Aunque esta sustancia es muy popular entre la gente para no 'pillar' un resfriado "hemos comprobado durante varias décadas que no es la panacea", afirma Harri Hemilä, del departamento de Salud Pública en la Universidad de Helsinki (Finlandia) y uno de los autores de esta revisión que se publica en el último número de 'The Cochrane Library', una publicación que revisa las evidencias científicas sobre un tema.
Los 30 ensayos analizados muestran que la utilización de suplementos de vitamina C todos los días –una práctica bastante extendida- para prevenir los catarros "no está justificada, puesto que este efecto no se ha comprobado en la población general". Sin embargo, Hemilä explica que "sí tenemos evidencias de que el micronutriente acorta la duración de los resfriados y alivia sus síntomas".
No obstante, los trabajos muestran que en el caso de las personas que realizan deportes como maratón o esquí o que viven en ambientes muy fríos son útiles los suplementos de vitamina C, que pueden reducir hasta un 50% el número de resfriados anuales, según afirman los autores de la revisión.
Un día menos con catarro
El análisis expone que, tanto en adultos como en niños, la vitamina C reduce la duración de los resfriados, pero los autores afirman que "para tres catarros que se pueden tener al año no parece conveniente recomendar que se tomen suplementos de vitamina C los 365 días".
Las estimaciones sugieren que estas vitaminas tan sólo reducirían la duración del resfriado de 12 a 11 días al año en los adultos y de 28 a 24 en el caso de los menores de 12 años, que los padecen más a menudo.
Ante estos datos, Harri Hemilä afirma a elmundo.es que "el mejor consejo que puedo dar es que la vitamina C es barata y segura, incluso en altas dosis, así que una persona con catarro puede probar a tomarla durante el resfriado y si nota que le ha ido bien volver a hacer lo mismo cuando padezca el siguiente. Por el contrario, si no le ayuda ni le alivia los síntomas parece claro que no es útil seguir tomándola".
La influencia de Pauling
Desde el descubrimiento de la vitamina C en 1930 se ha puesto en tela de juicio su capacidad para tratar desde infecciones pulmonares a resfriados. En 1970 el químico Linus Pauling, Premio Nobel, popularizó su uso regular. Su libro 'Vitamina C y el resfriado común' animó a muchas personas a tomarla a diario.
La defensa que Pauling hacía de la vitamina C llevó a que se realizaran numerosos ensayos en distintos países durante la siguiente década y aunque sus resultados fueron algo confusos ninguno apoyaba las teorías del Nobel.
Para Wallace Sampson, fundador de la 'Revista Científica de Medicina Alternativa' y profesor en la Universidad de Stanford, "a pesar de que las evidencias señalan que la vitamina C no protege de los catarros, este remedio sigue siendo muy popular, porque mucha gente quiere creer que funciona, aunque sepa que no". Sampson señala que Pauling, con el que debatió sobre el tema en radios y revistas, era "demasiado optimista respecto al efecto de la vitamina C".
Fuente: El Mundo.
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