La nanotecnología fue utilizada por primera vez para destruir células cancerígenas a través de un conjunto altamente selectivo de "genes antitumor", según la más reciente investigación del tema.
La técnica permite dejar de lado las células sanas y podría solucionar el dilema de cómo tratar un cáncer inoperable, sobre todo cerca de órganos vitales.
De momento el procedimiento sólo ha sido probado en ratones de laboratorio, pero los investigadores prevén iniciar pruebas con seres humanos dentro de dos años.
Los resultados del estudio fueron publicados en internet por la revista británica Cancer Research.
"La terapia genética tiene un gran potencial para crear tratamientos contra el cáncer que son seguros y eficaces, pero colocar los genes en células cancerígenas sigue siendo uno de los grandes retos en esta especialidad", señaló el jefe del equipo de investigadores de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Londres, el Dr. Andreas Schatzlein.
"Esta es la primera vez que se ha demostrado que las nanopartículas pueden ser utilizadas para alcanzar tumores de una forma muy selectiva. Este es un avance emocionante en este campo", agregó.
Avances rápidos
El uso de la nanotecnología para combatir el cáncer ha estado avanzando rápidamente en años recientes.
Un equipo de científicos de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, insertó en 2005 tubos sintéticos microscópicos, llamados nanotubos de carbono, en las células enfermas tras exponerlos a luz cercana infrarroja usando un láser.
De esta forma lograron acabar con las células, mientras que aquellas a las que no les insertaron los tubos no resultaron afectadas.
En esta última investigación los resultados fueron similares, pero en lugar de tubos microscópicos se utilizaron genes.
"Una vez ya dentro de la célula, el gen envuelto en la partícula reconoce el entorno cancerígeno y se activa. El resultado es tóxico, pero únicamente para las células dañinas ya que no afecta el tejido sano.
Esperamos que esta terapia sea utilizada para el tratamiento de pacientes de cáncer en pruebas clínicas dentro de un par de años", agregó el Dr. Schatzlein.
La quimioterapia tradicional mata células indiscriminadamente en la zona afectada del cuerpo, con lo cual se generan efectos laterales como la fatiga, la pérdida de pelo o náuseas.
Se espera que la terapia genética elimine gran parte de esos efectos laterales con un tratamiento más enfocado.
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