El diseño, que estaría disponible para 2012 tras un desembolso calculado de mil millones de euros, tiene el tamaño de un jet privado de negocios y podría despegar y aterrizar de forma convencional desde un aeropuerto comercial utilizando sus motores de turbina.
Una vez que alcanzara los 12 kilómetros de altura se encenderían los motores propulsados por cohetes para conseguir la suficiente aceleración y subir a los 100 kilómetros.
El vehículo, que podrá llegar hasta los 60 kilómetros en solo 80 segundos, llevará asientos autorregulables para minimizar los efectos de la aceleración y deceleración. Una vez en los 100 kilómetros, los cohetes de propulsión se apagarán y la inercia se encargará de llevar a la nave por encima de esa altura, donde los pasajeros, que pagarán por un vuelo de una hora y media aproximadamente entre 150.000 y 200.000 euros, experimentarán la gravedad cero.
El piloto controlará la nave usando pequeños propulsores, permitiendo a los pasajeros flotar en la ingravidez por espacio de 3 minutos y tener una visión única de la Tierra.
Después de reducir la velocidad durante el descenso, las turbinas se reiniciarán para aterrizar de manera convencional y segura en un aeropuerto estándar, con un tiempo total de vuelo de una hora y media.
En opinión de la empresa, el desarrollo de un nuevo vehículo capaz de operar a altitudes entre la de los aviones (20 kilómetros) y por debajo de los satélites (200 kilómetros) "podría ser un buen precursor de vehículos de transporte rápido punto-a-punto o de un rápido acceso al espacio".
Astrium es el contratista principal único de Ariane 5, principal contribuyente europeo a la Estación Espacial Internacional (situada a 400 kilómetros de altura) y subsidiaria al 100% de EADS.
El diseño del modelo se ha encargado al australiano Marc Newson, director creativo de Qantas Airway y responsable de su flota, que incluye el Airbus A380.
Fuente: El Pais.
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