MADRID.- Gran parte del océano Ártico está cubierto por una capa de hielo de espesor y extensión variable. Con el calor del verano el hielo disminuye, alcanzando un mínimo en el mes de septiembre. Entonces es el mejor momento para navegar.
Pero desde hace unos años la navegación en el Ártico se ve facilitada por el calentamiento global. Ya en septiembre de 1995 el "paso del noroeste", a lo largo de la costa norte de Rusia y Siberia, estuvo prácticamente libre de hielo. Pero, sobre todo, en 2005, la reducción de la capa de hielo fue espectacular. Un barco convencional hubiera podido partir de la Isla Victoria, en el Norte de Canadá y, bordeando Alaska, Siberia, Noruega y Groenlandia, habría llegado a la isla del Príncipe de Gales, a sólo 500 kilómetros del punto de partida. En septiembre de 2007 quizás pueda circunnavegar por completo el océano Ártico.
Los datos de los que dispone el National Snow and Ice Data Center (NSIDC) para 2007 indican que el deshielo será aún más intenso que en 2005. Hasta mayo la pérdida de espesor y extensión fue más o menos similar; pero desde junio hubo una aceleración, de modo que ahora mismo la capa de hielo ya es casi tan pequeña como lo era el 29 de septiembre de 2005, cuando se alcanzó un récord. Es prácticamente imposible que no siga reduciéndose y que, por tanto, en 2007 se supere la marca de hace dos años.
La causa de este fenómeno es el calentamiento global, que resulta particularmente intenso en las zonas polares. Todos los modelos predicen que el mayor incremento de las temperaturas tendrá lugar en esas regiones. Aunque la existencia de veranos un poco más largos e inviernos un poco menos duros pueda favorecer a los pocos pobladores del Ártico, las consecuencias sobre los habitantes del resto del planeta serán menos gratas, especialmente por la elevación del nivel de los mares.
La reducción de la capa de hielo ya empieza a tener consecuencias en el orden político. El acceso al Ártico es más fácil, y también la explotación de sus recursos mineros. Rusia y otros países han mostrado interés en ello. Además, se plantea el problema del derecho de navegación en el Ártico.
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