martes, 5 de febrero de 2008

Los ratios de cáncer suben y bajan con los rayos cósmicos

Fuente: Blogtaller.

El cáncer es una enfermedad compleja y misteriosa, con muchos tipos distintos de causas y tipos. Los investigadores aún tratan de rastrear los efectos ambientales que pueden llevar a la enfermedad, como forma de determinar la probabilidad de desarrollar cáncer a partir de lo que uno come o dónde vive. Un artículo recientemente publicado en The International Journal of Astrobiology observó los datos de muerte por cáncer de todo el mundo durante los últimos 140 años, y encontró una fuerte correlación entre las muertes por cáncer y la cantidad de rayos cósmicos emitidos por el Sol.

En un artículo titulado,Correlation of a 140-year global time signature in cancer mortality birth cohorts with galactic cosmic ray variation por el Dr. David A. Juckett del Instituto de Investigación Barros de la Universidad Estatal de Michigan, demostró que la cantidad de muertes por cáncer a escala global era mayor cuando los rayos cósmicos procedentes del Sol eran más numerosos.

El estudio miró los datos disponibles de muerte por cáncer de los Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Canadá y Nueva Zelanda de los últimos 100-140 años. Estos datos fueron comparados con la cantidad de rayos cósmicos recibidos del Sol durante el mismo periodo, tomando para el análisis muestras de núcleos de hielo tomadas de Groenlandia y la Antártica.

El Dr. Juckett demostró que cuando la cantidad de actividad de rayos cósmicos se incrementaba, el número de gente que moría de cáncer era mayor. Existen dos picos de actividad cósmica durante el periodo, alrededor de 1800 y de 1900, y un punto bajo alrededor de 1860. Las muertes totales debidas a cáncer fueron, no obstante las mayores en 1830 y 1930, y las menores en 1890.

Existe un lapso de 28 años entre la presencia incrementada de rayos cósmicos y el incremento de muertes por cáncer. No es tan simple como que una persona que se exponga a los rayos cósmicos muera inmediatamente después por desarrollar un cáncer. Entra en juego lo que se conoce como el “efecto abuela”; los rayos cósmicos dañan realmente las células germen de uno de los padres mientras el padre aún está en el útero de la abuela.

“La abuela tendría que haber estado expuesta a radiación – a la cual está todo el tiempo – mientras está embarazada de la madre del individuo afectado. Lo que esto implica básicamente es que, durante un tiempo sensible del embarazo, la radiación de fondo constante puede causar cambios químicos justo en la célula y hebra de ADN adecuadas para llevar a un futuro cáncer. La radiación de fondo provoca daños de muy bajo nivel durante todo el tiempo a células aleatorias del cuerpo, pero algo significativo para las células germinales llevaría a todo el organismo a portar finalmente tal daño (o predisposición”, dijo el Dr. Juckett.

Por lo que el padre aún está expuesto a los rayos cósmicos mientras aún se desarrolla como un feto, y este daño surge entonces como cáncer en los hijos del padre, pero no pasa más allá.

La tendencia entre el incremento de los rayos cósmicos y las muertes por cáncer fue un efecto global, pero hay lugares en la Tierra donde la magnetosfera bloquea más rayos cósmicos que en otros. Aproximadamente a 10° N del ecuador, pasan mejor rayos cósmicos que en ningún otro lugar de la Tierra debido a que el camino a través de la magnetosfera de la Tierra bloquea las partículas energéticas del Sol.

La gente de las latitudes del polo norte y sur están más expuestas a esta radiación del Sol, por tanto los ratios de muerte por cáncer eran mayores en estas regiones que cerca del ecuador. De media, la oscilación en las muertes por cáncer fue de entre un 10-15% durante el periodo del estudio.

Cualquier buen científico te dirá que la correlación no implica necesariamente una causa; el incremento de rayos cósmicos encaja bien con el incremento de muertes por cáncer en este periodo temporal, pero podría haber otras razones para este incremento.

