La contaminación y los cambios climáticos provocan mutaciones de sexo en los moluscos y alteran la dirección de los vientos en el Mar Mediterráneo, advirtió el Instituto Superior para la Protección y la Investigación Ambiental.
Los moluscos del Mediterráneo cambian su sexo del femenino al masculino y los vientos dejan una orientación predominante del noroeste por una más cálida del siroco proveniente del sur, informó el Instituto en un congreso donde se presentaron los resultados del proyecto Monotamal, que involucra especialmente a las islas de Malta y Lampedusa.
El responsable de la "masculinización de la población" de los moluscos "bioindicadores" es la dispersión en las aguas de un barniz identificado como TBT, presente en las embarcaciones, y que causa la aparición de órganos sexuales masculinos en las especies femeninas.
"Se trata del 'imposex', la imposición de un sexo sobre el otro", explicó Victor Axiac, de la Universidad de Malta.
El "imposex" es un indicador de polución: toda la isla de Malta está contaminada y sólo dos puntos al norte de Lampedusa se mantienen alejadas del alcance del barniz TBT, mientras que en Linosa se detecta menos su presencia.
En el informe se advierte sobre el riesgo elevado de contaminación que corren todas las áreas donde el tráfico marítimo es elevado.
En cuanto a la dirección de los vientos, agrega el informe, el pasaje de un predominio de una corriente del noreste al siroco tiene dos efectos principales: el vaciamiento de la cuenca de minerales y la disminución de clorofila.
Marta Manca Zeichen, responsable de datos satelitales y de oceanografía biológica del Instituto, opinó que el vaciamiento se debe, además de la emisión insuficiente de agua dulce de los grandes ríos, a una mayor evaporación del agua por el aumento de las temperaturas, lo cual suaviza las corrientes.
La baja producción de clorofila (el Mediterráneo es igual que uno tropical, un mar oligotrófico, es decir, de baja productividad de nutrientes) genera una reducción de grandes especies que viven en mar abierto y también la desaparición de grandes cetáceos, pues la falta de clorofila interrumpe la cadena alimentaria.
Esto explica, además de la presencia de peces tropicales (el 15% del total, 110 especies exóticas, en el canal de Sicilia, 10 nuevos tipos provenientes del Mar Rojo y 12 del océano Atlántico), la expansión hacia el norte de una especie de peces que anteriormente se hallaban sólo en aguas más cálidas.
Los cambios climáticos, opinó Ernesto Azzurro, también especialista del Instituto, contribuyen "a la alteración biológica" de las especies, y "los movimientos hacia los polos" es "una respuesta biológica" de los peces.
En cuanto a la contaminación, como consecuencia de las descargas urbanas en el Mediterráneo, hay "una clara alteración de la biodiversidad" que daña a las especies más sensibles.
Por ese motivo, las autoridades de Malta decidieron poner fin a las descargas de desperdicios.
En tanto, uno de los estudios dedicados a la contaminación se basa en el traslado de mejillones, a los cuales se los examina con análisis químicos.
Por último, para encontrar especies exóticas, el Instituto anzó la campaña "peces jamás vistos", en la cual se solicita asistencia de pescadores para individualizar a la mayor cantidad de especies posibles.
En cuanto al uso del barniz TBT y su influencia, la organización ambientalista Greenpeace dice que un acuerdo internacional prohibió su uso a partir de 2003 en embarcaciones nuevas, y dispuso que a partir de 2008 sea eliminado en las que ya lo tienen.
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