Fuente: HispaMp3.
Investigadores de la Universidad de Washington en Seattle (Estados Unidos) han conseguido mejorar en ratas los daños causados por ataques cardiacos a través del trasplante de células cardiacas derivadas de células madre embrionarias humanas.
(Europa Press) Las conclusiones de la investigación se publican en la edición digital de la revista "Nature Biotechnology".
Los investigadores, dirigidos por Charles Murry, descubrieron que las ratas sujetas a ataques cardiacos experimentales muestran un mejor funcionamiento cardiaco cuatro semanas después de recibir un trasplante de células musculares cardiacas generadas "in vitro" a partir de células madre embrionarias humanas.
Según los investigadores, las células madre embrionarias humanas están consideradas una fuente prometedora de células para la medicina regenerativa debido, en teoría, a que pueden ser forzadas en el laboratorio a convertirse en cualquier tipo especializado de célula para reparar órganos dañados y pueden ser proporcionadas a cualquier paciente. Sin embargo, los autores del trabajo señalan que es necesario resolver muchos problemas antes de que esta posibilidad se convierta en realidad.
Según explica Murry, "el problema de la muerte celular es muy común en los tratamientos con células madre. Cuando intentamos regenerar con tejidos líquidos, como sangre o médula ósea, el resultado es bastante bueno pero no hemos conseguido aún tener éxito con tejidos sólidos como el músculo esqueletal, el tejido cerebral o los daños cardiacos. Este es uno de los intentos con más éxito conseguidos utilizando células para reparar tejidos sólidos, todos los corazones tratados mostraron un injerto de tejido bien desarrollado".
Los investigadores se enfrentaron a dos problemas críticos para la regeneración del corazón: la creación de las células cardiacas y su supervivencia una vez trasplantadas en el corazón. En su trabajo los investigadores mejoraron la eficiencia con la que las células madre embrionarias humanas se convierten en células cardiacas. En segundo lugar, mejoraron la supervivencia de tales células cardiacas después del trasplante a los corazones de animales dañados utilizando un "cóctel de supervivencia", una mezcla de componentes químicos que bloquea varias causas de la muerte celular. Al combinar estas técnicas, los investigadores lograron reducir la progresión del fallo cardiaco en los animales tratados.
"Descubrimos que los injertos no sólo sobrevivían en el corazón de los animales sino que también ayudaban a mejorar el funcionamiento del corazón dañado. Esto es algo muy importante ya que uno de los principales problemas de quienes sufren un infarto de miocardio es que el corazón está dañado y no bombea sangre bien. Esta clase de tratamiento ayudaría al corazón a recuperarse de un infarto y mejorar su funcionamiento después", señala Michael Laflamme, autor principal del estudio.
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