lunes, 11 de junio de 2007

Nueva teoría sobre el suicidio

Todos los años, cerca de un millón de personas en el mundo se suicidan. Ahora, una nueva hipótesis sobre los mecanismos psicológicos que subyacen en el acto de quitarse la vida, podría ayudar a evitar muertes de esta clase, al permitir identificar a las personas con mayor riesgo.

El profesor de Psicología Thomas Joiner, de la Universidad Estatal de Florida, ha dedicado gran parte de su carrera a intentar averiguar el porqué de los suicidios. Muchas personas están desesperadas y deprimidas de manera severa. Sin embargo, unas se suicidan y otras no. ¿Qué hace a algunas personas escoger el acabar con sus propias vidas? La respuesta, cree él, podría evitarles la muerte.

"Existe la idea de que el suicidio es un modo de morir diferente de los otros, pero hay razones claras de por qué las personas mueren por el suicidio", explica Joiner, un experto internacionalmente reconocido en este tema. "Al igual que con las enfermedades cardíacas, si entendemos la causa, podemos adoptar medidas de prevención".

La innovadora teoría de Joiner sostiene que quienes se suicidan, no sólo quieren morirse, sino que han aprendido a superar el instinto de autoconservación.

El deseo de la muerte, según Joiner, está compuesto de dos estados psicológicos: una percepción de ser una carga para los demás y un sentimiento de no pertenecer a nada. Por sí mismos, ninguno de estos dos estados es suficiente para despertar el deseo de la propia muerte, pero juntos producen un deseo que puede ser mortal cuando se combinan con la habilidad adquirida de producirse una autoagresión.

¿Cómo se supera el instinto natural de la autoconservación? En una palabra: con la práctica. En la teoría de Joiner, las víctimas de suicidio se "entrenan" para el acto acostumbrándose al peligro, al miedo y al dolor. Pueden hacer esto de muchas formas a lo largo de su vida.

Para algunos, esta práctica es deliberada, se empeñan en una conducta temeraria, se autolesionan o cometen repetidas tentativas de suicidio. Otros pueden tener un historial de accidentes o de intervenciones médicas, mientras que otros reciben daños indirectamente. Quizás, como les pasa a los médicos (que tienen un elevado riesgo de suicidio), los suicidas potenciales están expuestos por su trabajo a convivir a diario con el dolor y el sufrimiento. Con el tiempo, la autoagresión y las situaciones peligrosas se vuelven poco amenazadoras y hasta rutinarias, según Joiner, haciendo el suicidio más fácil de llevar a cabo.

"Algunas personas creen que quienes cometen suicidio son débiles", explica Joiner. "En realidad su acto es cuestión de audacia. Una persona normal no puede hacerlo a no ser que venza su miedo a la muerte, y esa es la conducta que los suicidas aprenden".

La teoría de Joiner explica por qué grupos aparentemente diferentes de personas, como los anoréxicos, los atletas, las prostitutas y los médicos, tienen tasas de suicidio por encima del promedio global de la población. Los estilos de vida de todas estas personas las exponen al dolor, ya sea el suyo propio o el ajeno, y en cierto sentido las endurece contra el sufrimiento, según Joiner.

La hipótesis también explica por qué un número relativamente grande de personas quieren suicidarse, pero sólo una pequeña fracción lo hace. Y también a la inversa, bastantes personas poseen valor suficiente para matarse pero la mayoría no lo hace. Hay relativamente pocas personas en la zona de convergencia peligrosa de deseo de morir y capacidad para el suicidio, según Joiner, y éstas son las personas con el mayor riesgo de presentar una conducta suicida seria.

Fuente: Noticias21.

No hay comentarios: