados en ‘permafrost’. Sin embargo, es improbable que de éstos se recuperen núcleos viables.

viernes, 15 de febrero de 2008

Científicos rusos descodificarán el ADN de una cría de mamut pero descartan su clonación

Fuente: La Vanguardia.

Científicos rusos confiaron hoy en poder descodificar el ADN de la momia de una cría de mamut hallada en Rusia en mayo de 2007, pero descartaron la posibilidad de clonar a ese animal prehistórico.

"Para poder realizar la clonación es preciso tener por lo menos una célula viva, pero, lamentablemente, no es el caso de esta cría de mamut", declaró el director adjunto del Instituto Zoológico de San Petersburgo, Alexéi Tíjonov, a la agencia Interfax.

Al mismo tiempo, el científico se mostró optimista sobre las perspectivas de descodificar el ADN (ácido desoxirribonucleico) de ese paquidermo que lleva la información genética sobre el animal. "Creo que lo lograremos hacer", agregó el representante del Instituto Zoológico, que actualmente alberga la momia de cría de mamut.

En diciembre pasado, la momia fue enviada a Tokio, donde la sometieron a una serie de investigaciones, y regresó hace pocos días a Rusia. Tíjonov comentó que los expertos nipones, que en ocasiones anteriores dejaron ver su intención de clonar un mamut, hicieron una tomografía de ese cachorro hembra y crearon su modelo tridimensional.

La momia de cría de mamut fue descubierta en mayo del año pasado por un pastor de renos en la región siberiana de Yamal, en un recodo del río Yuribel, cerca de su desembocadura en el mar de Kara. La criatura, bautizada con el nombre cariñoso de Liuba (diminutivo de Luibov, la esposa del descubridor de la momia), pasó varios meses en una cámara congeladora especial del museo de Salejard, centro administrativo de la región de Yamal.

Según los científicos, Liuba, cuando pereció en un pantano hace más de 10.000 años, tenía apenas doce meses, medía 130 centímetros de altura y pesaba cerca de 50 kilogramos. "Calculamos que la momia permanecerá en nuestro instituto hasta abril próximo", dijo Tíjonov, quien adelantó que "por el momento resulta imposible exponer el hallazgo".

Pero, teniendo en cuenta que la cría de mamut suscita enorme interés, "planeamos convocar a comienzos de marzo una conferencia de prensa en la que expondremos la momia", indicó el científico. Liuba, el segundo mamut bebé encontrado en Yamal, tiene especial importancia para los expertos debido a que el paquidermo se conservó íntegro en los hielos perpetuos y tiene intactos hasta los ojos y la trompa.

Según Tíjonov, en las investigaciones de la momia que se llevarán a cabo en el Instituto Zoológico también participarán científicos de varios países europeos, Estados Unidos y Japón.

jueves, 27 de septiembre de 2007

Decodificación del ADN de pelo de mamut conducirá a la de especies extintas

Fuente: Univision.

Un equipo internacional de investigadores logró descifrar el ADN de pelos de mamut de Siberia de 12.000 a 50.000 años de antigüedad, lo que abre la vía a la decodificación de numerosas especies extintas, según un estudio publicado este jueves.

Recurriendo a un método de decodificación por síntesis, los genetistas pudieron descifrar el ADN mitocondrial --sólo transmitido por la madre-- de 13 mamuts, entre ellos el célebre mamut Adams descubierto en 1799 y conservado desde entonces a temperatura ambiente en un museo en Rusia.

Este novedoso método debería permitir enriquecer con nuevos datos genéticos las colecciones de Charles Darwin y de los naturalistas del siglo XVIII Alexander von Humboldt y Carl von Linné, alemán y sueco respectivamente, según los autores del estudio.

"Los datos genéticos ya recopilados por este método abren la vía a la decodificación de la totalidad del genoma del mamut", dijo Stephan Schuster, de la Universidad de Pensilvania (este), uno de los autores de esta investigación que se publica en la revista estadounidense Science del 28 de septiembre.

El ADN antiguo se preserva bien en el pelo: puede hallarse fácilmente en los ambientes fríos y su descontaminación es sencilla. Además, el cabello y el pelo son preferibles a los huesos como fuente de ADN antiguo para tomar de allí la mitocondria.

Hasta el momento ha sido necesario analizar viejas osamentas para poder comparar, por ejemplo, las características genéticas de elefantes y mamuts o incluso para saber cómo éstos últimos sobrevivieron a la era glaciar antes de su extinción.

Estas muestras de ADN provenientes de los huesos son no obstante raras y a menudo están contaminadas por bacterias.

En cambio, el ADN procedente de pelos es muy limpio porque ha sido preservado en queratina, una especie de membrana que parece plástica. La queratina forma un 95% del pelo y se encuentra también en cuernos y uñas.

Otra ventaja es que el pelo puede lavarse sin que se alteren sus materiales genéticos, explicaron los autores de la investigación.

"Si se piensa en todos los animales disecados en museos de historia natural del mundo que pertenecen a especies extintas, hay mucho trabajo por hacer para decodificar sus ADN", acota Thomas Gilbert, de la Universidad de Copenhague en Dinamarca y coautor en el estudio.

Antes de esta investigación, sólo siete genomas de animales de especies extintas han sido descifrados en su componente genético: cuatro pájaros, dos mamuts y un mastodonte.

"Este descubrimiento es una buena noticia para todos aquellos que quieren saber cómo se extinguieron algunos de los grandes mamíferos", agrega Stephan Schuster.

Pero estos trabajos tienen también, potencialmente, otras aplicaciones. Así lo estima el especialista Eske Willerslev, profesor de la Universidad de Copenhague. "El método todavía debe ser afinado para ser plenamente utilizable por ejemplo por un médico forense (...), lo que no es más que una cuestión de tiempo"

viernes, 24 de agosto de 2007

Más pruebas de impacto cometario que eliminó a los mamuts

Fuente: NeoFronteras.

