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lunes, 23 de febrero de 2009

Moluscos del Mediterráneo cambian de sexo debido a la contaminación

Fuente: latercera.com.

La contaminación y los cambios climáticos provocan mutaciones de sexo en los moluscos y alteran la dirección de los vientos en el Mar Mediterráneo, advirtió el Instituto Superior para la Protección y la Investigación Ambiental.

Los moluscos del Mediterráneo cambian su sexo del femenino al masculino y los vientos dejan una orientación predominante del noroeste por una más cálida del siroco proveniente del sur, informó el Instituto en un congreso donde se presentaron los resultados del proyecto Monotamal, que involucra especialmente a las islas de Malta y Lampedusa.

El responsable de la "masculinización de la población" de los moluscos "bioindicadores" es la dispersión en las aguas de un barniz identificado como TBT, presente en las embarcaciones, y que causa la aparición de órganos sexuales masculinos en las especies femeninas.

"Se trata del 'imposex', la imposición de un sexo sobre el otro", explicó Victor Axiac, de la Universidad de Malta.

El "imposex" es un indicador de polución: toda la isla de Malta está contaminada y sólo dos puntos al norte de Lampedusa se mantienen alejadas del alcance del barniz TBT, mientras que en Linosa se detecta menos su presencia.

En el informe se advierte sobre el riesgo elevado de contaminación que corren todas las áreas donde el tráfico marítimo es elevado.

En cuanto a la dirección de los vientos, agrega el informe, el pasaje de un predominio de una corriente del noreste al siroco tiene dos efectos principales: el vaciamiento de la cuenca de minerales y la disminución de clorofila.

Marta Manca Zeichen, responsable de datos satelitales y de oceanografía biológica del Instituto, opinó que el vaciamiento se debe, además de la emisión insuficiente de agua dulce de los grandes ríos, a una mayor evaporación del agua por el aumento de las temperaturas, lo cual suaviza las corrientes.

La baja producción de clorofila (el Mediterráneo es igual que uno tropical, un mar oligotrófico, es decir, de baja productividad de nutrientes) genera una reducción de grandes especies que viven en mar abierto y también la desaparición de grandes cetáceos, pues la falta de clorofila interrumpe la cadena alimentaria.

Esto explica, además de la presencia de peces tropicales (el 15% del total, 110 especies exóticas, en el canal de Sicilia, 10 nuevos tipos provenientes del Mar Rojo y 12 del océano Atlántico), la expansión hacia el norte de una especie de peces que anteriormente se hallaban sólo en aguas más cálidas.

Los cambios climáticos, opinó Ernesto Azzurro, también especialista del Instituto, contribuyen "a la alteración biológica" de las especies, y "los movimientos hacia los polos" es "una respuesta biológica" de los peces.

En cuanto a la contaminación, como consecuencia de las descargas urbanas en el Mediterráneo, hay "una clara alteración de la biodiversidad" que daña a las especies más sensibles.

Por ese motivo, las autoridades de Malta decidieron poner fin a las descargas de desperdicios.

En tanto, uno de los estudios dedicados a la contaminación se basa en el traslado de mejillones, a los cuales se los examina con análisis químicos.

Por último, para encontrar especies exóticas, el Instituto anzó la campaña "peces jamás vistos", en la cual se solicita asistencia de pescadores para individualizar a la mayor cantidad de especies posibles.

En cuanto al uso del barniz TBT y su influencia, la organización ambientalista Greenpeace dice que un acuerdo internacional prohibió su uso a partir de 2003 en embarcaciones nuevas, y dispuso que a partir de 2008 sea eliminado en las que ya lo tienen.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

El sexo nació de un alga acorralada por un virus

Fuente: Publico.es.

El sexo nació bajo el agua, pero de una manera muy diferente a como lo practicaban Brooke Shields y Christopher Atkins en la película El lago azul. Los protagonistas del primer acto sexual de la historia fueron un alga unicelular, Emiliania huxleyi, y un virus especialista en exterminarla denominado Eh V. Según una concepción habitual del sexo, el virus podría haber arrinconado al alga y ambos habrían acabado amancebándose en el fondo del mar. Pero el romance fue un poco más complejo.

Un equipo de la Estación Biológica de Roscoff, en Bretaña (Francia), ha descubierto que, en presencia de su asesino, el alga pasa de un estado diploide, con dos lotes de cromosomas, como la mayor parte de las células humanas, a un estado haploide, con un solo juego de cromosomas, como los óvulos y los espermatozoides de los mamíferos.

