Uno de los padres de la genética moderna, premio Nobel y codescubridor de la doble hélice de ADN, el estadounidense James D. Watson, de 79 años, ha vuelto a desencadenar una controversia planetaria por unas declaraciones en el diario The Sunday Times. Watson afirma que los negros son menos inteligentes que los blancos. "Todas nuestras políticas sociales están basadas en el hecho de que su inteligencia es la misma que la nuestra, mientras todas las pruebas muestran que no es realmente así", afirma el científico.
No es la primera vez que Watson desata las iras de la comunidad científica y de grupos de derechos civiles. En su día llegó a decir que una mujer debería tener derecho a abortar si los análisis preparto mostraban que su hijo iba a ser homosexual, informa The Independent.
Esta vez, Watson ha dicho, además, que las políticas occidentales hacia los países africanos están basadas en la asunción errónea -a su juicio- de que las personas negras son tan listas como las blancas, a pesar de que las "pruebas" sugieren lo contrario. Watson asegura que los genes responsables de las diferencias de inteligencia entre los humanos podrán ser encontrados en el plazo de una década.
En 1978, la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, La Ciencia y la Cultura (UNESCO), aprobó la Declaración sobre la raza y los prejuicios raciales en cuyo artículo 2, punto 1, es dice: "Toda teoría que invoque una superioridad o inferioridad intrínseca de grupos raciales o étnicos que dé a unos el derecho de dominar o eliminar a los demás, presuntos inferiores, o que haga juicios de valor basados en una diferencia racial, carece de fundamento científico y es contraria a los principios morales y éticos de la humanidad".
Sin embargo, Watson responde a este planteamiento en su nuevo libro (Evita aburrir a la gente: lecciones para un vida en la ciencia), que se dispone a publicitar en Reino Unido: "No existe razón firme para avanzar que hayan evolucionado de manera idéntica las capacidades intelectuales de personas separadas geográficamente en su evolución. Para ello no bastará nuestro deseo de atribuir capacidades de raciocinio iguales, como si fueran una herencia universal de la humanidad".
Las primeras reacciones contra las palabras de Watson han provenido de otros científicos. The Independent cita a Steven Rose, profesor de Biología en la Open University y miembro de Sociedad para la responsabilidad en la Ciencia: "Al margen de lo político y lo social, si [Watson] conociera todos los escritos al respecto se habría dado cuenta de que no ha entendido nada".
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