Fuente: Sólo Ciencia.
(NC&T) Según el Centro Nacional para Trastornos de Estrés Postraumático (PTSD) de Estados Unidos, alrededor de un ocho por ciento de la población tendrá síntomas de PTSD en algún momento de sus vidas. Y en un solo año, los adultos que sufren de PTSD suman alrededor de 5,2 millones, informa el centro.
Li-Huei Tsai, profesora de neurociencias del Departamento de Ciencias Cognitivas y del Cerebro en el Instituto Picower, y sus colaboradores, muestran que inhibir una quinasa (las quinasas son enzimas que modifican las proteínas) llamada Cdk5 facilita la extinción del miedo adquirido en un contexto particular. Recíprocamente, el miedo adquirido persiste cuando la actividad de la quinasa aumenta en el hipocampo, el centro de almacenamiento de memoria en el cerebro.
La Cdk5, asociada con la proteína p35, ayuda a las células nuevas del cerebro, o neuronas, a formarse y a migrar a sus posiciones correctas durante el desarrollo temprano del cerebro. En este trabajo actual, los investigadores observaron cómo la Cdk5 afecta a la capacidad de formar y eliminar recuerdos relacionados con el miedo.
De manera clara, la inhibición de la Cdk5 facilitó la extinción del miedo adquirido, en ratones. Estos datos apuntan a una prometedora vía terapéutica para tratar trastornos emocionales, y aumenta las esperanzas para los pacientes que sufran alteraciones de estrés postraumático o fobias.
Los trastornos emocionales tales como el estrés postraumático y los ataques de pánico provienen de la incapacidad del cerebro para dejar de experimentar el miedo asociado con un incidente específico o serie de incidentes. Para algunas personas, los perturbadores recuerdos de eventos traumáticos, no desaparecen, o pueden incluso empeorar con el tiempo, afectando severamente sus vidas.
Tratar estos trastornos implica usar métodos tendentes a mantener a raya la conducta o a extinguirla, pero los mecanismos moleculares subyacentes en el proceso de extinción del miedo no están bien dilucidados. Sin embargo, los estudios han mostrado que parte de la maquinaria molecular que inicialmente permite establecer los recuerdos inquietantes también regula su extinción.
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