El gato de Alicia

Al metamorfosearse, E. huxleyi se vuelve invisible para su enemigo, como el filosófico gato de Alicia en el país de las maravillas era capaz de desaparecer para evitar ser decapitado por la Reina de Corazones. Por ello, los autores de la investigación, coordinada por el biólogo Colomban de Vargas, han bautizado a esta táctica de supervivencia como la estrategia del Gato de Cheshire. "Es como si una persona se transformara en otra para escapar de un peligro", explica De Vargas.

En su opinión, esta artimaña, germen de la sexualidad, habría permitido a los primeros seres vivos evitar la insorteable amenaza de sus adversarios cada mililitro de agua marina contiene millones de virus y evolucionar hacia formas más complejas, compuestas por varias células.

La estrategia del Gato de Cheshire, publicada recientemente en PNAS, explica el éxito evolutivo de E. huxleyi, capaz de multiplicarse en el mar hasta formar masas lechosas del tamaño de media España, visibles desde el espacio. Las algas camufladas, haploides, puede fusionarse como el óvulo y el espermatozoide y formar, de nuevo, células diploides.

El papel de E. huxleyi cuyo apellido homenajea al biólogo inglés Thomas H. Huxley, conocido como el bulldog de Darwin por su defensa de la teoría de la evolución es fundamental para el planeta. Durante sus florecimientos, estas algas almacenan una enorme cantidad de CO2 en una especie de escamas de carbonato cálcico que rodean su célula, denominadas cocolitos.

Los cocolitóforos, como se conoce al grupo de algas similares a E. huxleyi, producen aproximadamente 1,5 millones de toneladas de calcita cada año, convirtiéndose en un importantísimo sumidero de carbono.

Ahora, la humanidad sabe que, además de agradecer a las algas que sujeten las riendas del desbocado CO2, deben darles las gracias por inventar el sexo.

jueves, 24 de abril de 2008

¿Cómo sobrevivir sin sexo?

Fuente: BBC Mundo.

Un equipo de científicos descubrió cómo ha logrado sobrevivir 70.000 años una especie de pez hembra que no se reproduce sexualmente.

Según los investigadores de la Universidad de Edimburgo, en Escocia, el pez molly amazónico, Poecilia formosa emplea "trucos" genéticos de supervivencia para evitar la extinción.

Los expertos creen que molly ha logrado sobrevivir miles de años gracias a que interactúa con machos de otras especies para desencadenar el proceso de reproducción.

Esta especie formada sólo por hembras, se encuentra principalmente en el sur de Estados Unidos, México y parte de Colombia, y durante mucho tiempo se ha creído que está amenazada de extinción ya que con la reproducción asexual ocurren cambios perjudiciales en los genes a través de las generaciones.

Molly -igual que otras especies asexuales- utiliza una técnica de reproducción llamada ginogénesis, con la cual los descendientes son "clones" de la madre que no heredan ningún material del ADN del padre.

Debido a que todas las especies ginogenéticas son hembras, la activación de sus óvulos requiere el apareamiento con machos de especies cercanas pero no hacen uso del esperma y así, éstos no contribuyen con ningún material genético.

Trucos genéticos

Para descubrir cómo ha logrado sobrevivir tanto tiempo el pez molly, a pesar de las mutaciones genéticas generacionales, los científicos de la Universidad de Edimburgo estudiaron complejos modelos matemáticos.

Calcularon el tiempo de extinción del pez basado en modelos de los cambios genéticos ocurridos durante miles de generaciones.

Los resultados mostraron por primera vez que, basados en los modelos actuales, el pez tuvo que haberse extinguido en los pasados 70.000 años.

Pero según los investigadores, la especie no ha desaparecido -y de hecho tiene prósperas poblaciones en sureste de Texas y noreste de México- gracias a "trucos" genéticos de supervivencia que las han ayudado a mantenerse vivas.

Una teoría, dicen los científicos, es que la especie quizás utiliza un poco de ADN de los machos para provocar la reproducción y "renovar" su acervo genético.

Según el doctor Laurence Loewe de la Escuela de Ciencias Biológicas de la Universidad de Edimburgo "lo que descubrimos es que este pez realmente posee algo especial y cuenta con trucos especiales que lo ayudan a mantenerse vivo".

