jueves, 5 de julio de 2007

A la Luna el 2020, a Marte el 2036

Instalarse en la Luna como punto de paso a Marte. La agencia espacial estadounidense quiere liderar la cruzada espacial en las próximas décadas con dos misiones históricas: la construcción de una base permanente en el satélite terrestre en 2020 como paso previo al desarrollo de un proyecto más ambicioso, el de viajar al planeta rojo unos veinte años más tarde, hacia 2036. De momento, sólo la NASA explora la llegada del hombre a Marte, ya que ni Rusia ni Europa, o potencias emergentes como China e India, han decidido su participación, por lo que la industria espacial vive un 'momento decisivo' en cuanto al futuro de la investigación astral.

Con la experiencia que le dan sus 20 años trabajando para la NASA, y la presencia en tres misiones con trasbordador -la última permaneció siete meses en la Estación Espacial Internacional (récord absoluto)- Miguel López - Alegría , el astronauta de 59 años y madre española, hizo ayer un repaso a los proyectos de la agencia estadounidense y contó sus experiencias en la ingravidez cósmica.

En los polos lunares

Para López - Alegría , la misión «más factible y cercana» es la base que se levantará en uno de los polos lunares, ya que cuenta con la ventaja de la presencia de luz solar para producir energía y, por su ubicación, mantiene una temperatura polar más moderada que otras regiones del satélite.

Otra ventaja es la posibilidad de extraer hidrógeno y oxígeno para producir agua y carburante para los motores de la nave, unas condiciones importantes para avanzar los futuros viajes a Marte, para los que el astronauta criado en California estima una duración de dos años: nueve meses para ir, otros tantos para volver y seis de estancia mínima, debido a la distancia que separa la Tierra del planeta rojo (56,7 millones de kilómetros) frente a los 400.000 kilómetros de la Luna.

Sobre la próxima cruzada espacial, el astronauta español Pedro Duque señaló, en un curso de verano en Segovia, que la decisión de la NASA de volver a la Luna e ir a Marte sin la colaboración de otros países supone un 'momento decisivo' para el futuro de la exploración espacial, ya que si no se aúnan ahora esfuerzos se podría abrir en los próximos años una nueva brecha internacional como ya ocurriera en la Guerra Fría.

Irak y el espacio

La financiación de semejante proyecto requiere una suma de dólares importante. Y ya no hay una coyuntura tan favorable como en la 'guerra de las galaxias' de la administración Reagan, en los años 80. Ahora priman otros intereses estratégicos, aunque la partida presupuestaria de la NASA siga creciendo en términos absolutos, según Miguel López-Alegría , que resume esta situación con una frase: «Irak interesa más que el espacio».

El astronauta con pasado militar considera que la manera de devolver protagonismo a la carrera espacial es la inversión privada - «confianza sin riesgo es su lema»- y un factor que hace unos años desdeñaba: la presencia de turistas espaciales. «Pensaba que iban a ser molestos para nuestro trabajo, pero tras coincidir con dos de ellos en el espacio me he dado cuenta de que la opinión pública se siente muchos más atraída por el universo», confiesa Lopez Alegría.

Fuente: eldiariomontanes.es.

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