Investigadores de la Universidad Keio y del Instituto Nacional para la Salud y Desarrollo Infantil en Japón, han publicado un documento que sugiere que cierta parte de la sangre menstrual podría emplearse para tratar corazones dañados.
Los investigadores cultivaron un tipo de célula que se encuentra solo en la sangre menstrual y la combinaron con células cardiacas de ratas. A los 20 días, el 20% de las células menstruales comenzaron a latir acompasadas, formando una capa de músculo cardiaco. En las células madre que se encuentran en la médula espinal, el porcentaje de éxito fue solo de un 0,2 o 0,3%.
Las células tomadas de la sangre menstrual no cambian a cualquier tipo de célula, tal y como hacen las células madre, pero se convierten fácilmente en músculo, lo cual sugiere que este logro podría suponer una buena noticia para aquellos que sufren de otras enfermedades, como la distrofia muscular.
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