Lo primero que uno tiene que recordar es que las vacas de todas formas van a morir.
Dentro del matadero de la empresa Swedish Meats (Carnes Suecas) en Linköping -una ciudad situada a aproximadamente 200 kilómetros al sudoeste de la capital de Suecia, Estocolmo- las vacas esperaban con paciencia, a veces acariciando con sus hocicos el lente de nuestra cámara.
Desde allí llevaba unos minutos caminar, pasando por la carnicería de paredes blancas, hasta el sótano donde la materia prima para el biogás se deslizaba, grasienta, por un vertedor.
Todavía burbujeante y eructando, y cubriéndonos con un hedor acre, salían los órganos, la grasa y las entrañas. Los de una sola vaca son suficientes para impulsar al tren por unos cuatro kilómetros.
Un camión cisterna recoge los residuos orgánicos y recorre el corto trayecto hasta la planta de biogás, donde el combustible apestoso se cuece lentamente durante un mes, antes de que se le pueda extraer el gas metano.
El primero del mundo
El primer tren de pasajeros del mundo que funciona con biogás, sacado de las entrañas de las vacas muertas, cubre la ruta entre las ciudades de Linköping y Vastervik.
El jefe de la empresa Svenks Biogas, Carl Lilliehook, es un sueco serio y auténtico, pero sus ojos brillan cuando habla de lo que llama "la revolución del biocombustible".No hace falta adentrarse demasiado en su vida para ver que este director ejecutivo que devora cifras también se alimenta de cereales, como buen defensor del medio ambiente
Lilliehook admite que costará un 20% más usar metano en lugar del diesel tradicional en el tren entre Linkoping y Vastervik.
Pero, según dice, los precios del petróleo siguen subiendo y, de cualquier manera, para los suecos las prioridades son diferentes: ellos prefieren recoger sus propios champiñones y frutas antes de tener que comprarlos en el supermercado.
No sólo los trenes
No se trata sólo de trenes: los 65 autobuses de Linköping funcionan con biogás.
La ciudad asegura que fue la primera en el planeta en probar el metano como combustible para sus buses.Los taxis, los camiones de basura y muchos autos privados también se llenan en la bomba de biogás, situada debajo de un techo de zinc verde, de mala muerte.
Y si el metano no es suficiente, uno puede recurrir a una mezcla de biocombustible de calidad superior: este año la compañía automovilística Saab comenzó a vender una versión de su modelo 95 que funciona con combustible biológico.
Su motor se alimenta de un cóctel de combustible, el E85, compuesto hasta el 85% de bioetanol, que se obtiene principalmente a partir de remolacha brasileña.
Valor por dinero
Los especialistas consideran que el bioetanol y el biodiesel tienen un balance neutro en las emisiones de dióxido de carbono (CO2), no sólo porque emiten menos, sino también porque, durante su crecimiento, las cosechas que los generan absorben gases de efecto de invernadero.
Le preguntamos a un ejecutivo de Saab si piensan vender su nuevo auto en el Reino Unido y nos dijo que les gustaría, pero que todavía en este país no existe la infraestructura necesaria.El bioetanol, en una mezcla del 5%, sólo está disponible en el Reino Unido desde principios de 2005.
En Suecia, el atractivo no sólo se basa en el amplio consenso a favor de la ecología.
Aunque el Saab 95 con biocombustible cuesta unos US$1.000 más que el modelo normal, sus fabricantes consideran que los clientes pueden recuperar ese dinero en menos de un año.
Esto se debe a que los precios de la mezcla E85 en las estaciones de servicio son un tercio más baratos que los del petróleo normal y a que en Suecia existen exenciones fiscales, de estacionamiento y de congestión por usar biocombustible.
Suecia a la delantera
La dura realidad es que, en general, en Europa el transporte no está haciendo lo suficiente para cumplir con las metas de Kioto relativas a la reducción de los gases de efecto invernadero.
La industria sí lo está haciendo y, en menor medida, las casas privadas y la agricultura también.Pero ahora la Comisión Europea (CE) -la guardiana de la Unión Europea- ha exigido que el transporte colabore más.
La CE ha establecido metas vinculantes para la cantidad de biocombustible que debe sustituir al combustible normal antes de fines de 2005 y antes de 2010.
El Reino Unido se quedará muy corto de la meta del 2% para finales de diciembre de este año: el gobierno británico estima que sólo se logrará el 0,3%.
Suecia, sin embargo, le podría llevar la delantera diez veces, con un 3% previsto.
Por carretera y por ferrocarril, todos tenemos mucho que aprender de los suecos.
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