La vitamina C y otros antioxidantes podrían impedir el desarrollo de algunos tumores cancerosos neutralizando una proteína (HIF-1), según una investigación realizada en Estados Unidos y publicada el lunes.
Algunos cánceres de avance rápido como el de hígado consumen tanta energía que queman todo el oxígeno disponible en torno a ellos, haciendo que dependan absolutamente de una proteína denominada HIF-1 (factores inducidos por la hipoxia) para sobrevivir.
Esta proteína, descubierta hace una decena de años por investigadores estadounidenses, compensa la disminución de oxígeno disponible en las células. Pero no puede funcionar sin radicales libres, partes inestables y muy reactivas de una molécula.
Los radicales libres parecen jugar un papel en el envejecimiento. Los antioxidantes como la vitamina C destruyen estos radicales libres y neutralizan el HIF-1, bloqueando el desarrollo del tumor canceroso.
Este hallazgo realizado en ratones de laboratorio a los cuales se les indujo un cáncer fue el fruto de trabajos realizados por el doctor Chi Dang, un especialista en cáncer y profesor de medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore (Maryland).
«Las virtudes anticancerígenas potenciales de los antioxidantes motivaron numerosos ensayos clínicos y estudios» en las últimas décadas, indicó Dang.
«Descubriendo el mecanismo por el cual actúan los antioxidantes, podemos maximizar sus esfuerzos terapéuticos», indicó.
Hace casi 30 años, el doctor Linus Pinus, laureado con el premio Nobel de medicina, fue el primero en plantear la idea, entonces controvertida, que suplementos de vitamina C podrían tener efectos anti-cancerígenos.
También la D
Por su parte, tomar suplementos de vitamina D podría reducir los riesgos de mortalidad debido a enfermedades como el cáncer y la diabetes, según un estudio divulgado este lunes.
Los doctores Philippe Autier de la Agencia internacional de Investigación sobre el Cáncer, en Lyon (Francia), y Sara Gandini del Instituto europeo del cáncer de Milán (Italia) analizaron los resultados de 18 estudios clínicos realizados antes de noviembre de 2006 en 57.311 personas de 50 años o más.
Durante un periodo de 5,7 años las personas que consumieron vitamina D presentaron un riesgo de mortalidad del 7% menor que quienes tomaron un placebo, concluyeron estos investigadores, cuyos trabajos son divulgados en los 'Archives of Internal Medicine', publicados por el 'Journal of the American Medical Association'.
Estos resultados van en la misma línea que estudios previos que indicaban que deficiencias en vitamina D estaban vinculadas a una mortalidad más elevada por cáncer, enfermedades cardio-vasculares y diabetes, responsables del 60% al 70% de los decesos en los países ricos.
La vitamina D, que es sintetizada por la piel bajo los efectos de la exposición al sol, podría neutralizar mecanismos por los cuales las células cancerosas proliferan o estimular el sistema inmunitario.
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