Comparar el tratamiento del dolor de espalda inespecífico con un campo de minas no es un mensaje muy tranquilizador para los miles de pacientes que acuden a los servicios sanitarios en busca de una solución a un problema que padece, al menos una vez en su vida, el 80% de la población.
Sin embargo, ésta es la denuncia que se deriva de un estudio publicado en la última edición de la revista Spine, en el que ha participado el director de la Red española de Investigadores en Dolencias de Espalda (REIDE), Francisco Kovacs, y Gerard Urrutia, epidemiólogo del centro Cochrane Iberoamericano del Hospital de la Sta. Cruz y San Pablo de Barcelona.
Los autores, que señalan que en la actualidad se usan más de 200 tratamientos distintos para la lumbalgia inespecífica, demuestran que muy pocos de estos procedimientos se han demostrado eficaces no sólo frente a placebo, sino en comparación con tecnologías o técnicas ya existentes. A pesar de esta situación, denuncian, tanto la sanidad pública como la privada es testigo de una sobreutilización de soluciones no eficaces.
Fusión vertebral vs ejercicio
Según comentó Kovacs, un claro ejemplo de esta situación es la aplicación masiva 21.000 operaciones al año de la artrodesis o fusión vertebral, una técnica quirúrgica cuya "eficacia frente al placebo es desconocida y que tiene una efectividad parecida al ejercicio". Además, subrayó, es mucho más frecuente la artrodesis instrumental que junta dos vértebras con placas y tornillos que la que no utiliza estos materiales.
Respecto a la razón que explica esta mala praxis, Urrutia subrayó que en España "no se promueve la eficiencia de un sistema sanitario sostenible" y que, "muy a menudo la toma de decisiones se orienta a vender productos". Detrás de esta tendencia se encuentran los intereses de las empresas de tecnologías sanitarias y el hecho de que éstas "vendan al médico, y no al consumidor".
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