"Quizás lo que ha ayudado a la especie a sobrevivir son las relaciones sexuales ocasionales con extraños" agrega.

"Pero vamos a seguir estudiándolos para poder obtener más respuestas".

El científico afirma que el estudio también podría ayudar a entender mejor a otras especies que operan de forma similar y también utilizan esos trucos de supervivencia.

Una de éstas es la salamandra, que al parecer ha logrado sobrevivir reproduciéndose con ginogénesis durante más de un millón de años.

sábado, 8 de diciembre de 2007

El preciado 'árbol del sexo' se extingue en Uganda

Fuente: Publico.es.

“El citropsis desaparece, la gente lo ha utilizado en exceso: ¡es el viagra local!”, dice Robert Kungujje, un guía del bosque de Mabira, en Uganda, mientras señala con el dedo el llamado árbol del sexo.

Las raíces del Citropsis articulata son eficaces “en tres horas”, asegura Kasozi Bruham, un campesino de 49 años y consumidor habitual de esta planta en brebaje. Bruham vive cerca de la Reserva de Mabira, uno de los últimos bosques tropicales húmedos del país.

“En Uganda creemos tener libertad para usar el bosque como un recurso personal”, explica Robert Kungujje, guía del centro de ecoturismo de Mabira, mientras enseña uno de los pocos especímenes de citropsis que quedan en la reserva. Los usuarios del citropsis tienen tendencia a arrancarlo de raíz y no plantan otros. Para evitar su extinción, el centro de Mabira ha creado semilleros y ha puesto en marcha una campaña de sensibilización a escala nacional.

“Con el desempleo, los malos hábitos alimentarios, la diabetes y la hipertensión los trastornos de la erección van en aumento en Uganda. Por eso la gente utiliza esta planta”, afirma Maud Kamatenesi-Mugisha, botánico y especialista en fertilidad.

Alrededor del 80% de la población ugandesa depende de las plantas medicinales para curar sus dolencias cotidianas, debido sobre todo a que los medicamentos modernos son prohibitivos y las clínicas se encuentran alejadas de las aldeas.

viernes, 12 de octubre de 2007

80 millones de años sin echar una cana al aire

Fuente: El Mundo.

MADRID.- El sexo es un gran invento... en términos evolutivos. Las especies que se reproducen sexualmente tienen una gran variedad; cada ejemplar es absolutamente único. Esto les permite adaptarse mejor a su entorno y, por tanto, sobrevivir más tiempo como especie.

Por eso los rotíferos 'bdelloidea' son tan raros. Se trata de microorganismos con una singular boca succionadora en forma de rueda. Su origen puede retrotraerse a, por lo menos, 80 o 100 millones de años. Aunque existen rotíferos machos, son poco frecuentes, por lo que la reproducción asexual por 'partenogénesis' es frecuente. Entre los 'bdelloidea' nunca se han observado especímenes machos, por lo que se supone que esa la única forma en la que se reproducen.

Y esto es lo que resulta extraño. Como, en principio, todos los rotíferos 'bdelloidea' son genéticamente iguales, todos son igualmente sensibles a los cambios del entorno. Por tanto, todos morirían cuando éste no fuera lo bastante favorable. Entre los biólogos se supone que los organismos de reproducción asexual tienen una corta vida como especie. Desde luego, no de 80 millones de años.

Un equipo de investigadores formado por científicos procedentes de universidades de Gran Bretaña, Francia y Alemania cree haber encontrado una explicación. La clave estaría en el llamado 'efecto Meselson', un fenómeno teórico según el cual dos copias de un gen pueden tomar diferentes papeles biológicos a lo largo del tiempo.

En el caso concreto del 'bdelloidea' los investigadores creen haber identificado dos genes 'LEA' (es decir, abundantes en la última fase de la embriogénesis) que inicialmente eran dos versiones (alelos) de un solo gen. Esos genes desempeñan funciones diferentes, pero complementarias, que ayudarían al individuo a sobrevivir en distintos ambientes. La proteína que regula uno de ellos impide la desecación de ciertas enzimas cuando hay escasez de agua al agruparlas en un bloque; mientras que la otra protege la membrana celular. Los investigadores creen que las diferentes funciones de los genes podrían haber proporcionado a este rotifero un mecanismo para generar una cierta diversidad.

sábado, 1 de septiembre de 2007

¿Tiene sexo el cerebro?

Fuente: Diario de Leon.

