MADRID.- Una investigación desarrollada en los bosques de Nueva Caledonia con 18 cuervos que viven en estado de libertad, ha demostrado que son tan ingeniosos –o incluso más– en el manejo de herramientas como los cuervos cautivos de una investigación anterior. La conclusión se desprende de una larga serie de grabaciones que han hecho las propias aves sobre su actividad natural, gracias a unas microcámaras que les fueron acopladas.
El director del estudio, Christian Rutz y su equipo, querían contrastar la actividad de los cuervos filmada en laboratorio en 2005 con la que sucede en la vida natural. Las aves cautivas, de la misma especie que las ahora filmadas (Corvus moneduloides) demostraron utilizar con habilidad herramientas que les ponían –palitos, alambres–, para capturar semillas o insectos, que les colocaban cerca. Incluso aprendieron a usar un palo corto para acceder a uno más largo, que ya les permitía llegar a la recompensa.
Gracias al avance de las tecnologías digitales, ópticas y de frecuencias, Rutz ideó un sistema para situar microcámaras sujetas en las plumas de la cola, capaces de enviar la señal a un receptor. El resultado de la investigación y las imágenes donde se demuestra el ingenio de los cuervos aparecen hoy en la revista 'Science'.
Cuando analizaron los 451 minutos de material grabado por las 18 microcámaras y de otros tantos actores involuntarios de un Gran hermano de la avifauna, descubrieron la alta eficiencia de estas aves para encontrar comida: cada hora de búsqueda dando saltitos por el suelo encontraron ocho pequeñas piezas alimenticias, compuestas de semillas y pequeños insectos.
Pero lo que realmente corroboró los resultados de la anterior investigación, es que estas aves se sirven de hierbas y palitos para hurgar en los agujeros donde se esconde una larva de escarabajo o empujar una semilla que se resiste a salir de una rendija.Es más, los palitos o tallos secos que les parecieron muy útiles porque les había ayudado a lograr una gratificante recompensa alimenticia, los guardaban para utilizarlos nuevamente, afirma la investigación.
Incluso, uno de los ejemplares que utilizó hasta tres palos distintos para sondear un espacio de suelo blando durante tres cuartos de hora, logrando varias raciones de comida.
La visión de las cámaras, en cuyo encuadre se observa en primer plano las dos patas y al fondo la actividad del pico, demuestra también que estas aves logran su comida fundamentalmente en el suelo, recorriendo a saltitos extensas áreas de sus territorios de recolección.
Los investigadores añaden de que el uso de estas microcámaras puede aportar valiosos datos de otras especies. En el caso de este estudio, las cámaras se sujetaron a unas alas que se mudan cada año, por lo que estaba garantizado que el cuervo no tendría que cargar con ella toda su existencia.
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