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viernes, 6 de marzo de 2009

Kepler busca nuevas Tierras

Fuente: Publico.

¿Estamos solos en el universo? La pregunta lleva siglos formulada y es muy relevante. Por dar una respuesta inadecuada, la Iglesia quemó en febrero de 1600 a Giordano Bruno. Se le había ocurrido decir que existían multitud de sistemas solares con mundos habitados como la Tierra. Mucho antes, en el siglo IV a.C., Metrodoro de Chios, en una línea similar pero sin castigo equivalente, argumentaba que "un solo mundo en el espacio infinito sería tan extraño como una sola espiga de trigo en un gran campo sembrado". Mañana, a las 4.50 de la madrugada, Kepler, una sonda de la NASA, parte hacia el espacio para recabar información que nos acerque a la resolución del enigma.

Ya se han encontrado más de 300 planetas fuera del Sistema Solar. Sin embargo, la mayor parte de los exoplanetas hallados son grandes cuerpos gaseosos como Júpiter con órbitas muy próximas a su estrella. La razón es que, dada la dificultad para detectar objetos poco luminosos a enormes distancias, la técnica que ha permitido el descubrimiento de gran parte de los exoplanetas no se basa en la observación directa, sino en el estudio de las interferencias que estos cuerpos ejercen sobre la órbita de sus estrellas. Cuanto más grande sea el planeta y más cerca se encuentre de su estrella, más fácil será detectar el tirón gravitatorio que ejerza sobre ella.

Planetas con agua líquida

El reto de Kepler será localizar planetas rocosos de un tamaño similar al de la Tierra a una distancia de su astro donde la temperatura pueda ser propicia para la vida. "Estamos buscando planetas donde la temperatura es la justa para que haya agua líquida en la superficie", explica William Borucki, investigador principal del proyecto.

La labor de la sonda estadounidense no será encontrar un planeta concreto, sino determinar la cantidad de ellos con tamaño similar al de la Tierra que existen en la Vía Láctea. Kepler realizará, en palabras de Jon Morse, director de la división de astrofísica en la sede de la NASA en Washington, el primer censo de planetas parecidos a la Tierra. Este inventario ayudará a "planificar futuras misiones que detecten y caractericen ese tipo de mundos alrededor de estrellas cercanas", dijo Morse.

En órbita alrededor del Sol, el ojo de Kepler se fijará durante tres años y medio en una parcela celeste de 105 grados cuadrados aproximadamente el trozo de firmamento que cubre la mano con el brazo estirado. Medirá sin descanso el brillo de 100.000 estrellas cada media hora en busca de las pequeñas oscilaciones que produciría un planeta al pasar frente a ellas. Para cazar estos diminutos eclipses, Kepler cuenta con una cámara de 95 millones de píxels que podrá detectar cambios en el brillo de las estrellas de hasta un 0,002 por ciento. Vista desde una posición similar, la Tierra bloquearía un 0,008 por ciento de la luz del Sol.

Tres años de espera

El nuevo telescopio partirá mañana, pero los resultados aún tardarán en llegar. Para asegurarse de que una fluctuación en el brillo de una estrella es un nuevo planeta terrestre y no una interferencia de otro tipo, los científicos se han puesto el objetivo de registrar tres tránsitos antes de anunciar el hallazgo de un planeta. En teoría, un planeta situado en una región habitable de un sistema solar tardaría aproximadamente un año en completar una órbita en torno a su estrella. Aunque antes se anunciará el descubrimiento de multitud de grandes planetas gaseosos que orbitan muy cerca de su estrella, el censo de mundos habitables no comenzará a elaborarse hasta dentro de más de tres años.

