Grupos conservacionistas de todo el mundo, como el Instituto Jane Goodall o el Proyecto Gran Simio, han celebrado que el Gobierno de Estados Unidos amplíe la protección a los chimpancés que colaboren en investigaciones médicas o científicas.
En virtud de una nueva ley, denominada coloquialmente 'Chimp Haven Act', los chimpancés que hayan participado en un estudio serán retirados a reservas y no podrán volver a ser llamados por los investigadores.
Según afirmó Pedro Pozas, director en España del Proyecto Gran Simio, en un comunicado, se trata de un "paso histórico" en la lucha por "los derechos de los homínidos no humanos" en todo el mundo.
"Es una victoria emblemática, ya que Estados Unidos era de los pocos países en el mundo donde aún utilizaban chimpancés en laboratorios norteamericanos. Con esta ley, queda prohibida de forma permanente su tortura", se felicita el director de Gran Simio.
Finalmente, lamentó que la proposición no de ley presentada en España en el Congreso de los Diputados en septiembre del 2005 para ser debatida por la Comisión de Medio Ambiente con el fin de conceder una protección especial para los grandes simios "haya sido completamente ignorada".
Esperamos que España apruebe en la próxima legislatura con una ley específica para los grandes simios, donde sus derechos fundamentales sean protegidos", dijo.
Pozas añadió que tanto en España como en Estados Unidos -ya que la nueva ley no lo impide- estos animales viven en muchos lugares en jaulas reducidas o de cristal, como en muchos zoológicos. Además, denunció la existencia de circos de animales, donde, según Pozas, "sufren constantes maltratos".
Actualmente, la principal tarea es la de sacar a todos los chimpancés de los laboratorios y llevarlos a los centros de recuperación, tanto públicos como privados, que existen en el país. "Es imprescindible hacerles olvidar los horrores a los que han sido sometidos", concluyó Pozas.
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