Comenzó a trabajar a los 14 años vendiendo periódicos y caramelos en un tren, tras ser rechazado en la escuela por "mal estudiante". Fue su madre -quien al margen de aquellos estigmas pedagógicos decimonónicos- decidió formarlo por su cuenta, logrando inocularle el virus de la lectura que despertó en Tomas Alva Edison su gran afición por los experimentos y por descubrir la razón por la cual se rompían los filamentos y se oscurecía el cristal de sus lámparas incandescentes. Antes de patentar su primer "dispositivo electrónico" un 15 de noviembre de 1883, Edison lo había intentado con cientos de bombillas. Siguiendo aquella estela y tesón, los alumnos y profesores del instituto público IES Pere Boïl de Manises (Valencia) han conseguido reinventar y hacer más ecológica la producción de la electricidad mediante una innovadora planta de energía solar fotovoltaica con instalación domótica en las aulas de electrónica y energía solar térmica en el gimnasio.
La instalación tiene "una potencia total pico del campo fotovoltaico de 9,9 Kwp (equivalente a una potencia nominal de 7,5 Kwp) y ocupa una superficie en la cubierta del edificio de 79 metros cuadrados, que albergan un total de 60 placas o módulos solares dispuestos en tres baterías en paralelo. Cada una de ellas está realizada formando dos grupos de 10 módulos en serie", según explicaron ayer los alumnos y profesores al consejero Alejandro Font de Mora, durante el recorrido.
Esta singular planta de producción energética de factura doméstica dispone de "tres inversores con una potencia nominal de 2.500 W cada uno y de un contador para la medición de la energía eléctrica producida en corriente continua". Esto les permite producir anualmente, "en números redondos", hasta "14.000 Kw, la mitad para consumo propio y el resto se vende" a la compañía eléctrica Iberdrola, informaron fuentes de la Generalitat.
Mediante este moderno y estimulante sistema de aprendizaje -que, al tiempo que se autoabastece, coloca en el mercado otros 7.000 Kw- implantado por el equipo de profesores de la rama de Electricidad y Electrónica de Ciclos Formativos le supone al centro un coste cero a nivel energético y "un reembolso de hasta 6.000 euros", apuntan con orgullo fuentes de la Generalitat.
La consejería de Educación valenciana -que ha invertido en la construcción y dotación de este centro de 12 unidades educativas de Secundaria Obligatoria, 4 de Bachillerato y 6 de CF (Electricidad y electrónica, Administración y Comercio y marketing) más de 5,4 millones de euros"- no ocultaba ayer su satisfacción por un éxito que -además de confirmar que la innovación pedagógica se instala en las aulas- cumple la doble misión de formar ciudadanos con iniciativa propia para innovar, patentar o generar sus propias empresas.
"Debemos preguntarnos qué sucede en el sistema educativo para que los niveles de rendimiento sean los que son con un conjunto de las instalaciones aceptablemente preparadas y con una plantilla de personal humano de enorme calidad", se preguntó, no obstante, el consejero antes de llevar la reflexión por otros derroteros más políticos.
"Debemos preguntarnos si el sistema general, si la filosofía educativa que nos ha acompañado hasta ahora es la que corresponde o hay que introducir algún elemento corrector", dijo Font de Mora. Hacía referencia indirecta a los datos que sitúan a España en el furgón de cola de la Unión Europea, respecto a los objetivos firmados por los Gobiernos hace siete años comprometiéndose a reducir a la mitad las actuales tasas de abandono y fracaso escolar (afectan al 30% de jóvenes) en 2012. Lo que supone llevar los estudios medios de nivel superior al 85% de jóvenes de 24 años.
De entrada, los alumnos y profesores del instituto público valenciano demostraron ayer que a través del aprendizaje se pueden fomentar conceptos como "el ahorro de energía y el empleo de energías renovables no contaminantes, que contribuyen a la reducción de las emisiones de CO2 a la atmósfera". El tema estrella de la agenda por el cambio climático, impulsada por Naciones Unidas, cuya reunión plenaria se celebrará el mes que viene en Valencia.
El consejero popular lanzó entonces un envite doble. Por una parte, al Gobierno socialista para "identificar qué elementos fallan en nuestro sistema, al igual que lo han hecho países de distinto signo político como [el laborismo de Tony Blair] en Inglaterra o Francia [el conservador Sarkozy]". Y, por otra, a "la comunidad educativa, para que reflexione sobre lo que de verdad necesita en el aula, y lo pida". Es decir, que siga el modelo inaugurado por la madre de Edison, cuando consideró que el sistema educativo estaba más que caduco y decidió apostar por su hijo a su manera: más lectura y experimentación.
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