Unos virus hallados en el Río Cam en Cambridge, famoso por ser refugio de estudiantes en sus barcas en los largos días de verano, podría convertirse en la siguiente generación de antibióticos, de acuerdo con los científicos.
Con los antibióticos actualmente sobre-prescritos para el tratamiento de las infecciones bacterianas, y los pacientes no completando todo el tratamiento adecuadamente, muchas bacterias son capaces de lograr un conjunto completo genes resistentes a los antibióticos fácilmente intercambiando material genético entre sí.
La MRSA – variedad resistente a múltiples medicinas de Estafilococo Aúreo – y las nuevas variedades emergentes del “superbicho” Clostridium difficile han forzado a los investigadores médicos a darse cuenta de que se requiere una aproximación completamente distinta para combatir estas bacterias.
“Usando un virus que sólo ataque a estas bacterias, llamado fago – y algunos fagos sólo atacan tipos específicos de bacterias – podemos tratar infecciones localizando la variedad exacta de bacteria que provoca la enfermedad”, dice Ana Toribio del Instituto Wellcome Trust Sanger en Hinxton, Cambridgeshire, Reino Unido. “Esto es algo mucho más localizado que la terapia convencional de antibióticos”.
Los científicos usaron un pariente cercano de Escherichia coli, la bacteria que causa comúnmente la intoxicación alimenticia y los problemas gastrointestinales en humanos, llamada Citrobacter rodentium, que tiene exactamente los mismos efectos gastrointestinales en los ratones. Fueron capaces de tratar a los ratones infectados con un cóctel de fagos obtenidos del Río Cam que localizaron al C. rodentium. Actualmente están optimizando la selección de virus mediante análisis de ADN para usar fagos con distintos perfiles.
“Usar fagos en lugar de los tradicionales antibióticos de amplio espectro, que esencialmente intentar acabar con todas las bacterias que se cruzan en su camino, es mucho mejor dado que no afectan al equilibrio microbiano en el cuerpo “, dice el Dr. Derek Pickard del Instituto Wellcome Trust Sanger. “Todos necesitamos bacterias buenas para que nos ayuden a combatir las infecciones, para digerir nuestra comida y proporcionarnos nutrientes esenciales, y los antibióticos convencionales pueden matar también a éstas, cuando están combatiendo a las bacterias que provocan la enfermedad”.
Los tratamientos basados en fagos han sigo ignorados durante mucho tiempo en Europa Occidental y los Estados Unidos. Los principales informes clínicos humanos han llegado del Este de Europa, principalmente del Instituto Bacteriófago de Tbilisi en Georgia donde se usan bacteriófagos con éxito para tratar infecciones como úlceras diabéticas y heridas. Se planean más estudios en líneas de ensayo clínico occidental con todos los estándares requeridos.
“Cuando más podamos desarrollar el tratamiento y comprender los obstáculos encontrados en el uso de este método para tratar las infecciones intestinales, más posibilidades tendremos de maximizar las posibilidades de éxito a largo plazo”, dice Ana Toribio. “Hemos encontrado que usar una variedad de fagos para tratar una enfermedad tiene muchos beneficios sobre usar sólo un tipo de fago para atacar una variedad peligrosa de bacteria, superando cualquier resistencia potencial a los fagos por mutaciones bacterianas”.
“Esto nos lleva de vuelta al problema que tratábamos de resolver en primer lugar. Podría decirse que los tratamiento antibióticos convencionales han llevado al MRSA y otras infecciones de superbichos a hacerse no sólo más comunes sino también más infecciosos y peligrosos. La terapia de bacteriófagos ofrece una alternativa que necesita tomarse en serio en Europa Occidental”, dice Derek Pickard.
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