Son minúsculos fragmentos de ADN, pero que en el caso de los humanos conforman hasta la mitad del genoma para convertirse en su componente más abundante. Son parásitos que se alojan y proliferan en los cromosomas de sus organismos huéspedes con no demasiadas buenas intenciones: interrumpen los genes, alteran los mecanismos de regulación génica y trastornan, en definitiva, la vida de las células. Son los llamados elementos móviles del genoma, tan antiguos como las propias células y que han acompañado al hombre y a los demás organismos desde el inicio de la evolución.
Pero ¿cómo han logrado sobrevivir y extenderse cuando sus propios huéspedes, por ejemplo el genoma humano, han desarrollado mecanismos de autodefensa para eliminarlos? La respuesta a esta pregunta no es simple, pero un equipo de investigadores gallegos del Grupo de Medicina Xenómica de la Universidade de Santiago ha probado que el salto entre especies de estos parásitos intragenómicos constituye uno de sus principales mecanismos de supervivencia en un trabajo que acaba de publicar la revista científica Genome Biology .
El equipo, formado por Carolina Bartolomé, Xabier Bello y Xulio Maside, ha cuantificado por primera vez la tasa de transmisión entre especies (horizontal) de estos fragmentos de ADN, que podrían utilizar una vía similar a la de la infección para saltar de un huésped a otro. En concreto, un tipo de elementos móviles denominados retrotransposones son los que más recurren a esta estrategia, de forma que más de un 30% de estas entidades genéticas muestran evidencias claras de haber dado el salto entre especies en los últimos millones de años. Este aspecto es importante porque los retrotransposones tienen una estructura genética muy similar a los retrovirus, grupo al que pertenece el virus del sida, con lo que su estudio podría ayudar a comprender la capacidad de ciertos virus para infectar distintas especies.
Importancia sanitaria
«Alén do seu interese básico, estas investigacións poden ser moi relevantes no eido sanitario, porque cómpre lembrar que o virus da sida saltou do seu hospedador habitual, o chimpancé, ao home nas primeiras décadas do século XX na África central», explica el investigador Xulio Maside. En este aspecto, si se logra descubrir cuál es el mecanismo biológico que permite la mutación por la que un virus pasa de una especie a otra, podría llegar a reprimirse y evitar las infecciones.
Los investigadores realizaron su trabajo en tres especies de mosca Drosophila , el organismo modelo por excelencia, para lo que desarrollaron herramientas bioinformáticas que les permitieron aislar las secuencias nucleótidas de cerca de 1.500 parásitos intragenómicos y compararlos entre sí. La tecnología que han desarrollado permitirá investigar los parásitos del genoma de otros organismos, incluido el hombre, en colaboración con grupos de la Universidade da Coruña, de Barcelona y del Reino Unido.
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