Fuente: Solo Ciencia.
El vórtice magnético puede imaginarse como una rotonda para el tráfico. Pero en lugar de albergar automóviles circulando, consiste en un conjunto de átomos magnetizados. Forman un patrón parecido más bien a un anillo de diminutos imanes de barra, de manera que realmente nada se mueve alrededor de la rotonda atómica, pero la dirección puede cambiar: Cuando todos los "polos norte" apuntan en el sentido del movimiento de las agujas del reloj, el vórtice magnético se dice que es "dextrógiro"; de lo contrario el vórtice es "levógiro".
La existencia de un "sistema de tráfico" atómico circular de esta clase se había presumido durante varios años. En el estudio, Manfred Fiebig y sus colegas han descubierto específicamente la presencia de este tipo de vórtice en una sustancia denominada fosfato de litio-cobalto, y han empleado óptica láser para determinar su dirección. Este hallazgo es sumamente interesante desde el punto de vista de la investigación fundamental. Pero también puede tener consecuencias prácticas en lo que se refiere a las aplicaciones tecnológicas. Esto es porque los vórtices magnéticos podrían utilizarse para almacenar información: Cuando el "tráfico" en las rotondas atómicas va hacia la derecha, eso podría corresponder al número binario "0", y cuando va hacia la izquierda, podría hacerse corresponder con el "1", un principio físico que algún día podría ser introducido en el diseño de discos duros para ordenadores. Los actuales dispositivos de almacenamiento de datos contienen billones de zonas, ordenadas en filas, capaces de cambiar su polaridad. Para escribir o leer la información en ellos hay que utilizar campos magnéticos. La tecnología actual tiene dos problemas: Por una parte, para producir los campos necesarios debe haber un flujo de electricidad por el que se ponen en movimiento los portadores de carga eléctrica, y éste es un proceso relativamente lento. Por otro lado, con las densidades de datos cada vez mayores el peligro está en que los campos magnéticos que deben ser leídos pueden destruir accidentalmente la información almacenada. Las rotondas atómicas no tienen estas desventajas. Aquí, la información también se almacena "magnéticamente" pero, como señala Manfred Fiebig, la dirección de rotación de los vórtices puede ser cambiada por medio de campos eléctricos. Es más, el proceso de lectura no requiere un campo magnético que podría borrar por error los datos almacenados. Otra ventaja es que la electricidad no tiene que fluir para generar los campos eléctricos, por lo que, en principio, el almacenamiento puede producirse mucho más rápidamente.
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