El laborioso Kepler no tiene reservada la gloria de ser el primer telescopio en detectar signos de vida extraterrestre. Él sólo será el encargado de realizar una criba. Después, dos misiones, aún en desarrollo, realizarán el casting definitivo. La Agencia Espacial Europea prepara Darwin, una flotilla de cuatro o cinco sondas que analizará las atmósferas de planetas fuera del Sistema Solar en busca de las marcas químicas de la vida. La NASA también estudia su propia misión: Terrestrial Planet Finder (TPF). Con dos sistemas de telescopios complementarios permitirá obtener información precisa sobre características como la situación, la temperatura o la composición química de los exoplanetas con el objetivo último de encontrar vida.

La Tierra no es excepcional

Pese a que gran parte de los planetas detectados hasta ahora son gigantes gaseosos en la proximidad de sus estrellas, los astrónomos siguen considerando que se trata de excepciones; simplemente, son más fáciles de detectar.

Los modelos de formación planetaria indican que los mundos rocosos en regiones donde la existencia de agua es posible deberían ser abundantes. Borucki calculó que Kepler detectará unos 50 planetas con posibilidades de tener agua líquida.

"Si encontramos tantos, con seguridad querrá decir que la vida puede ser común en nuestra galaxia; que existe una oportunidad para que la vida tenga un lugar en el que evolucionar", afirmó.

"Si se encuentran pocos o ninguno, se podría pensar que los planetas habitables como el nuestro son muy raros y que la Tierra es un solitario enclave para la vida en el Universo", concluyó.

lunes, 2 de marzo de 2009

La NASA se lanza al espacio profundo en busca de vida extraterrestre

Fuente: 20minutos.

¿Hay vida más allá de la Tierra? La NASA pondrá en marcha esta misma semana una ambiciosa misión para responder esta pregunta cuya respuesta no se sabe si pertenece al campo de las fantasías de ciencia ficción o de la realidad.

Lo más curioso es que que los científicos han descartado virtualmente la posibilidad de que existe algo similar a lo que vemos en nuestro planeta, pero su esperanza por encontrar actividad biológica no decae.

El gran objetivo son los exoplanetas, planetas fuera del Sistema Solar, es decir que giran alrededor de otra estrella que no es el Sol. La nueva misión de la NASA tendrá dónde buscar ya que hasta la fecha se ha confirmado la existencia de más de 320 exoplanetas.

Kepler inicia su viaje

El inicio de está búsqueda, de importancia capital casi mística, se iniciará el próximo viernes cuando el observatorio Kepler despegue, sobre un cohete Delta II, desde Cabo Cañaveral (Florida, EE UU).

"Kepler es un componente crucial de los esfuerzos de la NASA por encontrar y estudiar planetas con características similares a las de la Tierra", señaló Jon Morse, director de astrofísica de la agencia espacial en Washington.

Según el científico, el censo planetario que realice Kepler ayudará a comprender la frecuencia en que existen esos planetas en la Vía Láctea.

También contribuirá en la planificación de otras misiones que, en un futuro a mediano plazo, detecten directamente y transmitan información sobre las características de los mundos que haya en torno a las estrellas vecinas.

Tras un viaje intergaláctico de 3,5 años, Kepler iniciará la búsqueda en la "minúscula" región de Cygnus-Lyra que contiene alrededor de 100.000 estrellas similares a nuestro Sol.

Con sus instrumentos, Kepler determinará la existencia de los exoplanetas a través de los cambios de luz que reflejen sus estrellas cuando pasen entre ellas y el observatorio. Si esas mediciones establecieran su parecido con nuestro globo, su estudio sería continuado por los telescopios Hubble y Spitzer de la NASA, dijo la agencia espacial.

Kepler podrá estudiar las estrellas de manera constante durante toda su misión, algo que no pueden hacer otros observatorios, como el Hubble.

El telescopio más potente

El telescopio de Kepler puede detectar cambios en el brillo de las estrellas de sólo 20 partes por millón y las imágenes que transmitirá el observatorio serán captadas por una cámara que tiene una resolución de 95 megapixels.

"Si Kepler observara un pueblo terrestre durante la noche desde el espacio, podría captar un cambio en la intensidad de la luz causada por una persona que pase frente a un farol", explicó James Fanson, director del proyecto en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA.