Achacan al impacto de un cometa la extinción de mamuts y grandes mamíferos y la desaparición de la civilización Clovi ocurrida hace 12.900 años. El impacto habría producido un enfriamiento global.

La desaparición de la cultura Clovi y con ella la presencia de grandes mamíferos en Norteamérica ha sido un gran misterio durante décadas. Incluso se ha acusado precisamente a la gente que vivía allí de su extinción debido a los hábitos de caza sobre estos animales.

Ahora James Kennett y sus colaboradores de la Universidad de California en Santa Barbara proponen una nueva explicación: un impacto cometario. La teoría que ya se propuso hace algún tiempo (y de la que NeoFronteras ya se hizo eco) cobra visos de verosimilitud a la luz de las pruebas encontradas.

El cometa, de unos cuatro kilómetros de diámetro, podría haber explotado en la atmósfera o haber hecho impacto en una capa de hielo que cubría parte Norteamérica en esa época. Esta causa podría explicar además por qué hubo un lapso de tiempo (llamado Younger Dryas) de unos mil años durante el cual las temperaturas fueron bajas a pesar de corresponder a un periodo interglaciar. Pruebas de este periodo frío están contenidas en los testigos de hielo y en los sedimentos marinos.

Si la hipótesis del cometa es cierta su impacto habría provocado fuegos a lo largo de todo el continente, matado la vegetación y por consiguiente eliminado la base de la cadena alimentaria. Los grandes mamíferos habrían muerto de hambre extinguiéndose en el lugar. Como la cultura Clovi vivía principalmente de la caza de estos animales su sociedad se habría visto afectada también por el impacto.

Los científicos han podido encontrar altas concentraciones de iridio en los yacimientos arqueológicos Clovis que han visitado. Este elemento es muy raro en la corteza terrestre, pero es relativamente abundante en cometas y asteroides.

Además han encontrado microesferas metálicas con nanodiamantes que se podrían haber formado a partir de los elementos acarreados por el cometa.

El impacto habría desestabilizado una gran porción de lo que era la capa de hielo Laurentide, originando una gran afluencia de agua dulce a los océanos Atlántico y Pacífico. Este aporte habría cambiado la circulación de las corrientes marinas y alterado la atmósfera, lo que finalmente habría producido una pequeña edad del hielo.

Empiezan a acumularse pruebas de una “alta” frecuencia de impactos sobre nuestro planeta. Esto nos debería hacer recapacitar sobre nuestras prioridades a la hora de la investigación espacial. Una vigilancia de estos cuerpos quizás sea más importante que nunca. La vida humana es muy frágil, las civilizaciones lo son aún más.

lunes, 11 de junio de 2007

Amplia colección de fósiles de mamut aporta datos sobre antiguas inundaciones

(NC&T) Los fósiles, en algunos casos esqueletos completos de Mammathus columbi, quedaron depositados en las laderas de las colinas de lo que ahora son los valles de Walla Walla, Yakima y Columbia, al sudeste de Washington, donde los cadáveres quedaron atrapados cuando el agua se retiró del antiguo lago Lewis, un lago de carácter temporal aunque repetitivo. Los geólogos del PNNL están estudiando los depósitos para averiguar la altura alcanzada por el agua en muchas de las inundaciones, la última de las cuales ocurrió hace entre 12.000 y 15.000 años.

Los geólogos están interesados en investigar todo hallazgo de mamut conocido o supuesto, para recolectar evidencias adicionales y para mejorar la documentación de esos yacimientos paleontológicos.

Últimamente, Kelsey Winsor (PNNL) y sus colegas han identificado 62 puntos de hallazgos conocidos o sospechados de fósiles, y han verificado y recolectado material e información adicionales en ocho de ellos.

Están tratando de extraer cuanta información puedan acerca de cada mamut hallado en la cuenca central de Columbia, de manera que puedan conocer mejor el impacto que causaron las inundaciones del final de la Edad de Hielo sobre los mamuts y sobre otras criaturas, y así averiguar más cosas sobre la historia de las inundaciones de la Era Glacial.

Los geólogos sospechan que la mayoría de las inundaciones de la Edad de Hielo en el este de Washington, se originaron en otro lago glacial, el Missoula. Este lago se formaba detrás del hielo que actuaba como dique del río Clark Fork, represándolo. Algunas veces, el dique de hielo se rompía, liberando enormes cantidades de agua en un instante (hasta 500 millas cúbicas). Poco a poco, el dique volvía a formarse, el lago Missoula resurgía, y el ciclo se repetía de nuevo.

Los resultados preliminares colocan a la mayoría de los mamuts en el área del Lago Lewis, a elevaciones de entre 180 y 300 metros, lo que refleja la distribución de las rocas redondeadas que, originarias de muy lejos, eran trasladadas sobre icebergs. La evidencia sugiere que estas elevaciones reflejan las profundidades típicas que alcanzaba el agua en el lago Lewis, y que mayores profundidades, y por consiguiente mayores inundaciones (de hasta 365 metros), eran excepciones más que la regla.

Los esqueletos enteros de especímenes hallados a elevaciones menores probablemente quedaron enterrados poco después de su muerte, provocada en un escenario aterrador, difícil de imaginar: una pared de agua de 800 metros, ocupando completamente el campo de visión de estas criaturas sentenciadas, avanzando a una velocidad de 100 kilómetros por hora.

Algunos fragmentos pudieron desprenderse de esqueletos completos redistribuidos por inundaciones posteriores, mientras que otros fragmentos quizá circularon de modo errático transportados por el hielo.

Fuente: SoloCiencia.