lunes, 2 de julio de 2007

¿El fin de los malos recuerdos?

Los recuerdos pueden ser dulces, pero también pueden ser extremadamente dolorosos, especialmente para las víctimas de violaciones, guerras u otros hechos violentos.

Ahora, científicos canadienses afirman que es posible poner fin a los malos recuerdos, en particular a los que causan el llamado Trastorno por Estrés Postraumático (TEP).

El TEP afecta a una de cada tres personas que son víctimas de eventos violentos y traumáticos.

Según los investigadores, los traumas, temores y ansiedades asociados a un recuerdo en particular puede ser eliminados con la intervención de medicamentos.

El estudio, llevado a cabo por investigadores de la Universidad McGill en Montreal, aparece en la Revista de Investigación Psiquiátrica.

Emociones

Los científicos afirman que una dosis de Propranolol, administrada a las pocas horas de que ocurre un evento traumático, puede reducir las respuestas fisiológicas que provocará posteriormente el evento.

El medicamento, afirman los científicos, no bloquea el mal recuerdo en sí mismo, sino todas las malas emociones asociadas a éste.

"El cerebro almacena los recuerdos de cierta forma", explicó a la BBC el profesor Karim Nader, quien dirigió la investigación.

"En una parte del cerebro se guarda toda la información consciente, todos los detalles que recordamos de cierto evento".

"Y otra parte del cerebro guarda todo el aspecto emocional, todos los sentimientos asociados a este hecho", señala.

Lo que hicieron los investigadores, fue, por medio del medicamento, bloquear la parte emocional del recuerdo traumático.

"Pero no bloqueamos la parte consciente del recuerdo, es decir, la gente que recibió el medicamento podía recordar los detalles del trauma, pero ya no se mostró abrumada o incapacitada por éste", dice Karim Nader.

El Propranolol es un beta bloqueador que se usa principalmente para el tratamiento de la hipertensión.

En el estudio, un grupo de individuos que sufrían TEP crónico recibieron una dosis de propranolol después de describir el evento que les había causado el trauma.

Otro grupo recibió un placebo.

Una semana después, volvieron a describir ese evento mientras se monitoreaba su ritmo cardíaco y otras respuestas fisiológicas como la conductividad de la piel o la dificultad para respirar.

Duradero

Según los científicos, estas respuestas fisiológicas fueron mucho más pequeñas en los individuos que tomaron el medicamento.

"Una de las voluntarias estudiadas -afirma el profesor Nader- había sido violada a los 12 años y durante 30 años nunca había podido hablar del hecho".

"Después del tratamiento -agrega- comenzó a hablar sobre la violación y pudo hacerlo con detalle, lo cual quiere decir que la parte emocional que durante muchos años la había incapacitado, ya no estaba allí".

Los efectos, dicen los científicos, parecen ser duraderos ya que tres meses después del primer tratamiento los voluntarios siguieron mostrando las mismas recciones.

Los científicos afirman que no están intentando borrar todos los recuerdos o crear un fármaco "utópico" que elimine todas las malas experiencias de la mente de la gente.

"Las emociones, placenteras o no, son parte normal de nuestra vida diaria", afirma Karim Nader.

"Las emociones están encargadas de dirigir nuestras vidas ya que todos los días tomamos decisiones basados en temores o sentimientos de lo que podrá ocurrir", agrega.

Tal como señala Kader, "no estamos intentando eliminar las emociones de una persona normal".

"Pero para alguien que sufre TEP, estos recuerdos no son normales porque no dejan funcionar al paciente y lo incapacitan".

Lo que pretende la investigación es "eliminar el poder destructivo de un recuerdo y convertirlo en un recuerdo que es malo, pero es normal".

De esta forma, dicen, los pacientes serán capaces de poder enfrentar estos recuerdos, responder a ellos con ayuda de métodos normales de psicoterapia y volver a tener una vida normal.

Fuente: BBC Mundo.

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