Fuente: La Opinion A Coruña.
El entomólogo y paleontólogo estadounidense David Grimaldi, conservador del Museo de Historia Natural de Nueva York, ha afirmado, en una entrevista con EFE, que "la existencia de los humanos depende de los insectos", pese a que estos pequeños animales están "totalmente infravalorados". EFE Grimaldi, que ha acudido a Barcelona invitado por la Obra Social de La Caixa, ha explicado que los insectos tienen un papel clave en el funcionamiento de la Tierra, ya que de ellos depende, entre otras cosas, la polinización de más del ochenta por ciento de las plantas y cosechas de todo el mundo.
"Sólo si las abejas no existieran, la Tierra ya sería distinta", ha señalado el experto, que ha destacado, especialmente, la labor de dos de los insectos a cuya erradicación dedican los humanos más esfuerzos, como son las hormigas y las termitas, principales responsables de la movilidad de la materia orgánica y del mantenimiento del equilibrio ecológico del planeta.
"Si desaparecieran las termitas, las selvas tropicales serían lugares radicalmente distintos, y hay que tener en cuenta que los bosques tropicales son los principales productores de oxígeno", ha remarcado Grimaldi, que ha lamentado que, pese a su vital importancia para la supervivencia del planeta, los insectos estén tan "infravalorados".
En la actualidad hay cerca de un millón de insectos descritos, aunque se calcula que existen entre tres y cinco millones más aún por descubrir.
Los primeros insectos que pisaron la Tierra lo hicieron hace más de 3.000 millones de años, cuando el planeta tenía un clima muy violento, una atmósfera totalmente distinta, no había vertebrados y la mayoría de formas de vida se encontraban en el océano.
Con sus cientos de millones de años de historia, los insectos han demostrado ser uno de los grupos animales con mayor éxito de adaptación, un triunfo de supervivencia no menos que admirable al que Grimaldi ha intentado dar una explicación lógica en los últimos años.
Según este experto, los insectos estaban "predestinados" a tener éxito biológico. En primer lugar, explica, por su edad, ya que al ser uno de los primeros seres en colonizar la Tierra fueron evolucionando y ocupando nichos ecológicos.
Sus esqueletos, que evitan la desecación; sus articulaciones, que los dotan de una enorme flexibilidad; las alas, que les permiten escapar de sus enemigos y rastrear alimentos, y su transformación mediante la metamorfosis, son para Grimaldi los otros factores que han determinado el éxito de adaptación de estos minúsculos animales.
"En su conjunto, tienen ciclos de vida relativamente cortos y tienen mucha descendencia, lo que hace que sean animales extremadamente adaptables, hasta el punto que parecen menos vulnerables a las extinciones en masa que han afectado otras formas de vida", ha subrayado el responsable de la sección de Zoología de Invertebrados del Museo de Historia Natural de Nueva York.
No obstante, Grimaldi ha advertido de las nefastas consecuencias que el calentamiento global del planeta tendrá también sobre los insectos e, indirectamente, sobre los humanos, a consecuencia de los cambios que sufrirán los hábitats tropicales, en los que viven gran parte de las especies de estos animales.
"Con la llegada del clima tropical a otras regiones, los insectos irán hacia el norte y eso incluye la llegada a Europa de artrópodos portadores de enfermedades", ha alertado el entomólogo.
David Grimaldi es un reconocido paleontólogo que ha desarrollado parte de su trabajo en España, y, en concreto, en Teruel, donde el pasado año halló, en colaboración con unos colegas españoles, una gota de ámbar que conservaba en su interior la telaraña más antigua del mundo, con más de 110 millones de años de antigüedad.
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