Dice el dicho que "año de nieves, año de bienes", y el Gobierno chino ha decidido hacerlo realidad en medio de la crisis y de su peor sequía en 50 años a golpe de cañonazos de yoduro de plata que han provocado la nieve que ha cubierto esta semana la capital, Pekín.
La primera nevada de este invierno cayó el pasado martes sobre Pekín después de más de cien días de sequía y coincidiendo con la celebración, el miércoles, del día Yu Shui, literalmente, día "del agua de lluvia", según el milenario calendario de los campesinos chinos. En las provincias orientales de Shandong, Anhui y Jiangsu se han producido lloviznas.
Provocar la nieve ha supuesto la movilización del Ejército por tierra y aire. Por aire, con un avión de la fuerza aérea que ha liberado 400 litros de nitrógeno líquido en el norte de la capital desde el 12 de febrero, cuando se registró una leve llovizna. Por tierra, 200 efectivos situados en las montañas que rodean Pekín lanzaron cohetes de yoduro de plata, un catalizador que genera una reacción química al contacto con las nubes que libera hidrógeno y éste, a su vez, al combinarse con el oxígeno de la atmósfera, produce agua o nieve, según la temperatura.
Con estas y otras medidas, las autoridades dicen que casi han zanjado la sequía que asuela el norte y centro de China, donde 10 millones de hectáreas de cultivo están en peligro y se padece una endémica escasez de agua. Aseguran que, después de la nevada, la superficie de cosecha afectada se ha reducido a casi la mitad. El mantenimiento de la producción de cereal es una cuestión de subsistencia en el país más poblado del mundo.
El calendario campesino chino, que data de la embrionaria economía agrícola de la dinastía Han (206 a.C.-220 d.C.), indica que el Yu Shui debería caer entre el 16 y el 18 de febrero, y la voz popular dice que si llueve entonces, el cielo se nublará hasta finales de abril. Según las Ordenanzas de los Cuatro Pueblos -unas regulaciones imperiales de la época- "durante el Yu Shui uno debe apurarse para arrancar las raíces de la cosecha pasada y eliminar la hierba y la tierra negra, debido a que el vapor de la tierra empieza a ascender y la estaca se cubre con la tierra hinchada".
Los 4,6 millones de campesinos afectados por la sequía están ahora dedicados a esta labor, después de que el Ministerio de Agricultura indicara que la lluvia artificial "podría ayudar" a recuperar las cosechas, aunque el Centro Meteorológico Nacional ha expresado su preocupación de que en marzo no caiga ni una gota de agua.
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