Los coches eléctricos e híbridos podrían actuar como almacenes energéticos de la red eléctrica mientras no estén circulando, comentan científicos estadounidenses.
Científicos de la Universidad de Delaware están usando un nuevo prototipo de batería, fabricada por la empresa estadounidense AC Propulsión para almacenar o suministrar electricidad a la red cuando sea necesario.
Por si misma, una sola batería de este tipo no alteraría demasiado el sistema de suministro energético. Pero si cientos o miles de propietarios de vehículos adoptan este sistema, se podría mejorar significativamente la eficiencia de la distribución energética, dicen los científicos.
El coche medio estadounidense se conduce solo durante una hora de cada 24, comenta Willet Kemptin, investigador líder de la iniciativa.
Los coches con motor de combustión son inútiles cuando están aparcados, pero todos los coches eléctricos e híbridos podrían actuar como condensadores de la red mientras están inactivos, para lo cual deberían usar un sistema desarrollado por Kempton y sus colegas llamado V2G (vehículo a la red).
Almacenamiento delicado
“El almacenamiento es un asunto delicado para las empresas eléctricas, ya que es difícil de llevar a cabo”, comenta Kempton, quien además señala que los elevados costes de los medios de almacenamiento del exceso eléctrico, implican que solo exista capacidad para un 1% de la producción en países como EE.UU. o el Reino Unido.
Una empresa energética intenta hacer coincidir la demanda con el suministro, las instalaciones de almacenamiento de la producción extra pueden ayudar a que la energía no se malgaste. El almacenamiento es particularmente importante para la energía renovable ya que el suministro eléctrico aportado por el sol, los océanos o el viento, es muy a menudo bastante irregular.
Normalmente la energía se almacena bombeando agua hacia arriba, y dejando más tarde que fluya hacia abajo (moviendo unas turbinas) cuando se quiere recuperar parte de esa energía.
El sistema V2G desarrollado por Kempton y sus colegas podría ser de gran ayuda en las primeras horas del día. Entre las 4 y las 7 de la mañana la demanda se dispara a medida que la gente, las fábricas y los negocios comienzan a necesitar energía de la red. Normalmente, a estas horas las plantas energéticas tienen que aumentar su producción para cubrir esta demanda.
Cuando se conecta a un vehículo al enchufe de la casa de Kempton, un ordenador de abordo se comunica a través de una red segura con otro computador del operador de la red eléctrica PJM.
Almacenar un megavatio
El ordenador de PJM le pide al coche que almacene el exceso de producción cuando la demanda es baja, por ejemplo durante la noche. Luego, cuando la demanda comienza súbitamente a subir, el coche puede descargar ese extra de energía de vuelta a la red para ayudar a suavizar el ajuste en el suministro.
“Un solo coche no conseguirá corregir el problema”, comenta Kempton. Pero 100 vehículos disponibles durante un tercio del tiempo, podría suministrar un megavatio de electricidad. Para asegurarse que ningún usuario/colaborador de la red se queda tirado, estos tendrían que especificar la cantidad de carga que necesitarían en un momento particular.
Los investigadores estiman que cada coche podría suministrar anualmente 4.000$ útiles de almacenamiento energético para la compañía. Apenas costaría 600$ instalar en cada hogar la conexión de alta potencia que el sistema utiliza. Para animar a los conductores a colaborar, las empresas energéticas deberían traspasar parte de ese ahorro a sus colaboradores, comenta Kempton.
Durante el próximo año y medio, los investigadores planean construir cuatro coches más y ajustar el software que controla las recargas.
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