El Dr. Juckett advierte, “Por supuesto, podría teorizarse sobre otras explicaciones. Las aproximaciones epidemiológicas estándar dividirían los casos individuales por factores de riesgo (por ejemplo, fumadores, contaminación ambiental, dieta, edad de menarquía, historia familiar, etc.). Sólo cuando no existe correlación con estas se tienen en cuenta otras hipótesis como los rayos cósmicos. Desgraciadamente, hay que observar datos de 100 años para tendencias a largo plazo este tipo de información generalmente no está disponible. Lo que parece cierto es que las oscilaciones comunes de Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Nueva Zelanda y Australia sugieren una señal de entorno global de algún tipo. Esto limita un poco las cosas (por ejemplo, efectos de la radiación solar, efectos de los rayos cósmicos, contaminación global)”.

Es importante estudiar los efectos de los efectos de los rayos cósmicos y otros tipos de radiación en los seres humanos, cuando nos aventuremos fuera del campo magnético protector de la Tierra al espacio. Los largos viajes del espacio expondrían a los astronautas a este mismo tipo de radiación durante largos periodos de tiempo, por lo que tomar precauciones para protegerlo tiene sentido.

¿Qué podemos hacer para protegernos a nosotros mismos de este tipo de radiación en la Tierra?

“No puedo pensar en que nadie pueda hacer algo para protegerse de la propensión heredada. No obstante, el cáncer es un proceso de múltiples pasos. Aún se requiere que ocurran otras “mutaciones” aleatorias durante la vida. Aún se necesita una vida sana. En otras palabras, reducir la exposición a toxinas, radiación, y lesiones. Finalmente, las huellas bioquímicas de cambios posibles heredades pueda descifrarse y entonces podría ser posible probarlo”, dijo el Dr. Juckett.

No hay causa para la alarma, sin embargo; los rayos cósmicos son sólo el 20-30% de la radiación de fondo a la que estamos expuestos cada día, y son una causa mínima de cáncer en comparación con otros efectos ambientales como fumar.

lunes, 4 de febrero de 2008

Maxablaster: la linterna que puede iluminar a 6 kilómetros

Fuente: NeoTeo.

Ya hemos hablado antes de linternas particulares en NeoTeo, como la linterna con cámara. La linterna de hoy es capaz de dejar atrás a The Torch, otra de las cuales hemos hablado recientemente (que era capaz de encender fuego): esta linterna no solo enciende llamas, produce rayos ultravioletas como los del sol. El ingeniero alemán, Ralf Ottow, cansado de su Maxabeam (una linterna para misiones de rescate, capaz de iluminar a 2,4 kilómetros), decidió poner manos a la obra y hacer su propia nueva linterna. Después de dos meses de trabajo nació la Maxablaster. Se trata de una linterna de 52 millones de candelas. Necesitando 54 baterías níkel metal para funcionar, la Maxablaster es capaz de generar una luz equivalente a la que generarían 5.000 linternas comunes.

Para fabricar la Maxablaster, Ottow utilizó el cuerpo de una linterna comercial y le puso una lámpara de arco de mercurio. Para protegerse de los peligrosos rayos ultravioletas que producen estas poderosísimas lámparas, le puso un filtro especial, que también sirve como protección en caso de que la lámpara explote. Ottow le puso además una llave para encenderla, dado que podría resultar muy peligroso que la Maxablaster se prendiera por error.

Este monstruo pesa 6 kilogramos, pero "resulta bastante portátil por la forma del mango" según las palabras del propio Ottow. Llamar a Batman con esta linterna no sería problema, siempre y cuando no se nos incendie el simbolo a poner encima de la linterna.

Maxablaster: la linterna que puede iluminar a 6 kilómetros

Fuente: NeoTeo.

Ya hemos hablado antes de linternas particulares en NeoTeo, como la linterna con cámara. La linterna de hoy es capaz de dejar atrás a The Torch, otra de las cuales hemos hablado recientemente (que era capaz de encender fuego): esta linterna no solo enciende llamas, produce rayos ultravioletas como los del sol. El ingeniero alemán, Ralf Ottow, cansado de su Maxabeam (una linterna para misiones de rescate, capaz de iluminar a 2,4 kilómetros), decidió poner manos a la obra y hacer su propia nueva linterna. Después de dos meses de trabajo nació la Maxablaster. Se trata de una linterna de 52 millones de candelas. Necesitando 54 baterías níkel metal para funcionar, la Maxablaster es capaz de generar una luz equivalente a la que generarían 5.000 linternas comunes.