Según Debra Fischer, astrónomo de la Universidad Estatal de San Francisco, una vez que llegue a su destino en la próxima década, el Kepler será un instrumento básico para saber qué tipo de planetas giran en torno a otras estrellas.

Y las estadísticas que se recojan llevarán a determinar el rumbo que deberá seguirse para establecer si efectivamente hay "un planeta de color azul que orbita otra estrella en nuestra galaxia", señaló.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

La NASA pone fin a la misión de 'Phoenix' en Marte al perder contacto con la sonda

Fuente: 20minutos.

  • No ha enviado señales a la Tierra desde el pasado día 2.
  • La nave llevaba cinco meses explorando, dos más de lo previsto.
  • Fue enviada para recoger muestras de hielo y determinar la existencia de material orgánico en el planeta rojo y su posible habitabilidad.

  • La Agencia Espacial Estadounidense (NASA) dio este lunes por concluida la misión de 'Phoenix ' en Marte, a donde fue enviada a finales de mayo para determinar la existencia de material orgánico, ante la imposibilidad de establecer comunicación con la sonda.

    Los ingenieros de la misión no han recibido señales de 'Phoenix' desde el pasado día 2, informó el director del proyecto, Barry Goldstein, quien anunció que "estamos suspendiendo las operaciones, declarando en este momento el fin de las mismas".

    No obstante, la NASA continuará usando orbitadores para intentar recibir señales de 'Phoenix', si bien las posibilidades de que la sonda vuelva a funcionar son mínimas.

    La misión de 'Phoenix' iba a durar tres meses, pero la sonda ha operado finalmente durante más de cinco.

    En principio, el fin de la misión no supone un revés para la NASA, dado que la agencia espacial ya había anticipado que el cambio de estación en Marte, del verano al otoño y con menos horas de luz, iba a provocar esta situación, pero ha ocurrido tres semanas antes de lo esperado por las tormentas de polvo en el planeta rojo.

    'Phoenix' funcionaba mediante energía proporcionada por sus paneles solares, que ya no se podían recargar suficientemente.

    El pasado 25 de mayo, 'Phoenix' se posó, tras diez meses de viaje, en una zona del polo norte de Marte, donde inició su misión de recoger muestras de hielo y determinar la existencia de material orgánico.

    La misión de la sonda fue no sólo estudiar el suelo marciano, ya que el objetivo final era determinar si esta región, que abarca casi el 25%de la superficie del planeta, es habitable.

    Las cámaras de la nave, así como su estación meteorológica, proporcionaron información sobre el medio ambiente.

    Durante su misión, 'Phoenix' envió 25.000 imágenes de Marte a la Tierra, encontró rastros de perclorato en el suelo marciano, y otros sales que podrían ser nutrientes para la vida, carbonato de calcio, entre otros hallazgos.

    Doug McCuistion, director del Programa de Exploración de Marte de la NASA en Washington, afirmó que "'Phoenix' ha dado un importante impulso a nuestra esperanza de que podamos demostrar que Marte era habitable y que posiblemente tenía las condiciones para mantener vida".

    martes, 22 de julio de 2008

    Rebelión en la NASA

    Fuente: Publico.es.

    De simbolizar el progreso y el futuro en tiempos de la carrera espacial, la NASA se ha convertido, a decir de muchos, en una sima de burocracia y rigidez donde las ideas ambiciosas no tienen cabida. Tampoco la tienen las voces críticas: aunque abundan los medios y las web que cuestionan el rumbo de la agencia estadounidense, se trata siempre de fuentes externas. Muchas de ellas formaron parte en su día del entramado de la NASA; Jim McLane, ingeniero y antiguo contratista de los programas espaciales de aquel país, lo resumía para Público hace unos meses: “A los contratistas como yo, no se nos animaba a hacer sugerencias independientes e innovadoras”. McLane defiende un esquema alternativo para la colonización marciana. Sus ideas, como las de otros, fueron “ridiculizadas” por la agencia.

