En un mundo intercomunicado gracias a la Red, millones de personas han descubierto una forma cómoda de comunicarse, trabajar o entretenerse.
El tiempo que los usuarios pasan conectados ha llevado a algunos psiquiatras a alertar sobre un uso excesivo de Internet, calificándolo de adictivo.
Sin embargo, mientras algunos de ellos identifican el número de horas de navegación con una posible dependencia, los últimos estudios no consideran que pueda hablarse de una adicción a este medio.
Vaughan Bell, psiquiatra del Instituto de Psiquiatría del King College de Londres, considera en un estudio reciente que el término "adicción a Internet" es erróneo.
Según explica, la Red es sólo un medio, no una actividad, por lo que no se puede ser adicto a ella de forma global.
Ir al cine, leer, salir a pasear o chatear con los amigos pueden ser actividades que se realicen de forma compulsiva, pero eso no las convierte en adictivas.
Esta conclusión, aclara, no implica que no haya personas con problemas que se refugian en Internet como forma de escapar de la realidad.
El estudio de Bell concluye que, en realidad, lo que existe es un problema de falta de sociabilidad y miedo al fracaso, lo que los japoneses llaman hikikomori.
Este sentimiento lleva a muchos jóvenes a obsesionarse con las actividades que pueden realizar aislados.
El estudio considera que los que padecen este tipo de fobia social no la han desarrollado por el uso de Internet, sino que utilizan este medio como válvula de escape.
Trabajo o placer
También es importante distinguir la utilización que se hace de la Red: un uso obligatorio, por ejemplo, para trabajar; las actividades que el usuario desea realizar con frecuencia, que para algunos son consideradas como una adicción; y el desorden mental que conllevan ciertas actitudes.
Bell, como psiquiatra, no ha encontrado ninguna relación de causalidad entre el uso de Internet y problemas de salud mental.
En este sentido, el profesor Mark Griffiths, de la Universidad de Nottingham , ha perfilado los elementos que una actividad debe tener para que sea considerada adictiva.
La modificación del humor, la intolerancia y los conflictos personales, según él, no son elementos que se desarrollen por la utilización de Internet.
La realización permanente de actividades en la Red puede ser una reacción a problemas subyacentes más complejos.
Los últimos estudios apuntan a que las situaciones de aislamiento social que se materializan en un uso compulsivo, por ejemplo, de los chats, no pueden ser consideradas en psiquiatría como un diagnóstico.
Aunque el doctor Pinhas Dannon, de la facultad de medicina de la Universidad de Tel Aviv , opina que el 10% de los usuarios de Internet son víctimas de algún desorden adictivo, el estudio de Bell hace hincapié en que con frecuencia se identifica el síntoma como la causa, cuando la labor del psiquiatra tiene que centrarse en encontrar el origen del problema que provoca esta situación.
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