Para fabricar la Maxablaster, Ottow utilizó el cuerpo de una linterna comercial y le puso una lámpara de arco de mercurio. Para protegerse de los peligrosos rayos ultravioletas que producen estas poderosísimas lámparas, le puso un filtro especial, que también sirve como protección en caso de que la lámpara explote. Ottow le puso además una llave para encenderla, dado que podría resultar muy peligroso que la Maxablaster se prendiera por error.

Este monstruo pesa 6 kilogramos, pero "resulta bastante portátil por la forma del mango" según las palabras del propio Ottow. Llamar a Batman con esta linterna no sería problema, siempre y cuando no se nos incendie el simbolo a poner encima de la linterna.

sábado, 2 de febrero de 2008

Científicos españoles encuentran un meteorito procedente del asteroide Vesta

Fuente: El Mundo.

Un meteorito que pudo verse sobre casi toda la Península el pasado 10 de mayo, y cuyos fragmentos cayeron junto a la población de Puerto Lápice, en Ciudad Real, proviene muy probablemente de Vesta, el segundo mayor cuerpo del cinturón de asteroides.

Los científicos de la Red Española de Investigación sobre Bólidos y Meteoritos han recuperado 20 fragmentos de la roca, cuya espectacular caída sobre la Tierra fue vista por multitud de españoles que colapsaron las líneas de los servicios de emergencia.

Este es el primer meteorito de su clase que se recoge en nuestro país y el segundo en menos de tres años cuyos fragmentos recupera la citada Red, después de que, "durante más de un siglo, nadie se había preocupado de buscar meteoritos en España", tal y como denunció Josep María Trigo, uno de los científicos ha presentado el hallazgo en la sede madrileña del CSIC.

Los fragmentos, de entre 0,5 y cuatro centímetros de largo y entre 0,1 y 10 gramos de peso, han permitido identificar al bólido como un meteorito eucrita, rocas similares a los basaltos terrestres que, en su gran mayoría, provienen del asteroide Vesta.

"Aprendiendo de estas rocas, aprendemos sobre el origen de los asteroides", señaló Trigo. El meteorito de Puerto Lápice debió pesar un 50 kilogramos y durante los cinco o seis segundo que duró su descenso tuvo una visibilidad intermedia entre la de la Luna y el Sol.

El fenómeno se observó desde Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Madrid, Murcia, Málaga, Sevilla, Toledo y Valencia. Dos días después de su caída, los científicos emprendieron su búsqueda interrogando a testigos de Toledo y Ciudad Real para determinar dónde había caído.

"Nos encontramos con un problema porque la zona donde se determinó que habían caído los fragmentos sufrió unas fuertes inundaciones", indicó José María Madiedo, investigador de la Universidad de Huelva y uno de los responsables del hallazgo.

A este inconveniente, pronto se sumó otro: "Había caído en zonas de cultivo, principalmente olivos y viñedos, que acababan de ser arados o estaban siendo arados en ese momento". A causa de ello, muchos de los fragmentos han debido quedar enterrados.

Otro de los problemas a los que se tuvieron que enfrentar los científicos fue la competencia de "buscadores sin escrúpulos", en palabras de Trigo. Varios caza-meteoritos internacionales llegaron a Ciudad Real con el fin de recoger fragmentos y subastarlos por Internet o incluso tratar de revendérselos a museos españoles.

Al parecer, uno de los que más éxito tuvo fue Michael Farmer, quien "ha extraído ilegalmente fragmentos de nuestro país", lamentó Trigo.

Proceso ígneo

Una de las claves científicas del meteorito reside, según Jordi Llorca, de la Universidad de Cataluña, en que se trata de una de las pocas rocas espaciales sometidas a un proceso ígneo (enfriada y solidificada), por lo que puede responder a diversas cuestiones.

"Podemos estudiar qué edad tiene y es importante porque los asteroides se formaron al mismo tiempo que el planeta Tierra. También queremos saber si procede de Vesta o de otro cuerpo celeste y si se choco con otro asteroide", señaló.

Vesta, con un diámetro de 525 kilómetros, posee cerca del 9% de la máteria del cinturón de asteroides que se encuentra entre Marte y Júpiter, y es el más masivo después de Ceres. La misión 'Dawn' de la NASA se encuentra camino de estos dos cuerpos con el fin de indagar los orígenes del Sistema Solar.

