lunes, 23 de julio de 2007

Estudio descubre que el caballito mar no es tan fiel a su pareja como se pensaba

Santiago de Compostela (España).- Los caballitos de mar, caracterizados por su fidelidad vitalicia, “no son tan fieles a su pareja como se suponía, al menos en cautividad,” según revela un estudio de la facultad de Veterinaria de la Universidad española de Santiago de Compostela.

Esta es una de las conclusiones de la investigación sobre cría de caballitos de mar en cautividad llevada a cabo en la región española de Galicia y que ha conseguido “caracterizar por primera vez los marcadores genéticos de un caballito de mar europeo,” informó la Universidad de Santiago de Compostela en un comunicado.

Este dato es muy útil para “evaluar el estado genético de las poblaciones salvajes y para realizar análisis de parentesco en la especie” y, además, ha servido para “obtener información sobre el comportamiento de selección de pareja.”

El comunicado recuerda que las 33 especies conocidas de este pez, "emblemático por ser el macho el que se queda preñado,” están protegidas “debido a la regresión progresiva que están sufriendo sus poblaciones en el medio natural,” y que, de éstas, tan sólo dos habitan el litoral español.

El proyecto Hippocampus trata de recuperar las poblaciones salvajes en el litoral iberoatlántico basándose en la caracterización biológica poblacional y su cría en cautividad.

Para ello, el grupo de investigadores definió las condiciones biológicas y tecnológicas de cultivo más adecuadas para esta especie de caballito de mar por lo que ideó un “acuario específico” y una dieta basada en el suministro del crustáceo Artemia.

La investigadora de la Universidad de Santiago de Compostela Carmen Bouza indicó que “las herramientas genéticas” desarrolladas serán “imprescindibles” para el “diseño de cruzamientos, evitando la consanguinidad” en la reproducción en cautividad, que “puede ser útil” para la repoblación en situaciones “eventualmente críticas" para los recursos naturales de la especie.


Fuente: La Segunda.

No hay comentarios: