Fuente: La Razon.
La niña alemana tenía una posibilidad entre 1.000 de seguir adelante
L. R. S.
Madrid- La pequeña se llama Kimberly Mueller y nació en abril en Hanover, Alemania. Su madre dió a luz prematuramente, 15 semanas antes de lo esperado y por ello el bebé midió 26 centímetros y pesó 300 gramos. Según el diario «Daily Mail» cuando nació lo único que tenía de su parte era la confianza de su padre en ella. Andreas Mueller le habló desde el corazón antes de que los doctores se la llevaran: «Le susurré: ‘‘Kimberly, lo conseguirás’’».
Ahora, seis meses después, la niña se ha convertido en el bebé superviviente más prematuro del mundo. Los doctores no creían que sobreviviera, al nacer tan pronto tenía una posibilidad entre 1.000 de seguir adelante. Pero lo ha conseguido y por fin ha podido ir a su hogar después de pasar todo este tiempo en una incubadora en el Clínico Universitario de Goettingen. A su lado, en la unidad de cuidados intensivos, ha estado su madre, Petra Mueller, de 38 años, quien asegura que sólo le dejaban acariciar a su hija con el dedo. «Era lo más bonito cuando me apretaba el dedo en sus pequeñas manos» afirma Mueller. «Se agarraba a él como si tratara de decirme: no me dejes, mamá».
En la incubadora, Kimberly recibía calor, se le ayudaba a respirar mediante un respirador y se le alimentaba mediante suero. También se le iban dando medicinas para estimular su sistema inmunológico que apenas se había desarrollado. A los tres meses sufrió un contratiempo, los doctores temían que pudiera ser ciega. Pero gracias a un tratamiento láser se corrigió este problema. Esta semana ha vuelto a su casa. Ahora pesa 2,5 kilogramos y mide 43 centímetros.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario