Fuente: La Flecha.
Los automóviles del futuro podrían funcionar con combustible hecho a partir de subproductos de la fabricación de la cerveza y la destilación del whisky gracias a la investigación de unos científicos de la Universidad de Abertay Dundee (Escocia). Éstos han recibido una subvención para investigar el modo de transformar residuos de la producción de cerveza y whisky en biocombustible.
En este proyecto se estudiarán métodos nuevos para convertir el grano ya usado en bioetanol, alternativa más ecológica que los combustibles fósiles. Las ventajas principales del bioetanol con respecto a los combustibles tradicionales son que no genera CO2 y que produce un 65% menos de emisiones de gases de efecto invernadero que los combustibles fósiles.
Según expertos, en los últimos doscientos años se ha agotado la mitad de las reservas mundiales de petróleo. Por consiguiente, hay en marcha una carrera para dar con alternativas más ecológicas, como los biocombustibles.
Brasil y EE. UU. han logrado, con gran éxito, crear bioetanol a partir de caña de azúcar y almidón de maíz, respectivamente, y actualmente producen más del 70% del bioetanol mundial. Sin embargo, estos métodos han sido objeto de críticas por haber provocado el incremento de la demanda de tierra para cultivos energéticos.
Científicos de todo el mundo están tratando de encontrar un modo simple y rentable de producir más biocombustibles a partir de residuos o productos de poco valor. Precisamente éste será el objetivo del proyecto de Dundee, de un año de duración, encabezado por el profesor Graeme Walker.
«En nuestra investigación estudiaremos el proceso, mucho más complicado, de transformar desechos industriales en bioetanol, como ejemplo de biocombustible de segunda generación», explicó el profesor.
«Actualmente esos productos se desechan o se procesan para piensos animales; transformarlos en combustible sería un modo atractivo de emplear este recurso. Por el momento se presentan varios retos técnicos para convertir biomasa de residuos en combustible. Nos centraremos en dar con procesos más eficientes y rentables», añadió.
En el paquete de propuestas integrado sobre la energía y el cambio climático, aprobado por los Jefes de Estado y de Gobierno de la UE este año, la Comisión estableció los ambiciosos objetivos de incrementar el uso de biocombustibles en la UE del 5,75% hacia el 2010 y del 10% hacia el 2020.
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