Según un estudio de científicos de EEUU divulgado este jueves en el Reino Unido, las tasas de supervivencia entre los niños que se sometieron a trasplantes de células madres de la sangre del cordón umbilical, son mayores.
Lo que hace aún más recomendable la utilización de la sangre del cordón sería es que no son necesarias que las células sanguíneas del donante sean totalmente afines con las del receptor. Algo que es obligatorio en los trasplante de médula ósea, para evitar una reacción adversa en el sistema inmunológico.
“Lo que este estudio muestra es que la sangre del cordón umbilical no debe ser considerada nunca más como una terapia de segundo orden. Es una gran ventaja que la sangre del cordón umbilical sea almacenada y esté disponible fácilmente”, afirma John Wagner, responsable de la investigación.
“Los pacientes de leucemia pueden esperar meses para encontrar un donante de médula apropiado, tiempo en el que la enfermedad puede empeorar. Por primera vez, el momento del trasplante lo podrían marcar las necesidades del paciente y no la disponibilidad de una médula afín”, añadió Wagner.
Para llegar a esta conclusión, los científicos estudiaron el caso de 785 niños británicos cinco años después de haber recibido uno u otro tratamiento.
Los investigadores descubrieron que la tasa de supervivencia era un 20 por ciento mayor en el caso de aquellos que habían usado la sangre de cordón umbilical, aunque reconocen que deben realizar este estudio con un número mayor de pacientes para confirmar este dato.
Además, la investigación muestra cómo, aunque la sangre del cordón umbilical es más lenta en el proceso de reconstrucción de las células dañadas, ofrece un rechazo mucho menor por parte del sistema inmunológico del pequeño.
Tanto las médulas óseas como la sangre del cordón umbilical de los bebés contienen células madre que pueden crear nuevas células sanguíneas, incluidos los leucocitos o glóbulos blancos del sistema inmunológico que se convierten en cancerígenas con la leucemia.
Cada vez es más común que los padres decidan mandar la sangre del cordón umbilical de sus hijos a un banco de conservación, ya sea privado o público, para que pueda ser utilizada posteriormente para curar enfermedades del bebé.
Fuente: El Espectador.
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