Los médicos del hospital La Fe de Valencia han reconstruido el corazón de una niña azul de tres años gracias a una intervención pionera en España.
Cristina nació, como dos de cada 1.000 niños, con las arterias que van a los ventrículos cambiadas de lugar, una dolencia que se conoce como cardiopatía congénita. Esta anomalía hacía que su sangre tuviera menos oxígeno y, debido a ello, sus manos y rostro adoptaran una coloración azul.
Hoy, su corazón late con normalidad y sus arterias distribuyen la sangre de modo correcto, gracias a la operación a la que se sometió este verano en el hospital La Fe, en Valencia. La Unidad de Cirugía Cardiaca Infantil del centro ha sido la responsable de una intervención que nunca antes se había practicado en España y que supone la cuarta llevada a cabo con éxito en todo el mundo.
La operación se llevó a cabo fragmentando las diferentes partes del corazón y volviendo a colocar todo en su lugar, informaron fuentes de la Generalitat a Europa Press.
Cristina sufría una cardiopatía congénita del tipo "transposición de grandes arterias", de manera que del ventrículo izquierdo salía la arteria pulmonar y del derecho salía la aorta, cuando normalmente la ubicación de las arterias es la contraria.
Además, tenía problemas de comunicación interventricular (un defecto en la parte del tabique que separa los ventrículos del corazón) así como una obstrucción grave en la entrada de la sangre a los pulmones.
Una operación muy arriesgada
El jefe de la Unidad de Cirugía Cardiaca del Hospital Infantil de La Fe, José María Caffarena, explicó el domingo que "hasta el momento la operación que se venía haciendo consistía en restablecer los flujos normales dentro del corazón con el uso de complejas tunelizaciones, parches y conductos protésicos fuera del corazón".
Sin embargo, destacó que esta intervención "hacía obligatorio" que, con el paso de los años y el crecimiento del niño, hubiera que volver a operar, pues la durabilidad de las prótesis es limitada, así como su tamaño. "En los primeros 15 años de vida, un niño puede llegar a necesitar hasta tres operaciones de este tipo, que cuentan con un alto riesgo de mortalidad" indicó el doctor Caffarena.
De esta manera, el equipo liderado por Caffarena realizó por primera vez una intervención de seis horas de duración, aplicando otra técnica más compleja, pero con mejores resultados.
Extrajeron las diferentes partes del corazón de la pequeña y las volvieron a colocar en su lugar correspondiente, "de forma que ahora la aorta conecta con el ventrículo izquierdo a través de un cambio en la localización de la raíz aórtica y las arterias coronarias (traslocación) y la arteria pulmonar está enlazada al ventrículo derecho" ha apuntado el doctor Caffarena. El cirujano ha subrayado que también se eliminó el músculo que obstruía la salida de la sangre hacia los pulmones.
Caffarena destacó que para poder realizar esta intervención, el corazón de esta paciente tuvo que estar parado durante cuatro horas y media y éste no recibió sangre durante dos horas.
Asimismo, aseveró que "no va a ser necesaria ninguna operación más y su calidad y pronóstico de vida se acerca mucho al de una persona normal, mientras que con el anterior tratamiento", aseveró. Además, señalaron que la niña fue dada de alta, "en estos momentos se encuentra en perfecto estado de salud y puede realizar una vida normal".
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