LA DIFERENCIACIÓN morfológica y su expresión física entre hombre y mujer es tan evidente que no admite opinión. Tampoco sorprende a nadie, la diferente forma de responder, desde el punto de vista de la conducta, ante los mismos hechos de uno y otro sexo. Tan distintos podemos llegar a ser que la sensación de no entender el sexo opuesto está cobrando un espacio propio en cada uno de nosotros como si se tratase de una realidad inevitable ante la cual la única respuesta posible es la aceptación. Ahora bien, cabe preguntarnos acerca de la base biológica cerebral que avala esta evidencia. ¿Existe el dimorfismo sexual en relación con el funcionamiento de cada hemisferio cerebral?, porque si así fuese nuestras diferencias serían más llevaderas. Parece ser que la respuesta es afirmativa. La conducta tiene una base orgánica que está regida por el cerebro en cada uno de sus lóbulos. Nuestro cerebro es producto de la evolución y no ha cambiado desde que el primer Homo Sapiens moderno pobló la tierra hace 50.000 años. Las facultades de éste respondían a la selección natural en relación con las demandas del entorno. Cada acto y mutación le disponían para sobrevivir en las mejores condiciones posibles en su medio, conservándose en aquellos ejemplares más capaces cuya base genética, óptima para su desarrollo, imprimía su herencia genética para perpetuar la especie con ventajas evolutivas.

Debemos distinguir entre sexo y género. El sexo tiene una categoría biológica, en tanto que el género la ostenta gramatical y conductual (educación familiar, cultural¿). El sexo biológico está determinado por los genes y en ese determinismo se expresan estas unidades básicas de información hereditaria contenidas en el ADN. El cerebro se erige así en el órgano maestro del organismo a la base de nuestros pensamientos, sentimientos, placeres y displaceres, creencias, teorías y decisiones. Todo un compendio de lo humano elevado a la enésima potencia. Tanto es así, que en él se justifican todas las sensaciones que elaboramos en nuestro interior siendo el causante del equilibrio controlado o de la alteración más insólita ante cualquier situación vivida.

De ambos lóbulos cerebrales localizados como hemisferio derecho e izquierdo, respectivamente, depende la responsabilidad en la ejecución de conductas determinadas propias de cada cual. De este modo, las habilidades del lóbulo izquierdo tienen relación con el lenguaje, con el contacto ocular y la sociabilidad; en tanto que el lóbulo derecho se relaciona con una mayor destreza visuespacial o geométrica, la rotación y la orientación espacial ligada a la visión. Lo que llama la atención no es precisamente este dimorfismo cerebral en cada una de sus partes, sino el hecho que pone de manifiesto el neurólogo americano Norman Geschwind cuando plantea la hipótesis sobre la incidencia de la testosterona (hormona masculina) que circula en el feto como responsable de la tasa de crecimiento de ambos hemisferios. A mayor testosterona en la sangre fetal, mayor desarrollo de hemisferio derecho y menor del izquierdo. Hombres y mujeres somos cerebralmente diferentes. El mundo de las hormonas revoluciona, sin duda, el comportamiento de ambos sexos. Simón Baron Cohen plantea que las mujeres se diferencian de los hombres por un mayor grado de empatía con los demás. El cerebro de la mujer estaría mejor cableado para ejercitar la comunicación social mientras que el masculino lo estaría para analizar, explorar y construir sistemas en el orden que sea.

Para todos es evidente que la conducta de un niño y una niña son completamente diferentes en relación con las respuestas a los estímulos del medio, incluso en detrimento de la excesiva importancia que se ha concedido al medio ambiente en el que se desarrolla un ser humano, podemos seguir constatando que entre varios hijos de unos mismos padres, los comportamientos son muy distintos. Por otra parte, este hecho se manifiesta incuestionable en relación con la incidencia de diversas enfermedades en las que podemos advertir que afectan selectivamente a los sexos. Ejemplo de ellas son el autismo (que afecta diez veces más a los chicos que a las chicas), la demencia o la depresión (más frecuente entre mujeres tal vez debido a una mayor pérdida de conexiones neuronales), esquizofrenia (trastornos cognoscitivos curiosamente más ligado al hombre), la fibromialgia (más frecuente entre mujeres) y una larga lista que puede basarse en una diferente funcionalidad de nuestros cerebros.

