viernes, 5 de octubre de 2007

Los científicos ahondan en el genoma del perro en busca de genes enfermos

Fuente: CORDIS noticias.

Un equipo internacional de científicos ha identificado los genes responsables de dos rasgos que presentan los perros: el pelaje de capa blanca y la cresta dorsal de pelo a lo largo del lomo en determinadas razas de «cresta dorsal». Las herramientas utilizadas para encontrar los genes podrían acelerar el descubrimiento de genes vinculados a enfermedades en perros, muchas de las cuales afectan también a los humanos.

El trabajo, financiado parcialmente por la UE, aparece publicado en línea en dos artículos de la revista Nature Genetics.

«Los perros son una especie única, domesticada y criada por los humanos, quienes seleccionan rasgos como la forma, el tamaño, el color y la personalidad», explica Kerstin Lindblad-Toh del Broad Institute en EE.UU. y la Universidad sueca de Uppsala. «Además de conservar los rasgos deseados, la cría selectiva de perros genera mutaciones de enfermedades extrañas que son comunes en una raza».

Los dos rasgos que se investigan están relacionados con problemas médicos. Los perros blancos son propensos a padecer sordera, mientras que muchos perros con cresta dorsal sufren un defecto del tubo neural llamado «dermoid sinus» o sinus dérmico.

Los perros con pedigrí encajan particularmente bien en estos tipos de estudios. Los perros de la misma raza comparten grandes tramos de ADN, mientras que los tramos más cortos son comunes entre perros de diferentes razas.

«Nuestros nuevos métodos de trazado se aprovechan de la capacidad de la diversidad genética reducida de las razas de perros y del hecho de que se compartan las mutaciones en razas para identificar genes enfermos», explica Elinor Karlsson del Broad Institute. «Utilizamos un enfoque en dos fases para encontrar primero las proximidades de la mutación causante y, después, nos centramos en la localización específica del genoma».

El pelaje de capa blanca y la cresta dorsal muestran un modelo simple de herencia, en la que participa sólo un gen o región genómica, por lo que son ideales para probar esta estrategia de dos fases.

Descubrieron que el rasgo de cresta dorsal se origina cuando los perros tienen múltiples copias de una región del genoma que contiene genes del factor de crecimiento fibroblástico (FGF). Los genes FGF desempeñan un papel importante en el desarrollo, y la mutación produce un defecto en el sistema de polaridad celular planar. Este sistema es necesario para la orientación normal de los folículos de pelo y para el cierre del tubo neural, según explican los científicos.

La investigación podría esclarecer también la forma de eliminar el problema del sinus dérmico en la raza. La mutación de la cresta dorsal es dominante, lo que significa que el perro sólo necesita una copia de ésta para tener el dorso característico. No obstante, los científicos descubrieron que los perros que tienen dos copias de la mutación son más propensos a tener sinus dérmico que los perros que tienen una copia de la mutación.

Actualmente los clubes de razas de cresta dorsal prohíben la reproducción de los perros sin cresta. Esto implica que la mayoría de los perros de cresta dorsal tienen dos copias de la mutación, mientras que la mejor opción sería heredar una copia de la mutación y un gen normal, lo que generaría una cresta pero se reduciría la probabilidad de desarrollar sinus dérmico.

«El problema del sinus dérmico podría eliminarse prácticamente si se permitiera a los perros sin cresta reproducirse y se evitara el apareamiento entre perros con cresta», sugieren los científicos.

También lograron precisar el gen causante de la capa blanca, el llamado MITF, que está implicado en los trastornos auditivos y del pigmento en humanos y ratones.

La financiación de la UE para este trabajo procede del proyecto MolTools (Advanced Molecular Tools for Array-based Analyses of Genomes), que está financiado por el área temática «Ciencias de la vida, genómica y biotecnologías aplicadas a la salud» del Sexto Programa Marco (6PM).

El siguiente paso será que los investigadores apliquen sus herramientas a enfermedades más complejas, como el cáncer y la enfermedad autoinmune, que tienen muchas causas genéticas y medioambientales. Debido al gen único de los perros de pura raza, los científicos sólo necesitan probar el ADN de unos pocos cientos de individuos para precisar los genes que participan en el proceso, en comparación con los miles de sujetos que se necesitan para estudiar estas enfermedades en humanos.

La profesora Lindblad-Toh ganó uno de los premios EURYI 2007 que le ha permitido continuar su labor en este campo en la Universidad de Uppsala.

«Analizaremos diferentes enfermedades y comportamientos, pero nuestro principal enfoque será sobre el cáncer», declaró al ganar el premio. «Actualmente analizamos el cáncer en los vasos sanguíneos donde hemos encontrado genes apasionantes, y albergo muchas esperanzas. Una vez identificados los genes enfermos caninos colaboraremos con médicos y genetistas humanos para estudiar si los mismos genes son relevantes en las enfermedades de los humanos».

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