Una nueva y sorprendente forma de acabar con los virus está siendo investigada, agitarlos hasta no dejar rastro o al menos eso creen unos científicos que han determinado de forma matemática las frecuencias en las que los virus podrían morir a causa de estas sacudidas.
"La cápsida de un virus es algo así como la concha de una tortuga", dijo el físico Otto Sankey de la Universidad del Estado de Arizona. "Si agitamos mediante vibraciones mecánicas esta cáscara, el virus puede ser desactivado"
Y este científico habla con conocimiento de causa, pues una reciente evidencia experimental ha demostrado que los pulsos láser sintonizados a la frecuencia adecuada puede matar algunos virus. Sin embargo, no es fácil determinar estas frecuencias.
Para agilizar la búsqueda, Sankey y su compañero Eric Dykeman han desarrollado una forma de calcular el movimiento vibracional de cada átomo en un virus encapsulado. A partir de esto, se pueden determinar las más bajas frecuencias de resonancia. Como ejemplo de su técnica, el equipo ha encontrado que el virus de la necrosis resuena fuertemente alrededor de los 60 Gigahertz.
De momento, "este es campo muy nuevo, y hay tan pocos experimentos, que la ciencia aún no ha tenido tiempo suficiente para demostrar su valía", dice el propio Sankey, por lo que tendremos que esperar todavía unos años.
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