Las diferentes misiones y roles ocupados por el hombre y la mujer desde el comienzo evolutivo (mujeres ligadas a las crías y su cuidado y hombres a la caza y trabajos que requerían fuerza física) han obligado filogenéticamente hablando a un reparto de funciones que duran hasta el momento presente por mucho que intentemos intercambiarnos las que han venido perteneciendo a cada cual a lo largo de la historia. Durante la evolución hemos adquirido más grado de libertad que otros animales cuyo cerebro es menos complejo que el nuestro. Ahora bien, la libertad que está en contra del determinismo que rige la naturaleza, es probablemente una ficción cerebral que ha llevado al hombre a construir todo un mundo de fantasías en las que se cree dueño y señor de una voluntad que no tiene en cuenta el azar que nos envuelve. Azar y necesidad fueron dos conceptos que tuvieron su expresión máxima en el Premio Nobel de Fisiología y Medicina Jacques Monod ( obra publicada en Francia en 1970), con lo que explicó las grandes cuestiones de la biología y la genética moderna. Azar al que no podemos sustraernos ni siquiera en unos momentos como estos en los que intentamos controlar todas las variables de nuestra vida. Incluso ni cuando creemos que ésta goce de la máxima estabilidad y equilibrio estamos seguros de que así sea. Una palabra en unos labios dibujados por una sonrisa, una mirada que lee nuestros ojos, una diferente sensación ante el trabajo diario, la lectura de contenidos que nos conmueven o un nuevo despertar de alguna insospechada ilusión; lo más insignificante e insospechado puede hacer tambalear las arraigadas convicciones elaboradas en nuestra conciencia durante años y trastocar toda nuestra vida hasta colocarla al revés. No podemos eludir la casualidad y tal vez no debamos hacerlo nunca porque ella es la responsable de lo que ahora somos. Tampoco podemos luchar contra lo evidente, ni considerar que lo ideal sea la igualdad total entre sexos. Incuestionable es, sin duda, la igualdad ante la ley y los roles sociales pero nunca el hecho de tratar de esquivar la condición de seres maravillosamente complementarios. Ante este panorama no debemos pensar en resignarnos a ser sexos opuestos difícilmente conciliables, ni acatar que entendernos es imposible. Sería preferible aspirar a tolerarnos y como no, imprescindible, lograr respetarnos siempre. Porque en último término, somos dos partes de una misma realidad: un ser humano único e inigualable que se expresa con dos cerebros diferentes.

jueves, 2 de agosto de 2007

Un estudio demuestra que las amígdalas son una vía de entrada del VIH al practicar sexo oral

Un cuarto de siglo han tardado los científicos en encontrar la vía de transmisión oral del VIH, el virus de la inmunodeficiencia humana que causa el sida. Hasta ahora muchos médicos dudaban en privado de los testimonios de algunas personas infectadas que manifestaban que no habían tenido relaciones sexuales con penetración sin protección que justificara su estado, y lo atribuían a un intento de no reconocer, sobre todo en el caso de hombres, que habían tenido relaciones anales. Pero este prejuicio ha quedado desmontado con el hallazgo de una molécula en las células de las amígdalas.

La búsqueda ha sido larga. Hasta ahora los casos de transmisión oral del VIH se justificaban cuando la persona infectada tenía muchas heridas en las encías. Pero esta explicación no convencía a todos, ya que lo que sí se ha demostrado es que la saliva de la boca tiene una potente capacidad antivírica. Por eso el VIH no se transmite por compartir un vaso o un cubierto o mediante un beso. Y por eso los seres humanos -y muchos otros animales- se lamen instintivamente las heridas como una manera básica de desinfección.

El nuevo hallazgo da la primera explicación aceptada de la vía de transmisión del VIH. Según los investigadores del National Institutes of Health (NIH), el equivalente al Ministerio de Sanidad estadounidense, las amígdalas tienen en su superficie un receptor, llamado CXCR4, que sirve para que el virus se una a las células que van a infectar y transmita su material genético. Esta molécula es una de las dianas que se está ensayando en las nuevas terapias para tratar la infección. En cambio, las paredes de las encías están recubiertas de otro tipo de moléculas, llamadas queratinas, que engrosan las paredes de las encías y actúan como barrera. El trabajo se ha publicado en la revista American Journal of Pathology.

El descubrimiento ha servido a numerosos expertos para recordar que el preservativo no debe usarse sólo en las relaciones sexuales con penetración -vaginal o anal-. También es aconsejable en el sexo oral, insistieron.

Fuente: El Pais.