Los restos de un monstruo carnívoro que habitó los mares en el reinado de los dinosaurios y superó en tamaño al famoso Tiranosaurus Rex, el mayor predador del Cretácico, han sido descubiertos en una isla del archipiélago ártico de Svalbarb.
Según publica hoy en su edición electrónica el diario "The Guardian", un grupo de "cazadores" noruegos de fósiles ha encontrado la parte trasera del cráneo del animal en el sudoeste de la isla de Spitsbergen (Noruega).
El hallazgo, asegura el periódico británico, "ha sido descrito como uno de los descubrimientos más significativos del Jurásico".
El depredador ha sido identificado como una nueva especie de pliosaurio, un grupo ya extinto de reptiles acuáticos caracterizados por un cráneo enorme, un cuello corto y cuatro aletas para desplazarse en el agua.
Las medidas de la parte trasera del cráneo y otros 20.000 fragmentos óseos hallados en la isla ártica muestran que la criatura ocupaba la cúspide de la cadena alimenticia y vivía a base de comer calamares, pescados y otros reptiles marinos.
Para hacerse una idea del colosal tamaño del pliosaurio, su cabeza era dos veces más grande que la del Tiranosaurus Rex y su mandíbula estaba salpicada de dientes de casi 30,5 centímetros de longitud.
Los paleontólogos calculan que el animal, cuyo mordisco era cuatro veces más poderoso que el del Tiranosaurus Rex, medía 15 metros de largo, pesaba 45 toneladas y dominó los océanos hace 147 millones de años.
"Es realmente grande. Tenemos partes de la mandíbula inferior que son gigantes en comparación con cualquier cosa vista antes", afirmó Espen Madsen Knutsen, paleontólogo del equipo de la Universidad de Oslo que ha examinado los restos.
"Se podía comer cualquier cose que se le cruzase", agregó Madsen Knutsen.
Los investigadores avistaron los primeros vestigios del animal durante el último día de una expedición llevada a cabo en 2007, en la que dieron con huesos de pliosaurios más pequeños.
Sin embargo, Jorn Hurum, director de la expedición y miembro del Museo de Historia Natural de la Universidad de Oslo, reparó en que había unos huesos más grandes en el terreno y marcaron ese paraje con un GPS (sistemas de navegación).
El pasado mes de agosto, el equipo regresó al lugar del hallazgo y quedó asombrado al comprobar que los restos correspondían al mayor pliosaurio encontrado hasta la fecha.
Los paleontólogos han pasado los últimos meses limpiando y midiendo los fragmentos, con el fin de elaborar un dibujo del depredador.
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