    La última rebelión contra los programas oficiales de la NASA es un verdadero órdago: un grupo de ingenieros y profesionales de la institución se ha conjurado clandestinamente para crear Direct v2.0, un proyecto alternativo al Constellation, el esquema que entrará en funcionamiento en 2015 y que sustituirá a los actuales shuttle. Constellation se apoya en dos pilares fundamentales: la nueva generación de cohetes Ares y la cápsula para tripulantes Orión, además del resto de módulos necesarios para el regreso a la Luna en 2020 y el posterior salto a Marte.

    La premisa inicial de la serie Ares fue aprovechar la tecnología desarrollada para los shuttle, que dejarán de operar en 2010. El Ares V, diseñado como tráiler de carga pesada, conservará el famoso tanque naranja de los transbordadores y los dos propulsores laterales. En cambio, el Ares I, destinado a alojar a la tripulación, es una configuración nueva, con un único propulsor central. De cara a las misiones lunares, los módulos transportados por ambos cohetes deberán ensamblarse en órbita antes de proseguir su ruta hacia el satélite.

    El camino del Ares I ha estado sembrado de dificultades. El cohete al que llaman the stick (el palo) adolece de errores de diseño que llegaron a amenazar su viabilidad. Según los ingenieros disidentes, los inconvenientes del Ares I se basan en haberse apartado de los shuttle para crear desde cero una nueva configuración. Steve Metschan, portavoz de Direct, lo resume: “Ares I requiere una fase superior y un motor nuevo sin emplear casi nada de la maquinaria, fabricación, integración, infraestructura de lanzamiento o mano de obra de los shuttle”.

    Metschan es uno de los cinco nombres –todos externos a la NASA– que públicamente promueven el proyecto Direct. Ingeniero y antiguo contratista de la agencia espacial, hoy dirige la compañía de software TeamVision. Detrás de esta fachada visible se oculta, según fuentes de Direct, un grupo de 57 ingenieros y mandos intermedios de la NASA que trabajan en el proyecto en su tiempo libre y que no confiesan su implicación por miedo a ser despedidos. El esquema que proponen, afirma Metschan, no es una ocurrencia repentina, sino que “se ha construido sobre las recomendaciones de más de 35 estudios detallados elaborados a lo largo de 20 años por ingenieros de la NASA”.

    El resultado de todo ello es el cohete Júpiter, un único concepto modular derivado directamente de la arquitectura shuttle. El diseño básico se desdobla en dos versiones, 232 y 120, para transportar respectivamente carga o tripulación. En este segundo caso, Júpiter mantendría la cápsula Orión desarrollada para los Ares. El esquema aún precisaría dos lanzamientos independientes para las misiones lunares, pero con una misma lanzadera.

    Seguro, simple y rápido

    El lema de Direct resume sus ventajas: “Más seguro, más simple, más pronto”. Afirman que su opción adelantaría en tres años el regreso a la Luna y en dos la transición desde los shuttle, recortando de cinco años a tres el plazo en que EEUU dependería de otros países para enviar sus misiones al espacio. La reducción de costes es otro cebo apetitoso, sobre todo con la actual penuria presupuestaria de la NASA y ante la incertidumbre del próximo cambio en la presidencia. Los creadores de Júpiter estiman un ahorro de 19.000 millones de dólares en la fase de desarrollo y de otros 16.000 millones en los gastos de operación durante 20 años.

    Pero la NASA no cede. El director de Ares en el Centro Espacial Marshall, Steve Cook, reconoce que algunos de sus colaboradores pueden estar participando en Direct: “Ignoro lo que hace la gente en su tiempo libre”, declaraba a AP. El responsable de Ares desdeña el proyecto partisano: “Es un dibujo en una servilleta”. Cook señala que su juicio se basa en un estudio informal emprendido el pasado otoño, negando, como asegura Metschan, que la agencia examinase el esquema a fondo y que esté encubriendo las ventajas de Júpiter. De cualquier manera, Direct es mucho más que un delirio etílico. Su web despliega una documentación y un desarrollo profusos, que incluyen hasta un simulador de vuelo, y el proyecto ha sido ya presentado en varios foros especializados y congresos.

