La confusión sobre los potenciales beneficios sobre la salud del ácido fólico induce a recomendaciones de uso divergentes, según un nuevo estudio
El conocimiento científico del ácido fólico ha aumentado mucho estos últimos años. Sus inacabables y anunciados efectos beneficiosos han motivado a las administraciones alimentarias de varios países, que desde 1997 llevan estableciendo medidas para fortalecer la harina del pan con esta sustancia. Pero son medidas que no acaban de armonizarse, quizás porque el ácido fólico continúa deparando sorpresas. Nuevos estudios han mostrado que los suplementos de folato podrían no ayudar a prevenir tumores benignos colorrectales y, por otro lado, enmascarar una carencia de vitamina B12 a largo plazo.
Desde finales de los noventa han aparecido multitud de informaciones sobre estudios que destacan los beneficios del ácido fólico. Además de la más que anunciada garantía para embarazadas por la reducción de alteraciones en la espina dorsal o en el cerebro del feto, también se otorgan a este compuesto químico propiedades anticancerígenas y beneficios cardiovasculares. Un estudio reciente de la Universidad de York y la Escuela Médica Hull York le da también un efecto reductor de la depresión si éste se añade como complemento en la harina de pan.
Aceptación de los suplementos de ácido fólico
Precisamente el ácido fólico como suplemento del pan es lo que está llevando de cabeza a las administraciones de alimentos de varios países. Desde que se mostraron sus efectos beneficiosos en los fetos y en las mujeres gestantes, Canadá se puso a trabajar y estableció en 1997 medidas para fortalecer la harina del pan con este compuesto. Estados Unidos siguió a su país vecino con las mismas medidas un año después. Chile no tardó en seguirlos. Recientemente Inglaterra dio luz verde a las autoridades sanitarias y parece ser que Australia no tardará en dar también el visto bueno.
La decisión de los ingleses se tomó poco después de la publicación de un estudio en la revista New England Journal of Medicine, que ratificaba científicamente la decisión tomada por Canadá años antes. En las conclusiones, la investigación manifiesta que entre 1993 y 1997 la incidencia de deformaciones en el feto era de 1,58 por cada mil nacimientos. Entre 2000 y 2002 la incidencia cayó en un 46%.
Parte de la razón por la que la toma de decisiones se ha alargado durante tantos años en algunos de los países es que diversos estudios han manifestado que el consumo de folatos, sustancias derivadas del ácido fólico, pueden enmascarar una carencia de vitamina B12 a largo plazo, deficiencia que si no se trata puede acarrear serios problemas cognitivos en la vejez.
Confusión en las cantidades
Una vez aceptadas las medidas por los países mencionados, el miedo a la carencia de vitamina B12 parece haberse suavizado. Las preguntas sobre las cantidades necesarias idóneas, así como dónde y en qué momento llevar a cabo el añadido de ácido fólico en la harina pasan a ser el gran tema para solucionar. ¿Es más positivo añadirlo en el proceso de molido de la harina o en el momento de la fabricación del pan?
Son las cantidades recomendadas de ácido fólico las que están armando más revuelo. Es lo que confirma un estudio publicado recientemente por la red EURRECA, cuyo título completo corresponde a «Armonización de las recomendaciones nutricionales en toda Europa centrándose especialmente en los grupos vulnerables y la comprensión de los consumidores».
La investigación detectó que, para establecer los parámetros de recomendación, cada país lo hacía a su manera. Según Lisette de Groot, una de las autoras del trabajo y profesora de la Universidad de Wageningen (Países Bajos), «los científicos no trabajan con información científica actualizada, lo que da lugar a recomendaciones diferentes», algo que puede observarse con la posterior aportación de la profesora: «la recomendación estándar de ácido fólico para adultos aún no toma en consideración el nuevo y asombroso papel que juega esta vitamina en la reducción de la homocisteína, un factor importante de riesgo en las cardiopatías y especialmente en el derrame cerebral».
Además, para añadir más confusión, los países usan diferentes conceptos y definiciones cuando hacen sus recomendaciones. Las directrices para mujeres que ya están embarazadas varían ampliamente en toda Europa, y oscilan entre los 300 microgramos diarios en el Reino Unido y los 600 microgramos diarios en Alemania, Austria, Suiza y también de la OMS (Organización Mundial de la Salud).
El objetivo del proyecto EURRECA es abordar este problema elaborando un marco de recomendaciones armonizadas sobre los micronutrientes, concepto que incluye las vitaminas, los minerales y los oligoelementos que el organismo necesita en pequeñísimas cantidades para funcionar adecuadamente. Parece ser que se está dando un paso importante para solucionar esta situación de exceso de información confusa y sin actualizar. Loek Pijls, del Instituto Internacional de Ciencias de la Vida, afirma: «a través del diálogo y la cooperación entre nutricionistas, autoridades que dictan los estándares de la alimentación y organizaciones profesionales nacionales, proporcionaremos un marco que presentará lo mejor de la ciencia y permitirá que las agencias lo conviertan en recomendaciones».
Un peligro para tumores colorrectales
Mientras los países discuten sobre la mejor forma de administrar ácido fólico, diversas investigaciones ahondan un poco más en los efectos de la sustancia. Y parece ser que no todos son buenos.
Un estudio reciente llevado a cabo por científicos de la Escuela Médica Dartmouth y dirigido por Bernard Cole sugiere que los estudios anteriores que indican que los suplementos de folato pueden ayudar a prevenir tumores benignos colorrectales son engañosos, y estos podrían incluso agravar el riesgo los mismos. Ante estos resultados, el Consejo para la Nutrición Responsable de los Estados Unidos (CRN) ha llamado a la calma para no asegurar conclusiones que destrozarían todo lo conseguido en los últimos años en referencia a los suplementos de ácido fólico. Andrew Shao, miembro del Consejo, entiende que «si los científicos, los medios de comunicación o el gobierno» pusieran en tela de juicio todo el trabajo de años sobre el ácido fólico por los resultados obtenidos de este estudio, las conclusiones podrían conllevar consecuencias «extremamente negativas para la salud».
No hay comentarios:
Publicar un comentario