Mucho más barato -se han gastado unos pocos miles de euros en encontrar los fragmentos, según los científicos- es estudiar los meteoritos que caen a la Tierra, los cuales "aportan valiosísima información sobre los objetos de los que proceden", asegura Trigo.

Uno de los fragmentos ya ha sido donado al Museo Nacional de Ciencias Naturales, que posee una de las mejores colecciones de meteoritos del mundo, y el resto serán entregados a instituciones similares.

Ojos azules, antepasado común

Fuente: BBC Mundo.

Las personas de ojos azules tienen un antepasado común que vivió hace entre 6.000 y 10.000 años, según un estudio llevado a cabo por científicos daneses.

Investigadores de la Universidad de Copenague afirman que la aparición de los ojos azules fue producto de una mutación genética que se dio en un sólo individuo.

Esta mutación afectó al gen OCA2, responsable de la producción de melanina, que es la proteína que da color a nuestros ojos, piel y cabello.

La gama de colores de los ojos va desde el castaño -que es el color predefinido en el ser humano- hasta el verde, dependiendo de la cantidad de melanina en el iris.

Mutación

Pero la mutación en un gen adyacente al OCA2, al que influencia directamente, redujo la capacidad de producción de melanina en el iris, y tuvo como consecuencia la incapacidad de producir ojos marrones y la aparición de los ojos azules.

Si se inhibe totalmente la acción del OCA2 se dan casos de ausencia total de producción de melanina, lo que da como resultado a los albinos, que no tienen pigmento en sus ojos, piel y cabello.

Los investigadores concluyeron que las personas de ojos azules heredaron el mismo cambio en el mismo punto del DNA.

Esta mutación, según los científicos, se produjo hace entre 6.000 y 10.000 años al noroeste del Mar Negro, desde donde la población agrícola comenzó a emigrar hacia el norte y llegó a Europa.

El hallazgo, resultado de más de diez años de investigación, aparece en uno de los números del mes de enero de la revista Human Genetics.

Los investigadores compararon individuos de ojos azules de países tan diversos como Dinamarca, Jordania y Turquía.

Los científicos consideran que esta mutación genética no es ni buena ni mala y, como el color de pelo o la calvicie, ni aumenta ni disminuye la expectativa de vida.

Cortar una cebolla sin llorar

Fuente: La Vanguardia.

Científicos de Nueva Zelanda y Japón han creado una cebolla que "no hace llorar" mediante la anulación de la encima que produce esta reacción, informó la prensa neozelandesa.

Seguir leyendo noticia

Uno de los directores de la investigación, Colin Eady, señaló que el descubrimiento podría terminar con uno de los enigmas más importantes de la cocina, por qué motivo cortar una simple cebolla nos hace llorar.

Eady apuntó que este proyecto comenzó en 2002 después de que científicos japoneses localizasen la encima responsable de las lágrimas.

El científico reconoció que el sabor del bulbo podría verse afectado por este cambio en su composición aunque anticipó que cuando vaya avanzando la investigación podría "incluso mejorarse".

Añadió que a pesar de la expectación que puede crear este nuevo descubrimiento en la sociedad, la mayoría de los hogares tendrá que esperar hasta dentro de 10 ó 15 años para poder cortar cebollas "sin lágrimas".

300 huesos al nacer y 206 al morir

Fuente: HechosInsolitos.com.

Un bebé tiene al nacer más de 300 huesos, y cuando crece y se hace .adulto sólo 206.

Durante la infancia, una parte de los huesos crece dividido en «piezas», separadamente. Por ejemplo, el cráneo de un bebé está constituido por 29 huesos que poco a poco van «soldándose». Esto ocurre hasta los 20 o 25 años, edad en la cual ya están formados todos los huesos de forma definitiva. Es en este momento cuando se pueden contar todos los huesos del cuerpo, porque ya no van a variar.

Casi la mitad de nuestros huesos se encuentran en las manos y en los pies. Cada mano está formada por 27 huesos y gracias a este gran número podemos llevar a cabo los movimientos tan precisos que a veces realizamos con los dedos.