    Es dudoso que los Júpiter vean la luz, más aún con los 7.000 millones de dólares invertidos ya en el Ares I, cuyo bautismo de fuego será en 2009. Según la NASA, “no podemos cambiar de caballo ahora”. Y, curiosamente, Metschan asiente: “Les guste o no, el caballo que ahora montamos es el shuttle, no el Ares I. Éste sí es un cambio de caballo”.

    martes, 6 de noviembre de 2007

    NASA se prepara sin pausas para el retorno del hombre a la Luna

    Fuente: Terra España.

    Estados Unidos sigue firme en sus esfuerzos para poner nuevamente un hombre en la Luna con la consigna de lograr ese objetivo dentro de la próxima década.

    Y para ello el programa 'Constellation', que incluye misiones a Marte en las décadas siguientes, 'está logrando grandes avances', aseguró Rick Gilbrech, administrador de Sistemas de Exploración en las oficinas de la Administración de Aeronáutica y del Espacio (NASA), en Washington.

    'Los trabajos en nuestra nueva flota de cohetes y naves espaciales, Ares I y Orion, están muy avanzados', dijo Gilbrech.

    El administrador de sistemas de la agencia espacial hizo la optimista evaluación esta semana al dar a conocer la asignación de tareas a los organismos de la NASA para hacer realidad la 'visión' de la futura exploración espacial anunciada por el presidente George W. Bush en enero de 2004.

    La primera misión de 'Orion', que sustituirá a los actuales transbordadores, deberá realizarse antes de 2020, según los planes de la NASA que incluyen la utilización de luna como plataforma para los viajes tripulados a Marte previstos para las décadas siguientes.

    Aun cuando las fechas están lejos de definirse, los preparativos ya están en marcha, especialmente en el Centro Espacial Kennedy (Florida) núcleo histórico de la exploración cósmica de EEUU.

    La primera prueba para el cohete Ares que se encargará de sacar a 'Orion' de la gravedad terrestre y ponerla en órbita está prevista para 2009.

    En esa prueba la cápsula, que sólo llevará instrumentos, realizará una trayectoria suborbital sobre el Atlántico sur que permitirá a los ingenieros de la NASA analizar las condiciones del despegue así como la separación del cohete y la nave.

    Una segunda prueba sin tripulantes ocurrirá un año después y sólo en 2015 se llevará a cabo un lanzamiento de prueba con astronautas, dijo la NASA.

    Aunque el diseño del nuevo cohete y gran parte de la nave son nuevos, la mayoría de las instalaciones que utilizará 'Constellation' serán las que ya están en uso en el Centro Espacial Kennedy.

    'La infraestructura que tenemos para los transbordadores es lo que vamos a usar', dijo Pepper Phillips, director de operaciones para el proyecto en el centro espacial.

    Pero no sólo será la infraestructura, sino que -además de los avances de la nueva generación tecnológica-, el programa también aprovechará los éxitos del pasado.

    Los especialistas de la NASA señalan que los viejos sistemas dieron buenos resultados y serán integrados en el diseño de 'Orion' que sustituirá a los transbordadores en 2010.

    Entre esos sistemas se incluyen los del Programa Apolo, que en 1969 convirtió al astronauta Neil Armstrong en el primer ser humano en la Luna.

    'El diseño de Orion tomará la forma de las cápsulas del pasado, pero aprovechará las ventajas de la tecnología del siglo XXI en informática, electrónica, propulsión y sistemas de protección térmica', manifestó la NASA.

    A diferencia de los transbordadores que llegan al espacio adosados lateralmente al cohete impulsor, la nave 'Orion' viajará como las cápsulas 'Apolo', montada en la cima de un cohete.

    Además, la nueva nave será mucho más grande que las cápsulas Apolo en las que, apretujados, sólo cabían tres astronautas.

    'Orion' será un vehículo 'multiuso'que trasladará nuevos ocupantes y suministros a la Estación Espacial Internacional (EEI), podrá acoplarse a un módulo de descenso en la Luna y, en las próximas décadas, a vehículos espaciales montados en órbita.

    Estos planes se desarrollan en medio de los problemas que ha sufrido la NASA en sus esfuerzos por terminar la construcción de la EEI y los apretones financieros que le han obligado a reducir algunos programas científicos.

    La construcción de la EEI, una empresa en la que participan 16 países, ha tenido como principal soporte a los transbordadores estadounidenses. Está previsto que su construcción concluya el 2010.

    A partir de entonces, la EEI será uno de los principales apoyos en el espacio para el retorno del hombre a la Luna, según pronostican los expertos de la NASA.

    viernes, 31 de agosto de 2007

    La colección de fotografías y películas de la NASA será accesible gratuitamente a través de Internet

    Fuente: consumer.es.

    El servicio facilitará el acceso a importantes imágenes de la exploración científica y espacial.

    Toda la colección de fotografías de la NASA, así como los filmes históricos de la exploración y la investigación espaciales, estarán accesibles gratuitamente a través de Internet, según anunció ayer la agencia espacial estadounidense.

    La propia agencia detalló en un comunicado que para ello ha creado con la empresa Internet Archive, localizada en San Francisco, una sociedad que pondrá a disposición pública una herramienta de utilidad para historiadores, estudiantes e investigadores. La NASA cuenta en la actualidad con más de 20 colecciones de imágenes disponibles "online", pero esta sociedad permitirá que estos conjuntos de imágenes se puedan bajar mediante un archivo único, agregó la agencia.

    "Este es un servicio de tremendo valor" por cuanto facilitará el acceso a importantes imágenes de la exploración científica y espacial, dijo Robert Hopkins, director de comunicados de la NASA en Washington. El acuerdo cumple con el propósito de Internet Archive de poner "todo el conocimiento humano en el reino digital", señaló por su parte Brewster Khale, bibliotecario digital y fundador de la firma. "El valor educativo de las imágenes que la NASA ha coleccionado durante el curso de sus cinco décadas de descubrimientos científicos no tiene precedente", añadió Khale.

    sábado, 23 de junio de 2007

    Soga Origami

    Un ingenioso dispositivo, similar a una soga hecha de papel plegado, ayudará a la NASA a coordinar grupos de satélites y a recuperar cohetes usados.

    Junio 11, 2007: La NASA se suma a un equipo japonés en un experimento espacial que utiliza una suerte de origami (arte japonés del plegado de papel, también conocido como papiroflexia) inverso con el fin de hallar una manera de ayudar a mantener los satélites en sus órbitas o de hacer regresar fases de cohetes usados de forma rápida a la Tierra.

    Les Johnson, del Centro Marshall para Vuelos Espaciales, de la NASA, está trabajando con el profesor Hironori A. Fujii, de la Universidad Metropolitana de Tokio, en un Sistema de Despliegue de Satélite por medio de una Soga Plana Plegada (Foldaway Flat Tether Deployment System, en idioma inglés) —o Fortissimo, como algunas veces se lo llama. "Es un nuevo método para desenrollar sogas en el espacio", dice Johnson. La misión está patrocinada por la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (ISAS/JAXA).

    Derecha: Concepto artístico de un satélite atado a un transbordador espacial.

    Fortissimo —que en música se abrevia "ff"— significa "muy fuerte" en italiano. Esta soga tendrá que ser fuerte teniendo en cuenta su delicada construcción. Mientras que la soga tiene una longitud de 1 km (3280 pies), solamente mide 0,05 mm de grosor y 50 mm (cerca de 2 pulgadas) de ancho. "Se parece a una tira de papel de aluminio, muy similar a una cinta de medir", dice Johnson. Esta soga se diferencia de las anteriores en "que siempre se había utilizado algún tipo de cable trenzado".

