El Reino Unido y la Unión Europea en su conjunto deberían renunciar a la promoción indiscriminada de los biocombustibles porque causan más daños que beneficios para el medio ambiente y perjudican a los países más pobres, según un nuevo informe parlamentario británico.
El comité de Auditoría Medioambiental acusa en su informe al Gobierno de Londres de apoyar los biocombustibles sin asegurarse de que su producción no dañará a la selva tropical, no causará escasez de alimentos en los países en vías de desarrollo y no contaminará las vías de agua.
Según los diputados británicos, las emisiones de CO2 de los vehículos de motor pueden reducirse más fácilmente con otros métodos menos perjudiciales para el planeta en su conjunto.
El comité aboga por una moratoria inmediata para ese tipo de producción y propugna alternativas más sostenibles.
Los diputados británicos critican el hecho de que el Gobierno británico no tenga en cuenta las advertencias de destacados científicos de que algunos métodos de producción de biocombustibles tienen un impacto más perjudicial sobre el medio ambiente que los combustibles fósiles tradicionales.
Entre los impactos negativos que identifican en su informe figuran la energía utilizada en el cultivo, la recolección, el transporte y el procesamiento de las cosechas, la destrucción de los hábitats naturales y de los bosques tropicales, que atrapan el CO2, y el uso creciente de pesticidas y abonos.
La publicación del informe coincide con la revisión que lleva a cabo la Unión Europea de su estrategia sobre el cambio climático, que incluye un conjunto de reglas destinadas a reducir el daño de los biocombustibles.
La UE reconoce que es muy improbable que se logre el objetivo de que un 5,75% del combustible utilizado por los automóviles que circulan por las carreteras europeas sea de origen biológico para el año 2010 aunque mantiene el de un 10% para el 2020.
Los diputados británicos reclaman tanto a su Gobierno como a la UE que se modifiquen los estándares de producción de biocombustibles de forma que se apoyen sólo los que supongan una ventaja no sólo por emitir menos gases de efecto invernadero sino también por los efectos sobre la sostenibilidad del planeta en su conjunto.
"En ausencia de tales normas, el Gobierno (británico) y la Unión Europea han mostrado demasiadas prisas a la hora de fomentar el uso de biocombustibles", señala el informe parlamentario.
"Los biocombustibles dedicados al transporte -agrega- han sido objeto de atención y financiación desproporcionadas en comparación con otras políticas que podrían reducir las emisiones de efecto invernadero con menores riesgos medioambientales y costes también inferiores".
Según el informe de los diputados, "el fomento de la producción de biocombustibles por el Gobierno (de Londres) y la Unión Europea es una acción temeraria ante la ausencia de mecanismos efectivos para prevenir la destrucción de los depósitos de carbono que son las selvas tropicales".
Los parlamentarios son por ello partidarios de una moratoria a la hora de que Londres o la UE se fijen objetivos sobre biocombustibles hasta que se demuestre que éstos pueden producirse de manera sostenible.
El comisario europeo de Energía, Andris Piebalgs, ha rebatido enseguida el informe publicado por el Parlamento británico que pide una moratoria en la promoción de los biofueles, argumentando que gracias a estos combustibles "se están logrando significativas reducciones de los gases de efecto invernadero".
La Comisión Europea discrepa de las conclusiones del informe y considera que los biofueles son la "forma más rápida de todas las viables para frenar el preocupante aumento de los gases de efecto invernadero en el sector del transporte", según ha declarado Piebalgs en una nota de prensa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario