MADRID.- La Academia sueca ha galardonado a los estadounidenses Mario Capecchi (de origen italiano) y Oliver Smithies (nacido en Reino Unido) y al británico Sir Martin Evans con el Premio Nobel de Medicina y Fisiología 2007 por sus trabajos sobre células madre y manipulación genética en modelos animales.
Sus descubrimientos han permitido "poner en marcha una tecnología de una importancia inmensa para manipular genes en modelos animales", según ha reconocido el jurado.
La técnica desarrollada por los científicos premiados forma parte de la rutina diaria de los laboratorios de investigación biomédica de todo el mundo.
Esta tecnología permite a los científicos crear ratones con mutaciones en cualquier gen que se desee y elegir tanto sobre qué gen se quiere actuar como de qué forma alterarlo. Su aplicación más común consiste en inactivar un gen concreto. La técnica ha sido crucial para estudiar las funciones de diferentes tipos de genes en ratones y crear modelos de enfermedades.
Hasta la fecha, se han manipulado con este método más de 10.000 genes de roedores, aproximadamente la mitad de los que componen su genoma.
En su anuncio, el comité del Nobel ha dicho que el empleo de la tecnología de manipulación genética desarrollada por estos investigadores ha arrojado luz sobre el desarrollo embrionario, el envejecimiento y la enfermedad. "Su impacto en la comprensión de la función de los genes y sus beneficios para la humanidad seguirán creciendo en los años venideros", ha señalado el Instituto Karolinska en un comunicado.
Mario R. Capecchi, que reside en Salt Lake City, estaba dormido cuando le llamó por teléfono el comité de los Nobel. "La voz sonaba muy seria, por eso mi primera reacción fue pensar que esto era real", ha declarado a la agencia de noticias AP.
Por su parte, Oliver Smithies ha destacado que, después de trabajar en el mismo proyecto durante más de 20 años, "es muy grato ser reconocido a este nivel". Además, este experto confía en que el galardón le asegure una financiación más estable para otras investigaciones.
Ratones manipulados genéticamente
Los tres premiados trabajan en diferentes laboratorios de Estados Unidos y el Reino Unido. Aunque han desarrollado sus carreras por separado, han mantenido contactos puntuales desde mediados de los años 80. Cuando en 2001 les concedieron el Premio Lasker, el llamado Nobel americano, Evans recordaba en la revista 'Nature' los inicios de esta colaboración.
En octubre de 1985, el británico pasaba un mes de intensas investigaciones en el Instituto Whitehead (Massachusetts, EEUU) cuando recibió una llamada de Smithies. "Le respondí que sólo por él rompería mi trabajo en el laboratorio", relata. Evans le llevó unas muestras de cultivos de células madre y pasó un fin de semana en Wisconsin con Smithies. De vuelta en Cambridge (donde Evans trabajaba por entonces), fue Capecchi quien pasó una semana recogiendo células y aprendiendo las técnicas.
"El resto de la historia es bien conocida. Se han hecho cientos de mutaciones de ratón específicamente diseñadas y la técnica, aunque no es trivial, no merece más que unas cuantas líneas de mención en los artículos de genética", relataba.
En el año 1989 crearon el primer ratón 'knockout', es decir, el primer roedor al que se le canceló el funcionamiento de un gen durante la fase embrionaria. El propósito era analizar los efectos de esta desactivación.
La exquisita precisión con que estos investigadores han manipulado el material genético de roedores fue merecedora del Lasker. El trío de científicos ha creado modelos animales de enfermedades humanas como la aterosclerosis, el cáncer, la hipertensión y la fibrosis quística. Esa misma tecnología también contribuye a avanzar en el conocimiento de procesos biológicos normales.
Predominio estadounidense
En los últimos cinco años el galardón en la categoría de Medicina ha estado protagonizado casi en exclusiva por científicos estadounidenses. En 2006 la Academia sueca reconoció los trabajos en el campo de la genética de Andrew Z. Fire y Craig C. Mello, que descubrieron la función del ARN de interferencia.
En 2005 el Nobel premió a los australianos Barry Marshall y Robin Warren, descubridores de la bacteria 'Helicobacter pylori', relacionada con algunos de los principales problemas de estómago.
El Nobel de Medicina en 2004 premió las investigaciones de Richard Axel y Linda Buck sobre el sentido del olfato.
Un año antes, en 2003, Peter Mansfield (británico) y Paul Lauterbur (estadounidense) lo compartieron gpor sus hallazgos sobre la resonancia magnética.
En la edición de 2002, Sydney Brenner, Robert Horvitz y John Sulston compartieron los 10 millones de coronas suecas del galardón (algo más de un millón de euros) por sus estudios sobre los mecanismos genéticos que controlan la muerte celular programada (apoptosis).
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