    Johnson dice que se deben resolver muchos detalles antes del lanzamiento, el cual está planeado para 2009, en un cohete sonda tipo S-520.

    "El equipo japonés ha diseñado un lanzador que tiene una forma parecida a la del aparato con que los bomberos guardan las mangueras. Es muy diferente de cualquier cosa que hayamos utilizado antes", continúa Johnson. El origami invertido funciona de la siguiente manera: Al comienzo del proceso, el producto está plegado; luego es jalado desde su parte superior para producir lo que sería prácticamente una línea recta. Los investigadores creen que de este modo se puede extender la soga 1 km en apenas algunos minutos.

    Las primeras sogas espaciales fueron las líneas en forma de telaraña que conectaron a las naves espaciales Gemini 11 y 12 con los objetivos para acoplamiento de Agena, durante misiones separadas, en 1966. Estas misiones demostraron que las sogas podrían utilizarse para conectar naves espaciales, creando gravedad artificial, o bien para estabilizarlas.


    El siguiente gran logro fue el Sistema de Satélite Anclado, un esfuerzo conjunto de la NASA e Italia, de 20 km de largo, que fue probado en vuelo en 1992 (TSS-1) y, posteriormente, en 1996 (TSS-1R). En esta oportunidad, se usó un sistema complejo de carretes similar a un cabrestante.(TSS-1 experimentó un atascamiento mecánico al iniciar su despliegue. TSS-1R alcanzó a obtener un gran volumen de datos antes de que otro contratiempo produjera el corte de la soga.)

    La NASA comenzó a utilizar un Pequeño Sistema Desechable de Propulsión (ProSEDS, por su sigla en idioma inglés: Propulsive Small Expendable Deployer System), el cual fue construido tomando como base las versiones de prueba SEDS-1 y SEDS-2, que fueron más simples pero muy exitosas. El ProSEDS usaba una soga de 20 km (12 millas) desplegada en una bobina de la segunda fase del Delta II. Este sistema iba a volar en el año 2003, pero después de la tragedia del Columbia, la NASA evaluó nuevamente diversas misiones y decidió que el ProSEDS representaba un alto riesgo para la Estación Espacial Internacional.

    Como escribiera Robert Goddard cuando sus conceptos sobre viajes espaciales fueron ridiculizados: "El sueño no caerá". Otras naciones han realizado experimentos con sogas en más de 20 misiones en total, incluyendo la participación japonesa en los experimentos llevados a cabo con los cohetes Charge 1 y 2, en 1983 y 1984.

    Recientemente, Fujii invitó a Johnson y a George Khazanov, un miembro investigador de la NASA, a participar en el proyecto como colaboradores. Ellos ayudarán al equipo japonés a buscar la manera de emplear la soga como medio de propulsión y, en particular, colaborarán para crear un modelo de la reacción de la soga al campo magnético terrestre.

    El principio es similar a lo que sucede con una dinamo eléctrica en la Tierra: Si un alambre se mueve en un campo magnético, producirá una corriente eléctrica en el alambre. En una órbita baja, la soga Fortissimo se moverá a través del campo magnético de la Tierra y también de la ionosfera, que es una capa conductora de gas ionizado, ubicada en la parte alta de la atmósfera. La corriente resultante desacelerará a la nave. (La desaceleración producida por las sogas será una herramienta muy útil para bajar de sus órbitas a la basura espacial. También es posible producir aceleración bombeando corriente en la dirección contraria a través de la soga, aunque este tipo de experimento no es un objetivo particular de esta misión, destaca Johnson.)

    "Esperamos una corriente baja, un promedio de 1 a 3 amperios", continúa. Este valor variará, según la hora del día en que se lance la misión. La ionosfera se contrae por la noche y la soga transmitiría una cantidad de electrones 10 veces mayor durante el día que si se lanzara de noche.

    También hay incertidumbre respecto de la fricción, la carga electrostática y otras fuerzas involucradas en el despliegue de la soga. Un modelo ha sido probado en tierra pero, antes de llevar a cabo experimentos orbitales, se debe realizar un experimento en el vacío y en caída libre desde el espacio para verificar las predicciones.

