Fuente: HispaMp3.
Un equipo de investigadores ha identificado a dos genes que protegen a las células frente a las enfermedades asociadas al envejecimiento.
(EFE) Investigadores de las Escuelas de Medicina de Harvard y Cornell y los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos han descubierto dos genes en las células de mamíferos, denominados SIRT3 y SIRT4, que las protegen frente a las enfermedades del envejecimiento. Las conclusiones de la investigación se publican en la revista "Cell".
Según los investigadores, estos dos genes en las células de los mamíferos que actúan como "porteros" de la longevidad celular. Cuando las células pasan por determinadas clases de estrés, como la restricción calórica, estos genes se aceleran y ayudan a proteger a las células de las enfermedades del envejecimiento.
Según explica David Sinclair, autor senior del estudio, "ahora tenemos razones para creer que estos dos genes podrían ser posibles dianas farmacológicas para enfermedades asociadas al envejecimiento".
SIRT3 y SIRT4 son miembros de una clase más amplia de genes llamados sirtuinas. El pasado año, una investigación mostró que otro de los genes de esta familia, el conocido como SIRT1, tiene un fuerte impacto sobre la longevidad cuando es estimulado por la molécula resveratrol del vino tinto.
El estudio actual muestra además que las mitocondrias, elementos de las células que se consideran generadores de la energía celular, son vitales para el mantenimiento de la salud y longevidad de las células. Los investigadores han descubierto que SIRT3 y SIRT4 tienen un papel clave en la longevidad de la maquinaria que mantiene la vitalidad de la mitocondria y la célula sana, cuando de lo contrario debería morir.
Cuando las células pasan por una restricción calórica, se envían señales a lo largo de la membrana que activan un gen llamado NAMP. A medida que los niveles de NAMP se elevan, una pequeña molécula denominada NAD comienza a acumularse en la mitocondria. Esto, a su vez, provoca que la actividad de las enzimas creadas por los genes SIRT3 y SIRT, enzimas que viven en las mitocondrias, aumenten también. Como resultado, la mitocondria se fortalece, aumenta la salida de energía y el proceso de envejecimiento de la célula se ralentiza en gran medida. Un proceso que, según señalan los investigadores, también se produce cuando se realiza ejercicio.
"Aún no estamos seguros sobre qué mecanismo en particular se activa por el aumento de estos niveles de NAD y como resultado de SIRT3 y SIRT4 pero sí podemos ver que los programas normales de suicidio celular se ven atenuados. Esta es la primera vez que SIRT3 y SIRT4 han sido asociados con la supervivencia celular", explica Sinclair.
Los genes SIRT3 y SIRT4 podrían convertirse en dianas farmacológicas para enfermedades asociadas con el envejecimiento. Así, durante los pasados años los científicos han ido prestando una mayor atención a la función mitocondrial para el tratamiento de enfermedades como el cáncer, la diabetes y los trastornos neurodegenerativos.
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