Fuente: HispaMp3.
Las poblaciones de homínidos en el Pleistoceno eran mucho más sanas que los humanos actuales porque mantenían el periodo natural de lactancia, que es de unos cuatro años, mientras que desde épocas recientes esta práctica se ha reducido de forma drástica.
(EFE) Así lo ha asegurado hoy el director del Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana y codirector del equipo científico de Atapuerca, José María Bermúdez de Castro, en la presentación del Seminario Internacional sobre Paleoecología Humana en el que hasta el sábado se debatirá esta cuestión junto a otras propuestas científicas vinculadas al desarrollo y evolución de los homínidos.
Bermúdez de Castro ha hecho un "alegato" en defensa de mantener el periodo natural de lactancia, porque ello garantiza seres mucho más sanos que los actuales.
Según ha indicado, "lo que nos toca como especie" son cuatro años de lactancia y en las pocas poblaciones de la tierra que mantienen costumbres aún neolíticas perdura esta práctica que garantiza salud.
Ha explicado que las propiedades de la leche materna van cambiando a lo largo de los cuatros años en función de las necesidades del niño "y esto es una evolución extraordinaria que estamos despreciando".
Precisamente en el centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, con sede en Burgos, un equipo dirigido por Ana Mateos realiza una investigación sobre la lactancia con fósiles dentales del Homo Heildebergensis, un preneandertal que vivió hace unos 400.000 años en Atapuerca.
Mateos ha señalado que estos estudios se van a extender a otros fósiles dentales encontrados también en los yacimientos de la Sierra de Atapuerca como los del Homo Antecessor, que habitó hace cerca de un millón de años.
Las investigaciones se realizan con técnicas de análisis de "hipplasis del esmalte", unas marcas que quedan en los dientes según los periodos de lactancia y que permiten conocer detalles sobre los individuos que se analizan.
Mateos ha indicado que las madres gestantes y lactantes del Pleistoceno -era geológica que data sus comienzos alrededor de hace 1,8 millones de años cuando surgen las condiciones adecuadas para el desarrollo de la especie humana- tenían un gasto energético dos veces superior al de las madres actuales.
Este simposio reúne desde hoy en Burgos a los científicos más importantes del mundo en investigación de la evolución humana y servirá, según Bermúdez de Castro, para confrontar teorías y conocer líneas de investigación.
Hasta el sábado se abordarán ponencias e investigaciones sobre las primeras poblaciones humanas de Eurasia para debatir cuestiones sobre la especie de homínido que colonizó el continente, el camino o caminos que recorrieron o las barreras climáticas y geográficas que tuvieron que superar.
Asimismo se van a debatir cuestiones sobre las nuevas líneas de investigación que representan la Paleobiología y la Paleoecología que, entre otras cuestiones, sirven para conocer la energía que gastaban los homínidos en sus actividades diarias de supervivencia.
Este es el segundo simposio de la Cátedra Atapuerca tras el organizado hace unos años en Nueva York, y está auspiciado por las fundaciones Atapuerca y Duques de Soria.
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