    Asimismo, una diferencia con las sogas anteriores será la manera en la que se llevará a cabo el experimento: Durará solamente cinco minutos, se lo hará desde una altura de aproximadamente 100 km (62 millas), justo arriba de la atmósfera terrestre, a un máximo de 300 km (186 millas), y hasta que el dispositivo se destruya al ingresar nuevamente a la atmósfera de la Tierra.

    Una vez en el espacio, la sonda lanzará un satélite que sube y luego baja a la misma velocidad que ella, pero que se mueve hacia afuera, jalando con delicadeza la cinta de aluminio y, se espera, revelando nuevas oportunidades en el espacio.

    Fuente: Ciencia NASA.

    lunes, 14 de mayo de 2007

    Expedición de la NASA a la cueva inundada más profunda del mundo

    El Tamiz nos cuenta:

    Un submarino robótico va a explorar, en una misión patrocinada por la NASA, la cueva inundada más profunda del mundo (El Zacatón, México, posiblemente de unos 300 metros de profundidad). Esta expedición es parte de su preparación para tal vez, algún día, sumergirse en los océanos de Europa, la luna de Júpiter. Las condiciones en los dos entornos son suficientemente similares para que sea una prueba útil de las capacidades de "Clementina" (que es como sus humanos llaman al robot). Más información en el siguiente artículo en español.

    Fuente: Barrapunto.

    jueves, 10 de mayo de 2007

    Bush recorta 3.000 millones del presupuesto científico de la NASA

    Desde que hace tres años el presidente Bush anunció el plan Visión para la Exploración Espacial para que los astronautas vuelvan a la Luna en 2020 y vayan después a Marte, la Casa Blanca ha recortado en 3.000 millones de euros (4.000 millones de dólares) el gasto previsto para el programa científico de la NASA. El congresista republicano Mark Udall ha denunciado la situación en Washington.

    Udall ha argumentado en el Congreso de EE UU: "Si pedimos a nuestro programa nacional de ciencia espacial que asuma desafíos coherentes, vamos a tener que proporcionarle los recursos necesarios", informa Space.com.

    El desfase entre los planes de la NASA y los recursos ha provocado la crítica de muchos especialistas. El reto lanzado por el presidente John F. Kennedy a principios de los sesenta para ir a la Luna fue acompañado de una generosa dotación presupuestaria, y EE UU logró cumplir aquel reto. Sin embargo, el plan de Bush de que los astronautas vayan a la Luna y a Marte no conlleva financiación especial apropiada.

    En el reciente debate que ha mantenido el comité del Congreso con el nuevo director científico de la NASA, Alan Stern, se señaló que del presupuesto científico de la agencia se han sustraido entre 3.000 y 4.000 millones de dólares para costear el regreso al espacio de los transbordadores espaciales tras el accidente del Columbia y el montaje de la Estación Espacial Internacional (ISS).

    Stern ha explicado que quiere mejorar la gestión de los 5.400 millones de dólares anuales que la NASA dedica al programa científico. Uno de sus objetivos prioritarios es lograr que los responsables científicos de las misiones espaciales se ajusten a sus respectivos presupuestos. Actualmente la NASA tiene en el espacio 52 misiones y prepara otras 41 para los próximos siete años. También la Sociedad Planetaria estadounidense ha pedido al Congreso que se aumente el presupuesto de la NASA "para recuperar su base científica y para preparar la exploración humana del Sistema Solar".

    Además, esta organización ha criticado los recortes que se han hecho en el programa de exploración de Marte y el que se hayan eliminado tanto la misión a Europa (la luna de Júpiter), como la Terrestrial Planet Finder. El programa de búsqueda de vida extraterrestre de la NASA se ha recortado a la mitad. La Sociedad Planetaria denuncia así las contradicciones entre el programa de la agencia y los objetivos de la Visión para la Exploración Espacial de Bush.

    Fuente: El Pais.